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Federico Herrero, en conferencia dictada en el Teatro Escuela, de la misma, algunos de sus conceptos sobre el fin del Romanticismo en relación a Richard Wagner y lo trágico
Federico Herrero, en conferencia dictada en el Teatro Escuela, de la misma, algunos de sus conceptos sobre el fin del Romanticismo en relación a Richard Wagner y lo trágico.
Para muchos historiadores del teatro y estudiosos del hecho ético, el Romanticismo representa el último gran teatro de occidente, en tanto procede aún de los clásicos griegos, a pesar de que lo "romántico" se vinculó a lo moderno, mientras que lo clásico a lo antiguo.
Federico Herrero aclara: pero básicamente porque introduce una ruptura entre la racionabilidad y el arte: introduce los hechos sociales como acontecimiento.
El ocaso del Romanticismo lo podemos ubicar cerca de 1850, con la aparición de la obra de Balzac, que es la primera expresión no romántica.
Pero fundamentalmente en esta fecha se ubica la obra de Alfred de Vigny con un nuevo contenido de lo trágico, de lo pesimista. Madame Bovary (1856), la célebre novela de Flaubert, es también un punto de inflexión agónico del romanticismo: refleja a las burguesía industrial y el desmoronamiento de la concepción romántica.
Con Wagner la tragedia se convierte en parte de la existencia, es el fin de la libertad
El Romanticismo se había preocupado por conciliar los opuestos y alcanzar un lejano deseo de libertad, amor y muerte.
El primero en reaccionar contra ese todo y meditar acerca del espectáculo integral, o acerca de la temporalidad como acontecimiento, es Richard Wagner, quien, en sus composiciones, ya no hablaba de ópera, sino de "Drama Escénico".
Debemos recordar que Wagner no fue solamente músico, fue también un notable poeta. En ese sentido se puede decir que el primero que realiza un espectáculo "integral" es él, o, dicho de otra manera, el espectáculo contemporáneo nace con Wagner.
La propuesta Wagneriana se encuentra en los misterios de Eleusis, es decir en las ceremonias religiosas de la fecundidad procedentes del neolítico: los ritos son los mecanismos de la naturaleza.
El arte para Wagner es fundamentalmente una liturgia, un ritual.
Wagner introduce la tragedia en su creación, lo que define muy claramente el fin del Romanticismo.
Claro que la visión Wagneriana es eminentemente mística: el mal se ve como irredimible, por eso aparece nuevamente el sentimiento de lo trágico, el cual tropieza con los tiempos de la libertad.
Sin embargo se percibe el instante como plenitud, es el triunfo del tiempo sobre el espacio.
Con Wagner la tragedia se convierte en parte de la existencia, es el fin de la libertad.