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Forma parte de las acciones que deben tomar las personas que quieren asegurar su futuro
El plan de pensiones se trata de un producto financiero de ahorro provisional a largo plazo, con el objetivo de tener un ahorro durante la jubilación. Así, las personas mayores pueden vivir de este colchón, y no preocuparse constantemente por ser trabajadores activos.
¿De dónde viene el dinero?
En realidad, se trata de dinero que otorga la persona a lo largo de su vida. El funcionamiento se basa en aportaciones periódicas por el partícipe a la entidad financiera correspondiente, la cual las utiliza en inversiones. Los gestores encargados de ello siguen criterios de rentabilidad y riesgo que son previamente estudiados para tener la máxima garantía de no perder ese dinero.
Al final, el partícipe obtiene el dinero que haya depositado durante los años y la rentabilidad que le haya podido generar. Hay que destacar que cada entidad sigue pasos específicos de acuerdo a su plan de pensiones, por lo que el beneficio varía mucho.
Las aportaciones
Los planes de pensiones se basan en las aportaciones que realiza el cliente, las cuales pueden ser periódicas o puntuales. Podrían ser descontadas del salario si así se desea, o simplemente hacer el depósito en cualquier momento.
No existe ninguna obligación de realizar estas aportaciones, e incluso pueden suspenderse y reanudarse posteriormente. La única condición es que la aportación máxima anual es de 2.000 euros. Además, las personas cuyo cónyuge no tenga actividades económicas de al menos 8.000 euros anuales, podrían aportarle a su plan un máximo de 1.000 euros anuales.
El caso de las personas con una minusvalía física o psíquica de al menos el 65% es diferente: el límite anual máximo de sus aportaciones se incrementa hasta los 24.250 euros. De este monto, podrían recibir aportaciones realizadas por terceros, las cuales no podrán exceder los 10.000 euros al año.
¿En qué se invierte el dinero?
Los gestores realizan una serie de inversiones con el dinero que aporta cada cliente a su plan de pensiones, con el fin de buscar la máxima rentabilidad. Eso sí, una de las prioridades es que el riesgo sea bastante bajo, ya que la idea es asegurar la vejez de las personas beneficiadas.
Sin embargo, las inversiones varían de acuerdo al plan contratado. Por ello, existen diferentes opciones que se ajustan al perfil de inversión del cliente (conservador, moderado y decidido).
Los planes de renta fija tienen un menor riesgo y menor rentabilidad; y
los de renta variable tienen un riesgo teórico superior, pero una rentabilidad potencialmente mayor.
Hay otros tipos de planes, pero estos son los más básicos. En caso de estar interesado, deberá contactar con una agencia para conocer los detalles. Lo más relevante es escoger un plan acorde al perfil de inversor para no incurrir en riesgos adicionales que no se quieran asumir.
El plan a futuro
Hay que recordar que este tipo de productos financieros está enfocado en seguir un plan que asegure una calidad de vida en el futuro. Por lo tanto, es necesario pensar qué se quiere en el futuro y actuar en consecuencia. ¿Piensas jubilarte pronto? ¿Quieres mantenerte activo durante varios años? ¿Esperas dejar un fondo de ahorro considerable a tus hijos?
Las acciones que tomes desde ahora van a influir en ese futuro que estarás construyendo. Siempre necesitas trabajar en tu situación actual para acomodarla a cómo quieres que sea, y no tanto dejar que las cosas pasen por sí solas. No se trata de una manera de conseguir dinero rápido, sino más bien de una herramienta que te acerca a ese futuro que quieres.