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En este centro conviven niños huérfanos o de familias sin recursos, con otros, hijos de ministros y mandatarios de otros países
Marial 10-03-2012
En la localidad salmantina de Armenteros se encuentra ubicado el colegio-internado La Inmaculada, un centro de lo más atípico. En él conviven niños y adolescentes de 30 países, pero no es precisamente esta diversidad de razas lo que le hace diferente, sino el distinto status social de los menores que en él viven y estudian.
Hay pequeños huérfanos, otros que han llegado a España en patera, hijos de mandatarios de otros países o residentes salmantinos, todos tienen cabida en esta institución que creó hace 60 años el padre Juan, de carácter benéfico, y que ahora por culpa de los recortes sufridos por la crisis tiene complicado seguir adelante con esta obra.
En esta institución, en la actualidad, trabajan un centenar de personas - entre personal docente, limpieza, cocina, etc.- que llevan varios meses sin cobrar, debido al retraso en recibir las ayudas institucionales.
Según explica José Juan Santos, coordinador de la plataforma que se ha creado para salvar el centro, “ a la falta de pagos de salarios hay que sumar las facturas de los proveedores, ya que al tratarse de un centro de estancia completo, se generan muchos gastos”.
En él conviven niños y adolescentes de 30 países, pero no es precisamente esta diversidad de razas lo que le hace diferente, sino el distinto status social de los menores que en él viven y estudian
El padre Juan, que en la actualidad tiene 84 años, reconoce “que nunca ha sido fácil sacar adelante el proyecto, pero que en la actualidad la situación está muy complicada ya que las subvenciones de diversas instituciones que recibía el centro, no están llegando”.
Visitando el centro se puede ver una experiencia singular de integración a todos los niveles, donde los alumnos reciben el mismo trato independientemente de su raza, procedencia o recursos económicos.
Según el padre Juan, “aunque existen normas de comportamiento, horarios que cumplir y tutores encargados de cada grupo, este conglomerado humano con un porcentaje muy alto de adolescentes, no se podría dominar si no es con el corazón. Los chicos se esfuerzan por ser buenos si les quieres, por eso hay que darles todo el amor que se pueda”.
Los niños aquí acogidos, llegan principalmente a través de madres necesitadas que prefieren dejar aquí a sus hijos antes que entregarlos a una institución o que se los quite la administración, o por las misiones que se encuentran repartidas por todo el mundo. Y por supuesto por los padres que les gusta el centro y optan porque sus hijos estudien aquí.
Hay pequeños huérfanos, otros que han llegado a España en patera, hijos de mandatarios de otros países o residentes salmantinos
Pero todo esto está en peligro si no se reciben las subvenciones que se necesitan, unos 800.000 euros anuales.