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El paso de Fernando Carrillo (50) por ShowMatch generó muchas polémicas pero, en casi todos los casos, por los peores motivos. Los primeros escándalos del galán de novelas fueron por sus desafortunadas expresiones en Twitter, como cuando en julio se disculpó con Ángel de Brito por avalar un agravio contra el jurado, y también el cruce con Jorge Rial por comentarios delicados respecto a su hija Morena. Hasta que, una vez concluido Bailando 2016, arremetió contra Marcelo Tinelli de forma virulenta al cuestionar la transparencia del certamen: "¡¡Todo falso y arreglado!! #Bailando2016 y @cuervotinelli una gran decepción. ¡Marcelo, gil!! Gana quien Marcelo quiere. Voto secreto, mentira". En este marco, su expartenaire salió a contar su mala experiencia con el venezolano, de quien habría sido víctima de acoso, el mismo delito por el que fue condenado en Miami a 40 días de prisión domiciliaria y trabajos comunitarios.
En un audio que difundió Los Ángeles de la Mañana, Camila Mendes Ribeiro disparó contra Carrillo: "Vino con toda la buena onda al programa, re contento de estar ahí. Pero nunca entendió la prensa, no entendió de qué iba el programa. Pensaba que íbamos a sentencia porque lo queríamos ver bailar, que la gente lo quería volver a ver bailar y por eso lo mandaban a sentencia". Luego, relató situaciones en las que el actor se habría extralimitado: "Creo que se vio antes de bailar la cumbia pop, se copó con la situación del preacting mientras Marcelo estaba presentando el baile que íbamos a hacer. Me empezó a dar unos besos en el cuello, me agarró de la cintura y como que me acercó a él con ganas. Eran momentos en los que habían cosas de más, cuando dejé de ser la bailarina y pasé a ser parte de la escenografía, y él pasaba a hacer lo que quería".
Ya de lleno en su denuncia, la joven contó: "Una vez terminamos la sentencia de la música disco, fuimos a comer con todo el equipo. Ensayamos en San Isidro y él vivía a diez cuadras, creo. Todavía no tenía un remise que lo lleve y lo traiga, entonces, la coach lo llevaba y traía, pero como ese día ella no podía, yo lo llevé hasta la casa. En el camino, yo iba manejando y él sentado al lado, se me empezó a abalanzar diciéndome cosas, como 'Cami, qué bella eres. Me gustan las niñitas así como vos, que tus 'bubis' son muy suavecitas'. Me decía cosas. En eso, se mira el pantalón y me muestra que está al palo y se empieza a dar unos golpecitos y me decía 'mira, Cami, cómo me pones. Vente a casa, mira, niñita hermosa'. No sé, lo tuve así hasta que llegamos a la casa, y nada. Como que fue una situación muy incómoda, en que lo tuve que parar. Él veía mi cara de incomodidad, pero él no es una persona que registre mucho el alrededor. A partir de ahí, le tuve que parar el carro, tratando de ponerle límites, pero sin hacerlo enojar para no provocarle frustración, porque tenía que seguir laburando". ?
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