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El ruido y el furor de la guerra llegaron al Festival de Cannes: de Ucrania a Siria y de Malí a Chechenia, los conflictos recientes que sacudieron el planeta estos últimos años inspiraron a varios cineastas que llevaron a la pantalla su visión de la guerra.
Tras el éxito de la oscarizada comedia 'The artist', en 2011, el francés Michel Hazanavicius regresó a Cannes, donde estrenó el miércoles en competición por la Palma de Oro 'The search', protagonizada por la francoargentina Berenice Bejo, sobre los horrores de la guerra en Chechenia.
La película se inicia con imágenes de un soldado ruso que rueda en 1999 a sus camaradas durante la segunda guerra en Chechenia, según él, "un país de mierda, un lugar donde nadie quiere estar, ni nadie quiere ver".
Justamente Hazanavicius invita al espectador a ver, mostrándole "una de las guerras más violentas y sucias de estos últimos años" y que "poca gente ha contado", comentó el cineasta en una rueda de prensa.
"En la Primera Guerra Mundial, hubo un 80% de muertos militares y un 20% de civiles. Aquí estamos estamos cerca de un 80% de muertos civiles".
La película narra las historias cruzadas de cuatro personajes, Hadji, un niño de 9 años que escapa del pueblo tras la matanza de sus padres; Raissa, su hermana, que también logró escapar; Kolia, un ruso enrolado en el ejército a los 20 años; y Carole (Berenice Bejo), una joven funcionaria de derechos humanos de la Unión Europea que decide adoptar a Hadji.
"El guión privilegia en esta película la historia de los civiles", contrariamente a otros filmes de guerra, comentó Bejo.
- 90 minutos en el centro de Kiev -
Con proclamada voluntad testimonial, el realizador ucraniano Sergei Loznitsa rodó de noviembre a marzo para captar imágenes en Maidan, la Plaza central de Kiev centro neurálgico de la rebelión popular que provocó la caída del presidente Yanukovich en febrero. "Con 'Maidan' fue la primera vez en mi carrera que seguí día a día los acontecimientos de la vida real", como un reportero, explicó el cineasta, que ya estuvo en Cannes con 'My joy' (2010) y 'En la bruma' (2012).
La película comienza en una atmósfera pacífica, pero a partir de enero, la policía comienza a disparar contra los manifestantes y la plaza es asediada.
Imágenes de largos planos fijos sin comentarios transportan al espectador al centro de Kiev. "Mi objetivo era trasladar al espectador a Maidan y hacerle vivir 90 minutos de revolución", destaca el realizador.
- Una guerra de imágenes -
El punto de vista es muy distinto en 'Agua plateada, autorretrato de Siria', documental del cineasta Ossama Mohammed, que conmovió en Cannes.
Incluye un impactante montaje de imágenes amateur, recabadas en YouTube, además de otras captadas en vídeo por Simav, una habitante de la ciudad asediada de Homs.
Rodar es aquí un "acto de resistencia" contra un régimen animado del deseo de "destruir no sólo tu cuerpo, sino también tu historia", dijo a la AFP Ossama Mohammed, recordando además que "desde un principio, la guerra de Siria ha sido una guerra de imágenes".
Muchedumbres desarmadas blanco de disparos, cadáveres abandonados en la calle, niños muertos, escenas de tortura... "Al principio, yo no sabía que las imágenes serían tan atroces, que mostrarían tantas matanzas. Pero es imposible mostrar esta historia sin hablar de esas cosas. En nombre de la verdad", destaca el cineasta, exiliado en Francia desde 2011. Su motivación: dar la palabra a las víctimas anónimas de esta guerra atroz, que ya ha causado 150.000 muertos.
- Islamistas en Malí -
La competencia por la Palma de Oro se abrió el jueves pasado con un emotivo filme sobre el islamismo intransigente impuesto a los malíes por los yihadistas.
'Tombuctú', del mauritano Abderrahman Sissako, está basada en hechos reales. Tombuctú fue ocupada durante casi un año en 2012 por Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) y Ansar Dine (Defensores del Islam), que practicaban humillaciones, amputaciones y latigazos, antes de ser expulsados por los soldados franceses a principios de 2013.
El realizador decidió hacer la película tras la lapidación de una pareja en un pueblito del norte de Malí.
Inicialmente, tenía pensado hacer un documental, pero cambió de opinión. "Estábamos en una dinámica de urgencia y el documental es más fácil de hacer y más barato", explicó el director a la AFP, que rodó su película de ficción en la ciudad oasis mauritana Ualata.
El filme contiene pocas escenas violentas e incluye algunas graciosas. "Hay una reticencia en mostrar la violencia, a optar por la facilidad. Podría haber puesto manos cortadas, pero no por hablar de una realidad el cine debe apropiársela porque se corre el riesgo de una banalización", comentó el realizador, cuya película es un homenaje "a aquellas y aquellos que vivieron un combate silencioso, que en sus mentes cantaban las canciones prohibidas o que jugaban al fútbol sin pelota".
La guerra regresará este jueves a las pantallas de Cannes, con la proyección del documental 'Los puentes de Sarajevo', obra colectiva de trece realizadores que exploran el lugar ocupado por capital bosnia en la historia de Europa.