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Algunas costumbres diarias pueden hacer nuestra vida más o menos saludables. Con pequeños cambios y una alimentación más sana podemos disminuir el riesgo cardiovascular, diabetes o hipertensión
Por Dr. Guillermo Bordoli
MN 79593
Gerente médico de Staff Médico
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En el mundo moderno, vivir se ha transformado en sobrevivir. Las obligaciones cotidianas y el stress al que estamos sometidos logran paulatinamente cambiar la naturaleza de nuestras vidas. Ya no hacemos para vivir, sino que vivimos para hacer. Todo esto logra cambiar los hábitos naturales reemplazándolos por conductas adaptadas a las presiones diarias. Esta adaptación genera estereotipos que logran introducirnos en enfermedades, pero éstas son previsibles y modificables si cambiamos pequeños hábitos cotidianos que están a nuestro alcance.
Al comenzar el día, nos levantamos y corremos hacia nuestros trabajos casi sin desayunar, no nos olvidemos que es muy importante la ingesta de frutas y verduras como parte de la alimentación cotidiana, esto ayuda a disminuir la aparición de obesidad y ciertas enfermedades tumorales.
Vamos a nuestros trabajos y tomamos, por ejemplo, el subte, usando las escaleras mecánicas como si no pudiéramos usar las escaleras o tomamos un colectivo cuando podríamos caminar, en la oficina usamos los ascensores en lugar de las escaleras. La falta de actividad física promueve la aparición de enfermedades cardiovasculares coronarias y cerebrales.
Nos sentamos a almorzar y preferimos, tal vez por motivos económicos o por simple gusto, la comida chatarra. El exceso de grasas e hidratos de carbono hace circular por nuestra sangre cantidades de colesterol y triglicéridos por encima de lo normal que se depositan en los vasos sanguíneos del corazón y del cerebro principalmente.
Le agregamos sal a la comida sin probar. La ingesta excesiva de sodio favorece la aparición de hipertensión arterial dañando por sobrecarga de líquido nuestro aparato cardiovascular y riñones.
Durante el día comemos demasiados dulces o bebemos gaseosas en exceso. La ingesta de grandes cantidades de hidratos de carbono sobrecarga el funcionamiento del páncreas facilitando la aparición de diabetes.
Por varios motivos, algunos fuman. El fumar aumenta siete veces la probabilidad de sufrir un evento cardiovascular como un infarto agudo de miocardio además de disminuir la capacidad de nuestros pulmones.
Entonces si sumamos frutas y verduras a nuestra alimentación, tenemos una dieta adecuada a nuestra actividad física, no agregamos sal a los alimentos, limitamos el consumo de hidratos de carbono y no fumamos, todo esto junto con el aumento de la actividad física cotidiana lograremos revertir esta tendencia y comenzaremos a prevenir enfermedades como las tumorales, diabetes, cardiovasculares, hipertensión y obesidad para disfrutar la vida plenamente.