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Honestidad y verdad

06/07/2010 12:40 4 Comentarios Lectura: ( palabras)

La Argentina está llena de personas importantes que suman experiencias de todo tipo, algunas poco comunes

Si bien, el individuo que conoce poco al periodismo en sus diferentes formas lo observará de un modo sistemático y generalizado y está entre las posibilidades que crea la existencia o incompatibilidad entre la actividad periodística y la literatura, entre la imaginación y la información. Pero, para plantear una observación distinta de lo antedicho, el periodista y escritor, Orlando Guzmán, compartió con nosotros sus interesantes palabras. Sus reconocidos pasos relacionados con obras literarias y redacciones periodísticas lo respaldan.

¿Cuál es la importancia que supone tienen los periodistas escritores para la sociedad? ¿Por qué?

El periodismo es esa búsqueda incesante de la veracidad y también los escritores buscan a través de la ficción, que esa ficción se transforme en una realidad objetiva, es decir, la ficción es mentira pero la mayor ambición del escritor es hacer que esa mentira que él escribe se convierta en una realidad para el lector. Ahora fíjese que analogía, el periodista busca la verdad objetiva a través de la crónica, a través del relato, a través del reportaje y la encuentra o por lo menos tiende a encontrarla y el escritor también tiende a encontrar esa realidad objetiva y escribe para hacer creíble esa mentira que se llama ficción. Quizás sea enrevesado esto pero trato de salir al encuentro de la pregunta.

¿Qué circunstancias o consecuencias, positivas o negativas, advierte que hay qu tener en cuenta para ser un periodista escritor?

En el caso mío, el del periodista profesional, debo advertir que siempre tuve la precaución antes de ser algo, de ser otra cosa. Antes de ser periodista tuve la precaución desde muy chico de trabajar en diversos oficios y aún siendo periodista seguir trabajando en otros oficios... ¿Cuál es la ventaja de esa precaución?... justamente el conocer la vida, el conocer los problemas de la gente, el conocer los problemas que diariamente se le presenta a la gente y por ende también al periodista. Aquellos periodistas que solo salen de las academias, de las universidades o de las escuelas de periodismo, sin haber tenido esa precaución de conocer algo de la vida antes de meterse en la profesión corren algunos riesgos, de tener que aprender sobre la marcha, a conocer la vida y escribir sobre la vida. Lo mismo me pasa o me pasó con la profesión que actualmente ejerzo, que es la de ser escritor. Creo que tuve la precaución antes de ser escritor, de ser periodista y en todo caso esa precaución de ser periodista antes de ser escritor me facilitó la tarea posterior de ser escritor.

¿Por qué se la facilitó?

Porque ya sabía escribir... por lo menos ya sabía redactar, por lo menos ya sabía algo de gramática, por lo menos sabía algo de la conjunción verbal, sobre lexicografía, ortografía... es decir, esa precaución de ser periodista antes que escritor me sirvió para la redacción. A esa redacción que ya conocía, le sume la imaginación. Algunos dicen que también le sume el talento que tengo pero todos tenemos talento, algunos más desarrollados que otros. A otros, la inspiración le viene más rápido, a otros la inspiración le viene más lenta... surge la pregunta ¿Para qué la inspiración? ¿qué es el talento?, muchos de mis mayores (Guzmán aclara que cuando dice "mis mayores" habla de sus maestros en periodismo y en la literatura) siempre repetían la famosa frase de Williams Faulkner, el escritor norteamericano, aquel del "Sonido y la furia" (The Sound and the Fury, 1929), de "Santuario" (Sanctuary, 1931), que decía que para escribir se necesita un noventa por ciento de transpiración y un diez por ciento de inspiración... y otros escritores también, mis maestros me decían "Cuidado con la inspiración, que cuando toque a tu puerta la inspiración y la abra, te encuentre trabajando", esto quiere decir que la inspiración no es un rapto, que de pronto te llegue y es un caudal que te inunda y que usted después a ese caudal lo va dividiendo, en ramificaciones y que le sirva algo para escribir... no no.

Inspiración tenemos todos, talento también tenemos todos... ¿o acaso la mayoría de la gente en la Argentina no saben leer y escribir?, ¿acaso la mayoría no ha ido a la escuela primaria?, porque fíjese usted ¿en qué nos diferenciamos los periodistas y escritores y otros congéneres?, nos diferenciamos en que sabemos trabajar con las veintinueve letras del abecedario, de la A a la Z y sabemos combinar las palabras a las cuales le insuflamos amor, le insuflamos los avatares que a veces tienen los personajes... podemos preguntarnos ¿acaso la mayoría no sabe también el abecedario?... ¿Y por qué no lo hace?, porque quizás o no tenga la inspiración o no tenga el talento o se hayan dedicado a ser plomeros con lo cual es un bellísimo oficio para el cual también hay que tener talento, no cualquiera rompe una pared y suelda un caño de plomo, hay que tener un talento y saber también hacerlo.

¿En qué se diferencian los periodistas del "ayer" de los periodistas de "hoy"?

Como decía un pastelero amigo, "vamos a ir por parte... como la pizza". Los periodistas del "ayer", vamos a decir de la década del 70 para abajo, de los cuales estoy en esa franja, aunque yo después sobrepase y seguí siendo periodista hasta el noventa y pico, no teníamos tantos datos, no disponíamos de tanta información. La información que disponíamos eran los archivos de los diarios y la información que poseíamos, la teníamos que encontrar a través de entrevistas, a través de reportajes, a través de museos, a través de visita a los archivos privados o no privados, es decir, teníamos que caminar mucho. Teníamos que caminar para tener la información y después de tenerla había que procesarla, había que escribirla, había que dosificarla... porque a veces conseguíamos tanta información que la teníamos que dosificar para escribir treinta líneas o cuarenta líneas y si uno estaba en una revista por ahí llegaba a escribir ciento veinte líneas, las líneas recuerdo que eran de setenta espacios. La diferencia es que hoy los jóvenes que se dedican a la carrera de comunicación tienen mucha información porque está Internet; porque están las redes, sociales, las comunicativas pero sobretodo porque está la cibernética, porque están los adelantos tecnológicos que hacen que hoy por ejemplo lo que a mí me costaba tanto cuando yo vivía en el exterior y trabajaba como corresponsal extranjero, hoy la tecnología los acerca a los hechos y esos hechos son vividos casi al minuto. Fíjese el mundial de fútbol que estamos observando en la pantalla de la televisión y los movileros. Los periodistas deportivos están transmitiendo en el momento (describe enfáticamente), las Conferencias de Prensa son en el momento. De la década del 70 para abajo teníamos lo que llamábamos el télex y nada más y había que ir a las agencias y cuando uno estaba en pueblos que no había ni siquiera teléfono y para conseguir una llamada de larga distancia teníamos que esperar tres o cuatro horas al lado del teléfono, pero hoy eso se resuelve con la telefonía celular, así que hay una diferencia. El periodista joven, todo al alcance de la mano. Ahora también hay una separación, el no tener nada antes nos hacía pensar, meditar, reflexionar, buscar, investigar y toda esa conjunción de cosas que por ahí se llama talento, hoy no digo que no sean talentosos los jóvenes, digo que se les brinda tanta información que tienen que dosificarla, estudiarla y no copiarla y no copiarse.

¿La calidad de los nuevos periodistas en este ámbito se asemeja a la vieja escuela?

No, no. Son escuelas completamente diferentes, la "vieja escuela" de los viejos periodistas, insisto, había que hacer muchas cosas, leer mucho, saber muchas cosas pero sobretodo leer. Siempre le digo a mis alumnos que no se puede ser escritor si no se ha leído lo suficiente y hoy veo que, los jóvenes no leen, es decir, no los veo con libros debajo del brazo, no los veo con libros no solamente dedicados a la enseñanza del periodismo sino no los veo con literatura y aquí entonces si hay una gran falacia. Para ser un buen escritor, para ser un buen periodista... hay que leer mucho.

Fue asesor cultural y de prensa del presidente de Guatemala, Dr. Vinicio Cerezo Arévalo. Participo activamente en la campaña electoral que llevó al triunfo al candidato de la democracia cristiana

Otra diferencia entre los periodistas de antes y los de ahora, es que el ámbito en que nos movíamos era un ámbito de cordialidades, de solidaridad, de lucha sindical, de unidad entre los periodistas a través de sus organizaciones sindicales que no eran muchas, estaba la Asociación de Periodistas de Buenos Aires; el Círculo de Prensa, el Sindicato de Prensa y esa solidaridad la teníamos en la mismas redacciones, las redacciones eran ámbitos de confraternidad, las redacciones eran a lo que llamábamos "La cuadra", eran donde estaban todos los periodistas, todos los "escriba" le decíamos nosotros y había esa solidaridad de cubrir uno al otro, de ayudarse. Las jerarquías (por lo menos yo trabajé en muchos diarios y revistas), las jerarquías se diluían, es decir, el jefe de redacción, el secretario de redacción, el jefe de página, el jefe de sección, se confundían hasta con los cronistas quienes eran los que iban a la calle y quienes traían las noticias y nosotros los redactores o jefes de página escribíamos, es decir, había diversas funciones, había un escalafón. También se respetaba el organigrama no cualquiera era un titulero, a no cualquiera se le daba el título de secretario de redacción y de manejar una sección importante como podría ser Política Internacional, Política Nacional, Información General o Policiales por ejemplo, o Sociales, o Espectáculos, o Deportes, había que haber transpirado la camiseta para dirigir esa sección y había que saber, no se subía porque hay un escalafón, se subía porque uno iba haciendo carrera dentro de las redacciones, iba adquiriendo capacidad no solamente para dirigir sino también capacidad para discernir qué es lo principal o cual es la noticia principal, cuál de esas noticias de esa sección iba a ir a la tapa, es decir, se ha perdido en el ámbito de las redacciones -por lo menos de las que yo conozco- esa necesidad que teníamos los periodistas de hacer carrera periodística, basada en la idoneidad y en el saber.

Sus obras publicadas fueron

Manual de periodismo’ (1978), ‘ Sin Corregir’ (1985), ‘ Por Encima del Silencio’ (1992), ‘ Once Años después’ (1993), ‘ Lluvias de Tristeza’ (1994), ‘ Es el Momento de Amar (1995)’, ‘ El Callejón de la Mosca" (1996), ‘ Filosofía Mínima’ (2003) y ‘ Mi cuerpo por una lata...’ ( 2004). Pues, también tiene obras inéditas como: ‘ Acerca de la filosofía popular’, ‘ La Luna se hizo con Agua’ (poemario), ‘ Juan Moreyra’ (ensayo histórico), ‘ Mate Cocido’ (ensayo histórico), ‘ El Pibe Cabezas’ (ensayo histórico), ‘ El Cazador de Hombres’, ‘ Tengo una esclava negra’ y ‘ Cuentos varios’ .

¿Cuál es su opinión con respecto al interés de las nuevas generaciones de periodistas con esta actividad?

Me parece interesante la pregunta. Si yo estoy hablando de la década del 90 para abajo o mejor del 70 para abajo, la principal preocupación y es querer ser periodistas, la principal preocupación no era solo ganarnos el salario, la misión era ser periodistas. Yo vengo trabajando en el periodismo desde el `56, así que `66, `76 era ser periodista, era un título, era como en la época del `30 ser conductor de las máquinas del ferrocarril o ser empleado bancario o ser maestro o ser maestra, ser periodista era un honor. La diferencia que yo noto con las jóvenes camadas, fíjese que hablo a partir del `80, (yo hablo porque conozco algo), fui profesor en la Escuela Superior de Periodismo ahí en Moreno 1921, nosotros le llamábamos el "viejo grafotécnico", yo trataba de infundirle a los alumnos que llegar a ser periodista era llegar a tener un título sí, pero tener la dignidad, no cualquiera era periodista. Después veo a partir de la década del `80, que los jóvenes ya no querían ser solamente periodistas, entraron en el "vedetismo", querían ser las "vedettes del periodismo", querían ser "estrellitas del periodismo", no está mal que uno quiera sobresalir y quiera ser una estrellita, que quiera ser "vedette", que quiera aparecer en la televisión, en el noticiero, haciendo notas, pero me parece que hubo una sobreactuación, querer sobresalir y querer sobresalir sobre la noticia -a ver si se me entiende- la noticia es la que nos da de comer a nosotros pero sobresalir sobre la noticia es caer en el "vedetismo", creo que es algo que habría que estudiar bien en el punto de vista sociológico.

Si tuviera que representar toda su historia de periodista escritor en una imagen y en una palabra ¿Cuáles serían?

Es una pregunta muy difícil y muy astuta. Porque tendría que pensar mucho en una imagen ¿no? y en una palabra, porque en el devenir de la profesión son cientos de imágenes que uno tiene como periodista y son millones de palabras las que se ha escrito. Voy a ver si me atrevo a dar esa imagen. Para mí la imagen del periodista es la del trabajador primero. El periodista es un trabajador y en muchos casos trabaja por el salario, esa es una de las imágenes, el periodista como trabajador. Para los demás porque fíjese que lo que él escribe es leído a veces por cientos de miles de personas. Cuando trabajaba en el diario Crónica por ejemplo, Crónica tuvo tiradas de 700.000 ejemplares, yo hacía una nota en Crónica sobre Política, se vendían 700.000 ejemplares. El diario generalmente era leído por cuatro personas, siete por cuatro veintiocho, es decir a mi me leían 2 millones ochocientas mil personas, vamos a bajarle un poco, sáquele los ochocientos, a mi me leían dos millones de personas!... eso que había escrito o que había ido en forma de reportaje me leían dos millones de personas, entonces ahí está la imagen, ahí está la imagen del trabajador para que con lo que él hizo se beneficien intelectualmente dos millones de personas.

En cuanto a la palabra, ¿Cómo resumo en una palabra la labor del periodista?, es difícil pero déjeme decir por lo menos dos. Honestidad. El periodista tiene que ser un tipo honesto, no solamente honesto en lo que hace a la legalidad jurídica de un hombre en una sociedad como la nuestra... no no... honesto con su profesión, honesto con su decir, honesto con su investigación, honesto con su escritura, honesto con los demás... ¿honesto con quién?... con el lector. Y la otra palabra, indudablemente, es la Verdad.

Un periodista no puede mentir, puede adornar, ambientar, dar color a una nota, dar una sensación de intimidad a veces o de amplitud o hacer que una nota tenga un sentido panorámico pero no podes mentir. Yo no hablo de mentiras infantiles, es decir, si un artista tiene 38 años ponerle que tiene 37... no no, digo mentir en cuanto a la valoración que tiene la verdad en una sociedad. Es decir, hablé de honestidad y entonces hablo de verdad.

Entre sus manuscritos y publicaciones, Orlando Guzmán asegura tener miles de frases y pensamientos que ha liberado, entre risas y pausas, durante el transcurso de la entrevista como La claridad es la cortesía de los periodistas ”; “Aquello que se consigue por nada, no vale tenerlo, ni disfrutarlo, ni gastarlo”; “No pienses, deja que suceda” (de unos de los cuentos inéditos); “Como haremos para que esta mesa cuente nuestras conversaciones”, “Como voy a comunicar esto si no reconozco que es `esto`” o “Que uno llegue a viejo no brinda la garantía que uno se haya hecho sabio”.


Sobre esta noticia

Autor:
Guillermo César Emanuel Fernández (126 noticias)
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Tipo:
Entrevista
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Jennifer (06/07/2010)

This news has sparked enthusiasm for me to read some of the works named in the note and more interest in the unreleased "Tengo una esclava negra". I'm Jennifer from Canada and my mail is jnnf79.hotmail.com

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Guillermo César Emanuel Fernández (07/07/2010)

Hola, soy el autor de la nota "Honestidad y Verdad" informo que la misma no puede ser votada hasta el momento por los usuarios por problemas de sistema del Sitio (este inconveniente ha sido informado al sector administrador). A la brevedad se podrá votar esta noticia. Sepan dispculpar.

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Tulio (07/07/2010)

Ya pude votar. Buena la nota.

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Natalia (15/07/2010)

Que interesante nota