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La Iglesia católica criticó el polémico proyecto del gobierno de Mauricio Macri para reformar la ley penal juvenil que implica una baja de la edad de imputabilidad, actualmente en 16 años, mediante un documento divulgado este sábado por la prensa local.
"Cada chico marginado, abandonado o en situación de calle, con deficiente acceso a los beneficios de la educación y de la salud, y que puede encontrarse involucrado también en una cuestión penal, es la expresión cabal no sólo de una injusticia sino de un fracaso institucional", advierte el documento.
El gobierno impulsa abrir un debate este año, cuando se celebrarán elecciones legislativas de medio término, para consensuar un proyecto a debatirse en el Congreso en 2018.
El Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (Unicef), organizaciones humanitarias y dirigentes opositores ya manifestaron su disconformidad.
"La posición del gobierno es que hay una situación en la franja de 15 años que debe ser abordada por la ley", dijo la semana pasada el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Germán Garavano.
La Iglesia cuestionó también que el debate se dé en un año electoral y advirtió que "no podemos caminar hacia una ley penal juvenil convirtiendo a los chicos infractores a la ley penal en casi 'enemigos sociales'".
"No parece razonable que en un año electoral, y para dar respuesta estatal a hechos delictivos de trascendencia mediática, baste reducir la edad de punibilidad de los chicos y aumentar las penas para determinados delitos sin garantizar el cumplimiento por parte del Estado del sistema de protección integral de derechos de la niñez, sobre todo en materia de derechos económicos, sociales y culturales", reza el texto.
El disparador fue el asesinato en ocasión del robo a un adolescente de 15 años baleado en la cara por otro de su misma edad, en Flores, barrio natal del papa Francisco, en Buenos Aires, que generó gran conmoción social la noche de Navidad.
El documento de la Iglesia pide tomar nota que muchos adolescentes que cometen delitos "son pobres, varones en su mayoría, que el mayor porcentaje ha cometido delitos contra la propiedad, que cuentan con un fuerte déficit en la escolarización y que provienen de familias desintegradas y de baja calificación laboral".
También citan párrafos de Jorge Bergoglio, quien antes de convertirse en el papa Francisco, había rechazado en una carta en 2005 la imputabilidad penal de menores.
Frente a los niños que delinquen "hay una actitud falsamente normativa y de supuesto bien común que reclama represión y creciente control que va desde la baja de imputabilidad penal hasta su forzada separación familiar", había advertido.
Según Bergoglio esto hace que "en ocasiones se someta injustamente al sistema judicial situaciones de pobreza familiar o bien promoviendo una discrecional y abusiva institucionalización" de los niños.
La pobreza alcanza al 32, 2% de la población argentina de 42 millones de habitantes. De ellos 5 millones son niños, según estudios de la Universidad Católica Argentina.