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En las próximas horas pedirían un recambio de carátula por ‘abandono de personas seguido de muerte’ por el hecho que costó la vida del hijo y el sobrino del vecinalista Roberto Varela
Mientras trascendió un detalle escabroso de la segunda autopsia que realizaron a los cuerpos de los adolescentes, desde la zona de quintas uno del barrio Máximo Abásolo se informaba del hallazgo y posterior secuestro de algunas prendas de vestir que llevaba puesta uno de los dos sobrevivientes la fatídica madrugada del domingo 31 de mayo último tras el incendio del trailer que se encontraba en el predio de jineteadas de la Agrupación Juan Manuel de Rosas en la zona de la ex radio estación cercana al camino Roque González.
Como se viene informando, en el trágico suceso perecieron calcinados el hijo de 17 años del dirigente vecinal Roberto Varela y un sobrino de 14 años, sobreviviendo el yerno y otro sobrino de Varela que manifestaron haber corrido a campo traviesa más de un kilómetro para avisarle al padre y tío de las víctimas de lo que estaba sucediendo.
"Aparecieron descalzos y después de hacer ese recorrido tendrían que tener los pies o las piernas llena de magullones y cortes, pero no tenían nada" fue una de las varias dudas que se le fueron planteando a Varela a medida que fueron transcurriendo las horas posteriores al hecho.
A esas dudas se fueron sumando otras, como por ejemplo la casi seguridad de que el fuego se inició en el exterior y no dentro del trailer como manifiestan los testigos de que el accidente se produjo porque quien estaba cocinando papas fritas en una olla arriba del anafe de gas licuado pequeño se quedó dormido.
También unas manchas hemáticas detectadas en un ladrillo y un caño exterior hicieron sembrar sospechas, al igual que la olla encontrada sin quemarse debajo del trailer y otros detalles que oportunamente, bajo el asesoramiento legal del abogado Ricardo Mutio, hicieron que Roberto Varela y los padres de su sobrino se presenten como parte querellante.
Justamente, las sospechas de Varela recaen cada vez más firmemente en los dos sobrevivientes que parecieran callar muchas cosas y ayer, la propia hija de Roberto Varela descubrió y entregó a la policía las prendas de vestir que vestía su concubino aquella noche y madrugada: un pantalón con manchas hemáticas, un pulóver y una gorra que serán sometidas a pericias.
Detalle escabroso de la segunda autopsia
En la segunda autopsia tras la exhumación de los cuerpos de ambos jóvenes, trascendió un detalle por demás escabroso: los familiares de las víctimas habían manifestado que el menor de 14 años estaba sin cabeza y que no era posible que se hubiera calcinado no sin antes hacerlo otras partes del cuerpo. El trascendido de parte de esta segunda autopsia y cuyo informe oficial recién se conocería a mediados de la próxima semana, da cuentas que esos restos de la cabeza estaba a la altura del estómago.
"La perito de parte que pusimos nos dice que eso sólo es posible con una temperatura superior a los 400 grados centígrados de calor y que en las circunstancias que manifiestan era prácticamente imposible, es como si le hubiesen rociado un líquido altamente inflamable… a menos de 50 centímetros del cuerpo había un fardo de pasto que apenas quedó chamuscado" señalaba el dirigente vecinal ayer al cronista de policiales de este diario.
Otro detalle que trascendió es que las víctimas estaban con vida al iniciarse el siniestro, pero que no se puede por el momento saber si estaban concientes o inconcientes, lo que avala la sospecha de que pudieron haber sido golpeados y aturdidos o desmayados.
Por el momento, Roberto Varela dice depositar toda su confianza en la Justicia y especialmente en el trabajo de los fiscales pero por estar convencido de que no se trató de un hecho accidental en las próximas horas pedirían un recambio de carátula: Abandono de personas seguido de muerte.