Los indignados argentinos tienen la particularidad de manifestarse golpeando cacerolas. A estas expresiones de repudio al régimen de Cristina Kirchner se las denomina "cacerolazos" y atemorizan al gobierno nepotista y autoritario, a tal punto que la Presidente de la Nación ha huído a refugiarse en su provincia (Santa Cruz), lo más lejos posible del ruido de las cacerolas. Ella y los ex-terroristas y oportunistas que hoy desgobiernan Argentina recuerdan que las cacerolas en manos del pueblo movilizado en las calles tienen el poder de hacer caer su gobierno en cuestión de horas. La indignación de los argentinos debido a la corrupción generalizada y crónica de los funcionarios y empresarios asociados al régimen de Cristina Fernández de Kirchner, la pobreza, la incapacidad para solucionar los problemas, las mentiras infantiles llamadas "el relato"del oficialismo, el desconocimiento de las leyes, la opresión a los medios de comunicación social que no son alquilados por el Estado, el impuestazo a los trabajadores del campo y la permanencia de 1200 presos políticos, , de los que ya murieron en las cárceles suman 140, son algunos de los motivos, junto al "cepo" impuesto al dólar; ha decidido a la gente a salir a la calle. Para el jueves 7 y viernes 8 de mayo próximos se espera que las expresiones de repudio al régimen lleguen a su máxima expresión, a nacionalizarse, expandiéndose a todas las principales ciudades del país latinoamericano.