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San José, 2 feb (PL) La presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, insistió hoy en que los candidatos deben tomar con tranquilidad los resultados de las elecciones que tienen lugar en este país centroamericano.
En tanto el presidente del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), Luis Antonio Sobrado, aseguró que el proceso transcurre sin incidentes mayores y aseveró que hasta el medio día las personas concurrían a las urnas como se esperaba.
Otro funcionario del TSE, el director de Registro Electoral, Héctor Fernández, dijo que no se han reportado incidentes de importancia, sólo circunstancias normales dentro de las votaciones.
Ejemplificó que hubo que investigar en dos asilos de ancianos porque alguien recogió las cédulas de identidad de esos longevos y no se las habían entregado para que ejercieran el voto.
En tanto el ex alcalde capitalino y candidato presidencial por el oficialista Partido Liberación Nacional, Johnny Araya, aseguró que además del respaldo de sus correligionarios, tiene el apoyo de otras fuerzas políticas.
En declaraciones a los medios, Araya consideró que reunirá más del 40 por ciento de los votos emitidos para ganar sin necesidad de segunda vuelta y añadió que eso realmente lo entusiasma mucho.
Estoy confiado en contar con el apoyo popular para dar la sorpresa, comentó por su parte al votar José María Villalta, del izquierdista Frente Amplio (FA), mientras sus partidarios coreaban consignas como "Villalta, amigo, el pueblo está contigo".
Según encuestas previas, a ambos favoritos les siguen Luis Guillermo Solís, de la centrista Acción Ciudadana, y Otto Guevara del derechista Movimiento Libertario, quien ya aseguró que respetará el resultado, aunque le sea desfavorable.
Este domingo en Costa Rica unos tres millones 100 mil electores han sido convocados para elegir entre 13 candidatos al futuro presidente, así como a los dos vicepresidentes y los 57 diputados de la nueva Asamblea Legislativa.
Se calcula que al vencedor de estos comicios le tocará trabajar con un Congreso muy fragmentado y mayoritariamente de oposición, por lo que necesitará negociar para gobernar.