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Inteligencia Artificial: el ChatGPT y el desafío del presente futuro

21/05/2023 04:18 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Transitando la cuarta revolución industrial debemos discutir las tensiones éticas que nos atraviesan en torno a la confianza, los riesgos y sesgos de las nuevas tecnologías. ¿Cómo las adopta la educación?

La primera vez que dialogué con ChatGPT pensé: “que gran herramienta para utilizar en el aula, esto podría potenciar y estimular a lxs estudiantes a estudiar con un mayor incentivo o interés hacia el conocimiento”. Sin embargo, todo aquel que presencie una reunión de docentes o ingrese a una sala de profesores en Argentina afirmará que no estoy en sintonía con mis pares. De un día para el otro, parece que todo el mundo habla de esta nueva “aparición” y que a nadie se le cae de la boca el nombre de este “cuco” que vino, según los docentes, a impulsar un nuevo método de engaño, copia o timo en la resolución de las evaluaciones, cuestionarios y trabajos prácticos.

Pareciera que es más fácil alarmarse y desconfiar de los estudiantes que realizar un replanteo de nuestras propias prácticas docentes. Sucederá lo mismo con el metaverso y los emergentes modos de discursividad, esparcimiento e interacción humana que los jóvenes del futuro “trasladen” a ese fusible social que es la escuela. Algo a destacar es que los videojuegos existen desde hace muchos años, y algunos de ellos muy interesantes desde su contenido, pero nunca los usamos productivamente en la educación: no sabemos cómo hacerlo y, lamentablemente, tampoco nos interesa. Por alguna razón los métodos didácticos de nuestra Escuela Secundaria continúan siendo tan arcaicos. A simple vista, el panorama es igual de desalentador que siempre.

El ChatGPT es una plataforma de Inteligencia Artificial desarrollada por la empresa OpenAI, la cual ofrece, además de diversos servicios de pago, un acceso gratuito a su servicio de chatbot de IA desde su sitio web. Basta hablar con ella y hacer buenas preguntas o proponerle buenas consignas para descubrir sus asombrosas y creativas capacidades. Es cierto que muchxs adolescentes se han apropiado muy rápidamente de ella para resolver tareas escolares de manera inmediata, ágil y sin esfuerzo. Pero también es cierto que ofrece un fácil acceso a la información, la posibilidad de dialogar libremente, explorar distintas formas de textualidades y producir obras creativas. Lo que deberíamos enseñar en las aulas no es a “no usar esta plataforma”; si no a cómo usarla de manera potencial y creativa.

Quizás este tipo de tecnologías vino a movernos el piso y exigirnos una renovación y discusión en torno a la práctica docente y la planificación didáctica. Quizás debamos discutir, ahora más que nunca, la urgente necesidad de la creación de consignas orientadas a un tipo de experiencia que deje atrás la escritura mecánica, la lectura fragmentaria y ese método tradicional de: pregunta-respuesta. Quizás debamos orientar nuestras propuestas docentes a lo que entendemos como experiencias, prácticas y procesos. Podemos llevar a las aulas consignas que propongan a los estudiantes la posibilidad de experimentar situaciones de socialización, vinculación y diálogo entre pares, y también con estas plataformas de IA. Conversar, explorar y aprender desde el interés y la posibilidad de un feedback tan complejo como el que ofrece ChatGPT es una manera de revertir nuestros miedos a lo desconocido y ver su lado potencial e integrador. Pasemos de la desconfianza y la ignorancia a la creatividad y la deconstrucción de nuestras propias debilidades docentes.

Estamos en constante interacción con sistemas de Inteligencia Artificial

Lo que ignoramos es que, en realidad, nosotros como adultos docentes estamos en constante interacción con sistemas de IA. Muchas apps, publicidades interactivas y servicios de redes sociales son utilizados por los algoritmos de predicción para recolectar nuestros datos, intereses, gustos, hábitos y conductas a corto plazo. Todo este flujo de datos es almacenado en datasets que otras empresas utilizan para vendernos sus servicios o predecir conductas sociales. Estamos atrapados en la era de la información.

Estas RNA (Redes Neuronales Artificiales) funcionan desde sistemas de machine learning, algoritmos programados que predicen y aprenden desde el análisis de un gran volumen y variedad de los datos históricos. Digamos que las posibilidades de aprendizaje de estos sistemas se basan en uno muy distinto al nuestro, el suyo es un aprendizaje cuantitativo basado en probabilidades. Los algoritmos observan variables, recolectando nuestras huellas que dejamos al interactuar con el móvil o la PC. Un caso escandaloso, pero que a los medios nacionales y la sociedad pareció no interesarles, fue el de la empresa Cambridge analytica, la cual utilizó información de millones de personas para estructurar las campañas presidenciales de políticos como Mauricio Macri y Donald Trump.

Incluso, escribiendo todo esto me siento en la edad de piedra, en una sociedad “atrasada”, como si mirara nuestro propio presente desde una lente difusa que, de alguna manera, representa ya un pretérito remoto, una discusión añeja, una etapa vedada en el pasado. Quizás la IA vino a potenciarnos, a obligarnos a ser más creativos, a revalorar nuestra parte más humana, a volver a identificarnos como seres vivos, cambiantes y vulnerables.


Sobre esta noticia

Autor:
Javier Perez Driz (9 noticias)
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4824
Tipo:
Opinión
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