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La noticia saltó antes a los blogs que exhibirse en las más importantes cadenas informativas de los Estados Unidos, incluidas CNN y Fox News, las dos principales cadenas de noticias 24x365 del país norteamericano, además de que ambas disponen de filiales repartidas por todo el mundo
Fue concretamente el blog TMZ, dedicado a las “celebrities” quien se decidió a publicar la noticia bomba mientras el resto de los medios esperaban la confirmación. A partir de aquí, el resto de los medios empezó a retransmitir la noticia.
Pero fue otro medio online el que centró inmediatamente la atención de la audiencia: Twitter. A través de las cuentas de los millones de usuarios que tiene el servicio de microblogging, la noticia corrió como la pólvora. El boca a oreja fue facilitado por la naturaleza misma de sus usuarios, en su mayoría “nativos digitales” que gustan de estar “always on” (siempre conectados), pendientes constantemente de lo que se dice en la Red de redes, algo a lo que ayudan los teléfonos móviles que llevan todo el día consigo.
La forma en como se informa la gente cambia, de eso no hay ninguna duda; la Segunda Guerra Mundial fue el conflicto de la radio, la Guerra de Vietnam el que dejó paso a la televisión, un medio que dominó el panorama informativo sin paliativos hasta la Segunda Guerra del Golfo, un conflicto en el que los blogs ya tuvieron una destacada presencia. Se habló entonces de una revolución en los medios de comunicación, una revolución que ha cuajado ahora, con esta luctuosa noticia.
Internet se colapsó, literalmente. Google, Twitter y otros servicios vivieron momentos con picos de conexión de tal magnitud que hicieron temer su saturación y caída. Finalmente, no fue así, pero algunos fueron difícilmente accesibles en determinados momentos, como el mismo blog que dio la noticia, TMZ.
Catalizador del duelo popular
Controvertida hasta el fin, la figura de Michael Jackson era adorada por muchas personas en todos los rincones del mundo. Independientemente de sus problemas con la justicia y su agitada vida personal (que en esta era de las comunicaciones ha estado en el ojo del huracán de la prensa rosa), Jackson era un artista que ha marcado un antes y un después en el mundo de la música. Excelente bailarín, sus coreografías dictaron la línea a seguir en los videoclips y espectáculos en directo desde Thriller, una pieza maestra incluso hoy en día.
Internet ha actuado también como válvula de escape para el dolor que sienten sus fans. Actos de homenaje, encuentros y vigilias realizados por todo el mundo han sido convocados utilizando las redes sociales como el mismo Twitter o Facebook. Los videoclips del artista, colgados en diversos servicios como YouTube, están batiendo récords de visitas, y el precio de los objetos relacionados con él puestos a subasta en sitios como eBay, ven aumentado su precio.
Este éxito hay que buscarlo más allá de la inmediatez y la rapidez propias de Internet. Lo encontramos en la posibilidad que brinda la Red de que la información no fluya a través del canal solamente en una dirección (del medio hacia la audiencia), sino que sea una relación a tres bandas: del medio al lector/espectador, y de este al resto de la audiencia, con la cual se retroalimenta. Y esta retroalimentación puede llegar al propio medio.
Esta posibilidad de hablar con otras personas, otros seguidores del ídolo desaparecido, compartir el dolor por la pérdida y contrastar la información (su muerte se ha visto envuelta en la polémica por unas circunstancias no del todo aclaradas en el momento de escribir estas líneas) así como manifestar colectivamente los sentimientos, hacen de Internet más que una herramienta para informarse. Es, en definitiva, la nueva ágora del siglo XXI en la que el pueblo (el digital) se manifiesta.