Se implementó el Var de alto poder tecnológico, que quizás marque un factor que habrá que tener muy en cuenta al futuro que se nos avecina, hoy solamente es una cuestión de reglamento en el juego especialmente en el mundo del fútbol.

La intolerancia en el offside que está delimitado por una línea paralela a la ultima marca que no se puede cruzar en línea paralela al arco del rival sin tener en cuenta que el juego es dinámico y el movimiento constante de veintidós jugadores en un campo competitivo. Sin embargo la tecnología traza una línea pixelada que podría tener un milímetro de espesor y ninguna tolerancia, es decir: Se podría marcar un ancho de línea que abarque diez o veinte centímetros para que exista una tolerancia en los movimientos cuales una vez infringida el último centímetro de tolerancia se marque falta.

La tecnología olvida, para los fanáticos de la tecno, que en todos, o casi en todos sus componentes electrónicos existe una tolerancia, ejemplo; un resistor, una resistencia variable, un condensador, etc.

Si en el futuro vamos a ser controlados por máquinas, deberemos tener muy en cuenta que las máquinas y sistemas no funcionarían sin un porcentaje de tolerancia, así como un vehículo no podría circular sin una adecuada suspensión en sus elásticos y amortiguadores.

En el offside del fútbol salieron a cortar cabezas con una regla que delimita el juego con un láxer microscópico y no como en el tenis que la línea tiene un ancho casi similar al de la pelotita y reglamenta el tanto en el medio, tres cuarto o final de la misma obedeciendo a una perfecta tolerancia de posibilidades, no así el offside, en donde el jugador es cientos de veces más ancho que la línea y lleva un movimiento de traslación con una enorme masa de peso que se debe bambolear en un límite casi de vídeos juegos.

La locura siempre está queriendo ser protagonista, hasta una computadora sabe que es necesaria cierta tolerancia y sus componentes nos amortiguan la vida.

Carlos Polleé