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¡Nadie me ha matado, si usted me ha encontrado fiambre , simplemente es porque he decidido dejar de respirar por voluntad propia!
Vi un curioso letrero en aquel baño, que ponía: Aunque nades en la cómoda abundancia, o vivas en la cruel miseria, te agradecemos que ¡TIRES DE LA CADENA!
El señor gobernador firmó la sentencia de muerte. Y a pesar de que era de muerte, lo hizo sin inmutarse, haciendo gala de una extraordinaria sangre fría. El reo no iba a ser perdonado, estaba irremediablemente sentenciado a la horca. Su Excelencia, fue ejecutado al amanecer. El certificado de defunción ponía: "Suicidio Legal"
¡Necesito mejorar! Eso es lo que pensé un día. Estaba ya cansado de ser un "segundón". De ocupar un puesto de escasa relevancia. De ser solo un matón de tres al cuarto. Así que sin dudarlo, decidí ascender y de forma rápida en mi escalafón profesional. Con una pistola y seis balas, actúe. Hice un trabajo rápido, eficaz y barato. Me cargué al jefe y a sus lugartenientes. Gracias a mi esfuerzo y dedicación, he triunfado. Hoy gozo de una excelente reputación. En el mundo del crimen todos me llaman Padrino.
