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Los jubilados en Argentina padecen los males propios de la edad; pero mucho, mucho màs.
Ser jubilado en Argentina es un tormento, y a nadie sorprende, y no digo nada nuevo; pero ¿què hacemos al respecto? ò quienes tienen las armas o medios necesarios ¿què hacen?. Un jubilado que solamente por su edad, ya està disminuìdo fìsicamente por problemas de reuma, vista, sordera, articulaciones, etc, debemos sumar su escaso poder adquisitivo. Que en la mayorìa de los casos suelen gastar fortunas en medicamentos. Tienen al igual que cualquier mortal, sus gastos normales de alquiler, impuestos, servicios. Solo que un jubilado promedio gana setecientos pesos, sì, setecientos pobres pesos. Entonces, ¿còmo sobrevive?. Si a esto sumamos las interminables colas que deben realizar para acceder a esa "platita", que en la mayorìa de los casos por no decir en todos, no reciben la màs mìnima consideraciòn. Hablamos de personas de 80 años con problemas fìsicos que a gatas pudieron llegar hasta el banco, por supuesto acompañados por alguien; pero no pueden permanecer parados mucho tiempo, es decir tienen que poder, porque sino no cobran. Ese jubilado que cobra $700 y obviamente no le alcanza, a veces intenta gestionar un anticipo, para lo cual debe llenar 200 formularios y firmarlos quedando sus dedos entumecidos hasta conseguir $500 màs, para poder saldar algunas deudas. Claro que de esos $500 termina debiendo $750; pero en cuotas, lògico. Encontràndose que al mes siguiente ya no percibe $700 sino $550, y asì intenta aguantar 30 dìas. Pero ocurre que el jubilado necesita atenciòn mèdica porque tiene algunos "problemitas de salud", entonces llama al mèdico de cabecera que PAMI le proporcionò, y allì descubre segùn la secretaria que lo atiende, que el doctor lo puede ver los dìas jueves de 16 a 18hs, y bueno, dice, habrà que esperar que no me duela mucho, y saca turno para las 16hs, asì no llego tarde a casa, piensa. Pero resulta que cuando llega al consultorio, advierte que hay ocho personas màs, y se pregunta ¿si yo tengo turno para las 16, què hace esta gente tan temprano?, y allì indagando, descubre que todos, sì, todos, fueron citados para las 16hs. Entonces resignado piensa una vez màs "y bueno, habrà que esperar". Promediando la hora 18, lo hacen pasar; pero como el mèdico està apurado por salir, lo atiende como se imaginaràn, encima el jubilado, no escucha bien las recomendaciones; pero le da apuro preguntar, y se va. Tal como llegò. Sin ninguna prescripciòn, ni receta, ni nada, asì regresa a su casa con su dolencia. Y deambula buscando algùn quiosco que se apiade y le venda un cospel. Antes de llegar a su casa, pasa por el almacèn y compra un paquete de fideos, porque ya lleva una semana comiendo arroz, y ya es hora de cambiar el menù. Mientras cena ve el noticiero y se entera que habrà paro de choferes que reclaman un bàsico de $3.000, y huelga de municipales reclamando un aumento, y judiciales y... todos. Pero claro, piensa ¿y yo, a quièn le reclamo?. Terminando la cena suena el telèfono, y una voz computarizada le ofrece un auto 0 KM en cuotas. Y con este son cuatro llamados hoy. El Banco Pepito ofreciendome un crèdito importante; pero si cobro màs de $2.500-, y un telèfono celular, y un viaje. Entonces "al menos, alguien llama".