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Ante la superpoblación de magazines / programas de actualidad, el rubro se ha visto obligados a intentar modificar las clásicas estructuras que planteaba como esqueleto en nuestra televisión, en la necesidad de diferenciarse. Descontracturando a los conductores, pasando del living al mano a mano o sumando gente al piso, varios intentaron variar algo del formato para encontrar sobrevida.
Pero dos de ellos han encontrado en el problema de la superpoblación una innovación de debate casi histórico. Con la excusa del debate caliente y a modo de representar la pluralidad de voces, Intratables desde América decidió levantar ese muro, más conocido como "la cuarta pared" antes invisible desde la cámara, y ahora decidida a girar en torno a Santiago del Moro como si fuese juez en un ring de boxeo, entregándole el mando de la palabra a quién se encuentra ahí, justo donde la pantalla determina el final del estudio, lugar ahora, ocupado por invitados, entrevistados, o mismos integrantes del staff del programa.
Del mismo modo lo aplica El Diario de Mariana en las tardes de El Trece, al mostrar al entrevistado de espaldas, sujeto a modificaciones que disponga el plano, la conductora, o todos aquellos que decidan formar parte del programa.
Romper esa barrera invisible que separa al televidente de todo lo demás, conocido en cine y teatro como "la cuarta pared" parecía ser el único modo de conectar al público, pero ahora, programas de nuestra pantalla chica demuestran que ese límite parece ser necesario para generar un clima, un cambio, o al menos un nuevo modo de sorprender aunque no se separen de las mismas intenciones: manifestar la presencia del espectador aunque la interacción no se realice directamente con él.
Fuente:television.com.ar
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