Hay hombres perversos y perversas también hay mujeres. Si tienen que hacer padecer a sus propios hijos o a sus propios padres, no van a pensar en detenerse. Su propio y personal bienestar y el poder que detentan está en juego y en primer lugar, y es lo primero en lo que piensan, pese a quién le pese, todo lo demás es muy secundario.En este caso, el personaje es una mujer a quién no le tiembla el pulso a la hora de hacer sufrir a miles y miles de personas, sus propios hermanos, hermanos de raza, son los testigos de lo que han padecido y lo que están padeciendo por su culpa. Ella no se detiene, nadie sabe cuando se va a detener.............Cuando va a arrepentirse. Cuando va a tener un cargo de conciencia que haga que ella piense en sus hermanos, aquellos que nunca le dieron la espalda cuando ella les pidió un apoyo. Ella vive entre nosotros. en el poema que sigue la van a conocer... no se sorprendan... con todo lo que le he dicho, tal vez usted se haya dado cuenta de como es su nombre y también se dará cuenta de otra cosa más, que NADIE PODRÁ HACERLE CAMBIAR su forma de pensar, actuar y vivir. A ella le vá muy bien así, entonces, pensará; ... ¿Para qué cambiar?

La Perversa

Nunca antes, en el “barrio grande”, los muchachos y yo

habíamos visto a una mujer semejante,

tan tentadora. Tan prometedora. Su mirada todo lo decía. Todo lo proponía.

Rubia como el trigo. Ojos color cielo. Blanca como la leche.

Promisoria como la marea que se aproxima inexorablemente. Y joven, muy joven.

Parecía un ángel bajado del cielo, no lo habíamos notado,

era, ni más, ni menos que… el mismo demonio…

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Una joven rubia, hermosa y casquivana

Figura apetitosa y tapado de visón

paseaba indiferente entre gente desolada

Con fantástica desidia apenas los miró.

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Tal vez nunca supieron los parias que a su lado

Su pesadumbre cargan como la cruz de Dios

Que sólo el poderoso sujeto la seduce

Y solo la riqueza despierta su pasión.

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Que solo ha pernoctado con hombres del estado

Y a crueles funcionarios dedica su atención,

También a sus mujeres las colma de lujuria,

Prostituyendo a quienes subyuga su atracción.

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Allí le preguntaron humildes los plebeyos,

porqué tanta miseria, porqué tanta traición,

-"Quisiera de rodillas a todos en el pueblo",

-"Mi dicha sería entera" - tranquila contestó.

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Y cuando al fin supieron quién era aquella joven

Un hálito de hielo sus cuerpos recorrió

Soberbia y caprichosa la dama gritó entonces:

-"Política" me llaman y el pueblo me invocó.

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Así no te quiere, el “Barrio Grande”. Muchacha hermosa por fuera,

endemoniadamente cautivante a la vista,

pero tan vacía, tan fría, tan peligrosa por dentro.

Tal como tus amigos… los políticos.

Ve a andar un tiempo por los vericuetos de las personas que sufren,

por las regiones obscuras donde viven los desposeídos.

Es el otro barrio… aprende a conciencia sus cosas.

Y entonces si, vuelve, vas a ser bien recibida…

Vas a ser amada como tú lo quieres. Solo así…