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Además de la crisis mundial, en la provincia de Buenos Aires, se agrega la crisis hídrica producto de una intensa sequía de varios meses.
Ríos y arroyos de la Provincia de Buenos Aires, sin una gota de agua, levantando polvaderas los días de viento, son la consecuencia de la sequía que golpea desde hace meses a una de las provincias que conforman la llanura pampeana.
Según el Servicio Meteorológico Nacional (1988) la sequía "en términos generales puede ser considerada como la insuficiente disponibilidad de agua en una región, por un período prolongado para satisfacer las necesidades de los elementos bióticos locales. Estas necesidades dependen de la distribución de las poblaciones de plantas, animales y seres humanos, de su modo de vida y del uso de la tierra".
La sequía es, entre las incertidumbres geográficas, la que ocasiona mayores pérdidas de producción en las regiones sin riego. Ante esta situación el Estado debe planificar en forma integrada los procesos de diagnóstico, evaluación y control de los riesgos.
Porque se agrava en el caso de la Región Pampeana?, porque en ella que abarca el 25 % del territorio, se instala el mayor porcentaje de la población, la capacidad económica y el poder. Este mito argentino de la Argentina húmeda se remonta a la década del 80 en la que la Argentina se identificaba con la región. Lamentablemente así se desarrolló nuestro país y no es hora de echar culpas a generaciones pasadas sino de tener conciencia de las realidades geográficas argentinas y no vivir de mitos.
El interior de nuestro país sufre reiteradamente situaciones de sequía, y es importante participar como ciudadanos en el despertar de la conciencia sobre un fenómeno casi olvidado aún por las autoridades pertinentes. Frente a una época en que la opinión pública y los medios dan tanta importancia a las inundaciones es fundamental no olvidarse de las sequías.