Hoy 29 de abril, en un acto convocado por las madres de Plaza de Mayo, se pretende intimidar a periodistas argentinos, nada peor que tratar de involucrarlos con la dictadura militar. A cualquier persona que no este de acuerdo con el gobierno, se la acusa de haber tenido alguna relación con los militares del proceso.

Es una acción cobarde, ya que a ninguna persona le va a caer bien que la comprometan con los actos de terror que se vivieron en el país, y a la vez intimidatorio, cómo diciendo en otras palabras: -"cállate porque te acusamos"

Son muchas las noticias que salen a la luz en los últimos días, en las que el gobierno es protagonistas en hechos de corrupción, enriquecimiento ilícito y otras yerbas, muy comprometedoras para el ex presidente Nestor Kirchner. Y cómo siempre su mejor defensa es un buen ataque; por un lado; para desviar la atención y por el otro, para crear confución. Nada puede prever que estos periodistas que hoy recibieron un escrache público así, mañana no sean atacados físicamente por algún exaltado, de lo cual el gobierno, por supuesto querrá lavarse las manos.

Todo esto ocurre apenas días de un escrache que recibe Hilda Molina, la médica cubana, en la feria del libro donde ella presenta su libro titulado "Mi verdad" Un grupo de sujetos enviados supuestamente por la embajada de Cuba, se levantan y comienzan a decirle toda clase de palabras ofensivas y a gritar: " Cuba, Cuba, Cuba; el pueblo te saluda" sin permitir a la doctora Hilda Molina a decir su verdad.

Otro ejemplo es el ataque verbal que recibe el periodista Gustavo Noriega, también en la feria del libro, cuando presenta su obra: "Historia de una estafa" donde cuenta los abusos del INDEC. Un grupo de exaltados comenzaron a gritar y a decirle: "Traidor, traidor" Luego se supo que estos hombres pertenecen a la barra brava del club de futbol Nueva Chicago.

El gobierno declaró acto político al escrache y juicio político que se le hizo a los periodistas en la Plaza de Mayo, minimizando el asunto, periodistas que además soportan afiches con sus nombres denigrandolos y exponiendolos a cualquier acto de violencia, ante lo cual, la respuesta del gobierno fué: "expresión popular".

Conjugando esto con el escrache a Hilda Molina, quien ni siquiera pudo decir su verdad, realmente la conclución es que estamos mal, muy mal, serca de políticas absolutistas cómo la de Cuba o del abuso institucional de Venezuela.

Estos gobiernos no quieren dejar de tener la sartén por el mango, ¿Será por que se ven venir, los juicios que tendrán que afrontar al terminar su mandato?...