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Las 13 mujeres que murieron tras una operación de esterilización en noviembre pasado fueron operadas en condiciones de higiene lamentables y el cirujano que realizó el procedimiento utilizó los mismos guantes y las mismas agujas en todas las pacientes, reveló este martes un informe.
Trece mujeres murieron tras la cirugía realizada a principios de noviembre, en el marco de un programa de esterilización en el Estado de Chhattisgarh, centro de la India, realizado en un establecimiento público.
Además docenas de mujeres tuvieron que ser hospitalizadas tras el procedimiento, lo cual desató amplias críticas contra el sistema de planificación familiar indio.
"Ningún miembro del personal médico se cambió los guantes entre las operaciones. En todos los casos se utilizó la misma jeringa y la misma aguja de sutura", reveló la investigación realizada por cuatro organizaciones de salud pública. Según los científicos, el equipo médico operó a 83 mujeres en condiciones deplorables de higiene y, probablemente, muchas de las pacientes que murieron sufrieron infecciones.
Tras conocerse el caso, las autoridades indias señalaron en un primer momento que los medicamentos utilizados contenían veneno para ratas. Las víctimas comenzaron a sufrir vómitos y bajadas de presión poco después de realizado el procedimiento.
La esterilización es uno de los métodos más extendidos de planificación familiar en India, donde varios Estados organizan operaciones masivas destinadas generalmente a mujeres de zonas rurales, que a menudo están muy mal informadas, señalaron las ONG. "Un total de 83 mujeres fueron operadas en cerca de una hora y media, es decir cada operación duró entre un minuto y un minuto y medio", indicó el informe, que señaló que las mujeres fueron dadas de alta rápidamente y ninguna de ellas recibió cuidados post-operatorios.
Esta investigación no forma parte del proceso judicial llevado a cabo por las autoridades.
En los días posteriores a las operaciones, el cirujano que realizó el procedimiento fue detenido. Sin embargo, el médico negó haber actuado con negligencia y dijo ser un chivo expiatorio. La policía detuvo también al propietario de una laboratorio farmacéutico local y a su hijo.