Desde que el mundo es el mundo y desde que el hombre empezó a indagar y a buscar respuestas racionales a todo lo que lo afecta ha buceado desde la química hasta el psicoanálisis en busca de las respuestas a las simples preguntas acerca del amor: ¿Qué es? ¿Qué lo produce? ¿El amor del hombre y de la mujer son distintos? ¿Por qué no tengo suerte en el amor? ¿Qué me falta para enamorar al sexo opuesto? ¿Por qué estoy solo o sola?

Hay respuestas simplistas que dicen que el amor es el recurso del género humano para preservar la especie. Miles de libros se han vendido que sostienen que somos de otros planetas (a saber Marte y Venus). El psicoanálisis no alcanza a dar en el clavo, Freud ignora "lo que ellas quieren" y Lacan sostiene "que la mujer toda ella no es"... o pensemos en su famosa definición de que "el amor es dar lo que no se tiene a quien no lo es"... Y así hemos caminado en soledades más de uno buscando la media naranja.

Las feministas por su lado se sienten naranjas completas redondas y lirondas... pero también (y conozco a muchas de ellas) van caminando solas por la vida deseando el inefable amor que les dé eso que ya se planteaba desde el Movimiento Romántico.

Sin embargo el mundo gira... y el modo de ver las cosas también cambia.

La proyección de la película y la publicación del libro "El secreto" que fueron booms de ventas trataron de hacernos ver que el poder está en nosotros, el poder de tener lo que queremos cuando lo queremos: trátese de la casa ideal, del trabajo perfecto o el amor soñado.

¿El mundo cambia? ¿O lo que cambia es mi modo de mirarlo?

¿Suena egoísta? Tal vez, pero sólo es un sonido. Cuando aprendamos a amar la soledad y no la vivamos como algo hostil que nos hace sentir infelices, cuando comprendamos que es imposible estar solos en un mundo en donde viven millones de personas, una vez que logremos ver todo el amor que nos rodea y que nos habita entonces la ley de atracción que dice simplemente "Todo atrae su igual"... nos traerá el amor con el que hemos estado soñando. Pero no en un acto de magia, sino porque nos habremos permitido dejar entrar en nuestras vidas el amor en todas sus formas posibles

Hay que aprender a vibrar con alegría y a desear y a creer que es posible tenerlo todo. TODO. Incluso la pareja anhelada. Sólo que nunca llegará desde el desamor, la crítica, el autodesprecio, el rechazo a todo lo bueno que tenemos ahora.

Ciertamente las feromonas existen y también el deseo cultural de procrear, y también todas las teorías del psicoanálisis... sólo que a ellas se les escapa un detalle: hemos de ser felices AHORA. Y las cosas que deseamos llegarán.