El Liverpool FC es un club antiguo, se fundó en 1892 y siempre ha jugado en Anfield, su mítico estadio, pero su rival en el último partido de la Champions League, el Tottenham Hotspur FC es más viejo aún ya que se creó en 1882 y este año inauguró un estadio precioso que sustituyó al venerable White Hart Lane.

Así dos equipos de la pérfida Albión se disputan el cetro europeo. En un encuentro que es el más importante en la historia de los Spurs.

En tanto el Liverpool es realeza continental, con 5 copas de Europa en sus vitrinas, se disputa con el Arsenal el ser el segundo equipo más popular de las islas y su afición va más allá de Merseyside, el condado de su ciudad y abarca casi todo el mundo, los Spurs son un equipo local, quizá el tercero en seguidores de Londres, tras el Arsenal y el Chelsea.

El Liverpool es favorito en su segunda final de Champions consecutiva, y su tercera europea en cuatro años. Se ha reforzado muy bien tras el año anterior, en especial en la portería con Alysson, y necesita el triunfo, tanto para que su técnico Jurgen Klopp se quite la etiqueta de perdedor de finales, como para consolarse tras su segundo lugar en la premier después de una campaña colosal.

El Tottenham recupera a su artillero y capitán Harry Kane, que se lesionó en el juego de ida en los cuartos de final frente al Manchester City, lo que le da mucho más cartas a Mauricio Pochettino. Pero el Pool contará con sus dos grandes delanteros Mo Salah y Bobby Firmino, ausentes en la semifinal frente al Barcelona.

Duele que el Real Madrid no comparezca en el Wanda, hubiera sido genial disfrutar de una cuarta final consecutiva y más en la cancha de los añejos rivales rojiblancos. Pero el futbol es así. Esperemos que el año venidero el Madrid pelee hasta el final en las tres competiciones y que el 30 de mayo de 2020 en la que fuera Constantinopla nuestro capitán, ojalá no sea Marcelo, levante la ansiada Décimocuarta.

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La Libreta de Mou , y también a la cuenta