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Obama ha seguido más bien la pesadilla de George W. Bush: Nuevas armas, nuevos frentes de guerra, nuevos conflictos. Lo más terrible es que no se puede resucitar a los padres de la patria americana. Ni Lincoln, ni Jefferson, ni King
Miles de personas marcharon hacia el monumento a Martin Luther King para conmemorar el 50 aniversario de su famoso discurso y para afirmar que su sueño de futuro debe incluir también la igualdad para homosexuales, hispanos, pobres y discapacitados. Parecían querer decir al mundo que el sueño no está roto.
La marcha fue un homenaje a una generación de activistas que soportaron acoso, abusos policiales y humillaciones al exigir un trato equitativo para los americanos de color.. Pero los oradores insistieron en que la demanda todavía debía ser más amplia todavía.
“Este no es el momento de una conmemoración nostálgica”, afirmó Martin Luther King III, el hijo mayor del asesinado activista por los derechos civiles. “Ni tampoco es el momento de una celebración autocomplaciente. La tarea no está terminada. El viaje no ha terminado. Podemos y debemos hacer más”.
Eric Holder, el primer secretario de Justicia negro, dijo que si no fuera por los que marcharon en el pasado, él no estaría en el cargo ni Barack Obama sería presidente. No hubo ovación.
Holder mencionó a homosexuales, hispanos, mujeres y discapacitados entre quienes no habían visto cumplirse el sueño de King. Otros entre los participantes clamaron por las causas de los derechos de los votantes y los inmigrantes trabajadores sindicalizados, la igualdad social y económica, contra la brutalidad policial.
“Desfilaron pese a la animosidad, la opresión y la brutalidad de muchos espectadores blancos y la vigilancia de la policía. Pero caminaron sobre todo porque desesperaban de que no se cumplieran las promesas de sus fundadores”, afirmó Holder.
El representante demócrata John Lewis, el único orador sobreviviente de la Marcha sobre Washington de 1963, fustigó una reciente decisión de la Corte Suprema que de hecho eliminó una disposición antidiscriminatoria en la Ley sobre el Derecho al Voto.
Lewis fue un líder de la marcha de 1965, en que la policía golpeó y lanzó gases lacrimógenos contra los manifestantes que exigían el acceso a los puestos de votación
Lincoln tiene renovada vigencia hoy pero entre la gente de color tiene más vigencia todavía... “Yo tengo un sueño”, que supera las palabras abolicionistas de Lincoln. (I Have a Dream es el nombre de uno de los mejores discursos de la historia del siglo XX pronunciado por el reverendo Martin Luther King Jr. el 28 de agosto de 1963 desde las escalinatas del Lincoln Memorial, durante la Marcha en Washington que convocó a más de 200 mil personas bajo el pedido de trabajo y libertad.
Esta marcha que se ha renovado en 2014, encabezada por los familiares de King, quien no sólo representó la unión de muchas organizaciones y movimientos sociales desiguales, con objetivos y funciones diferentes, sino que significó un momento histórico y clave para los Movimientos por los Derechos Civiles en Estados Unidos en sus deseos de acabar con la segregación racial en todos los ámbitos públicos y privados, principalmente en las escuelas y hospitales; la protección de los manifestantes ante la represalias de la fuerza policial; la promulgación de una ley que combata la discriminación racial y, además, la creación de un programa de inversiones de obras públicas para generar empleo, salarios mínimos y un autogobierno para el Distrito de Columbia, con una mayoría de ciudadanos negros.
Este increíble evento no sólo contó con la participación de grandes personalidades del mundo de la política, sino que además incluyó actuaciones de diversos artistas musicales como Bob Dylan, Mahalia Jackson y Marian Anderson, para culminar con el vibrante discurso de Luther King.
A pesar de los ríos de tinta que se han escrito acerca de lo asombroso que fue y sigue siendo el discurso de Luther King, nadie se hubiese imaginado que menos de tres meses después, con el asesinato del presidente John F. Kennedy, la historia del país no ha cambiado con la introducción de nuevas reformas drásticas en materia de derechos civiles y políticos, y que su sucesor, Lyndon Johnson dejó caer con la el asesinato de Kennedy.
Por otro lado, también resulta interesante que el discurso “I have a dream” haya sido propuesto por una vieja colaboradora del pastor, la cantante de góspel, Mahalia Jackson. Y más allá de este dato, aunque estemos frente al discurso más famoso del mundo, sabemos que todo dependió de la Fe en su causa y de las capacidades del orador.
Luther King supo combinar como nadie la estética emocional, los principios y valores para comunicar y movilizar a las personas, es decir que volvió a comunicar en el código de las emociones y los principios para contraponerse a los típicos discursos estándar donde predominan la razón y la economía individualista.
Estados Unidos ha caído ahora en manos de las multinacionales y del Complejo Militar Industrial
El éxito sustancial del discurso de Martin Luther King radicó en el predominio de la emoción sobre la razón y el interés colectivo sobre el individualismo, porque apeló (aunque implícitamente) a personajes icónicos como Thomas Jefferson y Abraham Lincoln, a textos importantes como la Biblia, la Declaración de Independencia, la Proclamación de Emancipación y la Constitución de los Estados Unidos, con el objetivo de conquistar el alma y la voluntad del público presente. Y vaya que lo hizo.
Thomas Jefferson declaró indigno la posesión de esclavos, Abraham Lincoln los liberó en parte de sus grilletes y Martin Luther King les devolvió la fuerza y la esperanza, les dio un sueño por el cual creer.algunos dicen que el sueño está roto, vista la inacción ante la violencia policial.
En tiempos de Obama, 50 años después, el racismo sigue generando en el mundo las opresiones y desigualdades de los días de Lincoln
Sin embargo, a cinco décadas de esta marcha, la comunidad negra de los Estados Unidos recuerda que todavía quedan en pie mucho del pasado racista. El sueño de Martin Luther King sigue vivo y más allá de los avances en materia de derechos humanos, aunque maltrecho, y el racismo sigue a la cabeza de las desigualdades, hostilidades y opresiones de tiempos pasados vigentes en muchos lugares del planeta tierra en pleno siglo XXI). Sigue siendo moneda corriente no sólo en los Estados Unidos.
Muchos piensan que con la llegada de Obama a la Casa Blanca, el sueño de Luther King se cumplió el 20 de enero de 2009 y se reafirmó en 2013. Pues no. Solo basta con ver los índices de violencia producto de la xenofobia o mejor dicho del “racismo global” tan avanzados que todavía predominan en este país para darse cuenta de que, mas allá de las comparaciones que se le pueda atribuir a los nuevos líderes mundiales, Obama nunca será intentó serlo Martin Luther King, Luther King jamás ser Luther King, ni Lincoln y Lincoln tampoco será Jefferson. Aunque al parecer de millones de personas de todas las razas, Obama jamás podrá entrar en la categoría de los referentes que lucharon por la paz, utilizando por ejemplo formas no violentas (recordemos a Gandhi o Mandela), o más aún a los antes mencionados que lucharon por la igualdad y la libertad de los pueblos. Aún siendo de color, solo es una cristalización parcial y nebulosa del sueño Luther King.
Quizás habría que analizar cómo el presidente norteamericano ha entendido los principios de Lincoln y Luther King. Libros que siempre lo acompañaron en la toma de juramento, uno en 2009 y otro en 2013. Pero daría para un largo y extenso debate.
El siglo XXI esta vacío de discursos que tengan en su estructura la emoción necesaria, el contenido, los principios y valores que vayan más allá de lo racional y lo individual. Los discursos sólo son planes carentes de significado épico para las masas y por lo tanto poco creíbles. Y esto se debe en gran parte a que el siglo XXI está vacío de líderes o mejor dicho, quedan muy pocos. Tal como decía el mismo Luther King: “Tu verdad aumentará en la medida que sepas escuchar la verdad de los otros”. Quizás se deba a que los políticos deban acercarse un poco más a la sociedad para entender la verdad.
Tal como sostienen muchos, “I Have a dream” es un discurso único. El discurso de un pacifista que ganó con todo merecimiento el Premio Nobel de la Paz y que murió asesinado por sus ideas, por sus palabras y por su color. Un discurso de paz, pero que no te pacifica, que te remueve, que te llama a la acción y te compromete. Un discurso clave para el siglo XX, que sigue vigente iluminando el siglo XXI. El sueño continúa, maltrecho o no, con pesadillas, pero continua.”
El presidente Barack Obama evocó las palabras de Martin Luther King hijo sobre el servicio público mientras él y su familia rindieron homenaje al legado del difunto líder de los derechos cívicos con un proyecto comunitario.
El presidente, acompañado de su esposa Michelle y su hija Malia, se sumaron a otros voluntarios en el Centro de Educación Browne en Washington.
En declaraciones breves, Obama dijo que no había forma mejor de honrar a King que hacer algo por otras personas. Reconoció asimismo la controversia sobre una cita ante el monumento a Martin Luther King en Washington DC, que está siendo cambiada luego de críticas de que no reflejaba acertadamente las palabras del activista asesinado.
“Lo que él dijo realmente es que todos nosotros podemos ser un motor por el servicio, por la justicia”, dijo Obama. “No hay nadie que no pueda contribuir, que no pueda ayudar a otra persona”
Pero Obama decía una cosa y pensaba otra. Si fuera verdad su discurso, Fergusson y los otros negros recientemente asesinados por policías blancos no lo hubieran sido. Es además la primera vez en que los visitantes pueden celebrar el Día de Martin Luther King en su monumento, inaugurado en agosto pasado.
El monumento celebra los ideales defendidos por King. Una estatua de nueve metros (30 pies) muestra a King como una “roca de esperanza” emergiendo de “una montaña de desesperación”, en un diseño inspirado por su famoso discurso “Yo tengo un sueño”.
Luego de reunirse con voluntarios, los Obama se dirigieron a la biblioteca de la escuela y pintaron dos citas de King en las paredes de la biblioteca.
Obama se paró encima de una silla y cuidadosamente pintó en azul la frase: “Siempre es buen momento para hacer el bien. La primera dama pintó las palabras: “Tengo un sueño”.
Este es el tercer año consecutivo en que los Obama participan en un servicio comunitario en el día festivo en honor de King. Los outsiders piensan que será la ultima. Ganó la presidencia con sus tres palabras mágicas. ”yes, I can” (sí, puedo), que servía para todo. Pero recientemente cuando le pidieron que retirara las ”fuerzas del orden” que iba a disolver una manifestación recordando a Ferguson, dijo: “No, I can´t”. “no, no puedo“…¿es que no puede el jefe del ejecutivo frenar otra posible masacre?.. Pues entonces Obama ha perdido las próximas elecciones porque en Estados Unidos, dejar el poder ejecutivo en manos de cualquiera es dejarlo a la mayoría blanca, con porras y pistolas.