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Argentina, es un país que adolece por completo de una planificación a largo plazo. Carece de un plan central que la encamine hacia un rumbo fijo. Y ninguno de sus modelos económicos políticos van más allá de lo que duren los cuatro años de gobierno de turno
Hacerse esta pregunta es inevitable. En un país donde las permanentes crisis económicas son ya, casi un atractivo turístico y donde la incertidumbre se ha normalizado de tal manera, que ya forma parte de las vidas de los argentinos; esta pregunta siempre está flotando en el aire, como un repugnante hedor, espeso y turbio, sobre el cual ya nadie quiere preguntar.
Argentina, es un país que adolece por completo de una planificación a largo plazo. Carece de un plan central que la encamine hacia un rumbo fijo. Y ninguno de sus modelos económicos políticos van más allá de lo que duren los cuatro años de gobierno de turno. Todo plan impulsado por el gobierno, no busca más que, o bien ganar votos para perpetuarse en el poder, o bien la escusa de solventar una supuesta falencia social con la finalidad real de robar lo más que puedan. Argentina, esta destinada a convertirse en simple alimento de algunos otros países de verdad.
Un pueblo adicto a la inmediatez, producto de un futuro incierto, y demasiado preocupado por como sobrevivir el día a día; no suele hacerse preguntas incomodas. Preguntas, que en todo caso, no harán más que hacer el presente aún más turbio y desesperanzador.
No es necesario ir demasiado lejos para encontrar unos cuantos casos disfrazados de ayudas social u obras publicas, que nunca fueron otra cosa que la descarada pantalla destinada a esconder el robo de dinero y las excusas para desviar recursos de los contribuyentes directo a los bolsillos de los políticos. Es difícil hallar en la Argentina, algún proyecto impulsado por el gobierno que no se encuentre o bien sobre facturado o bien, plagado de cóimas y desviaciónes de fondos. Esa, es la triste historia de este país.
Cómo no preguntarnos entonces: ¿Cuanto y de que manera el gobierno estará robando en estos momentos? Es escalofriante ver la cantidad de oportunidades que tienen para robar. Basta con reparar en la gran cantidad de compras y gestiones que el gobierno se encuentra administrando en este marco de emergencia sanitaria. Una eterna y conveniente emergencia nacional, que algunos altos funcionarios del gobierno han sabido aprovechar muy bien mientras que los organismos de control y fiscalización, brillan por su ausencia . ¿Será tal vez mediantel la compra de barbijos y otros elementos de seguridad? ¿Mediante la adquisición de kits de testeo para el covid-19? O mediante la compra de elementos de la canasta básica destinados a la ayuda humanitaria…
Lo cierto es que los argentinos viven bajo la administración corrupta de un gobierno que esconde sus verdaderas intenciones bajo una falsa careta paternalísta
Lo cierto es que los argentinos viven bajo la administración corrupta de un gobierno que esconde sus verdaderas intenciones bajo una falsa careta paternalísta. Nos arrastramos entre las trincheras con la única certeza de que más tarde o más temprano, seremos alcanzados por un nuevo proyectil que como siempre, ignoramos de donde vendrá.
Para muestras sobra un botón.
Nuestros queridos políticos no tardaron en aprovechar la oportunidad para intentar sacar ventaja ya desde los comienzos de esta situación de emergencia pandemica, recordemos pues:
La compra de fideos a un 51% más caros que al precio normal de mercado. Se trataba de fideos semolados por 500 gramos de la empresa Copacabana a un precio unitario de $85, 76. El mismo producto se vendía al público en general a unos $56, 76 es decir, a un 51% más barato que la compra que el gobierno gestionó con la mencionada empresa por un monto de $543 millones.
La compra de barbijos. A mediados de mayo de este año el gobierno volvió a lucirse cuando llevando a cabo la compra de 5 millones de barbijos N95 por el valor de $340 millones. El Gobierno adelantó unos $170 millones al spuesto por los cuales, no recibieron más que 150 mil barbijos de los 5 millones prometidos. La empresa con la que el gobierno decidió efectuar la operación no contaba ni siquiera con pagina web y ninguno de los teléfonos registrados eran contestados. Aquí seria interesante hacer mención ha la aplastante burocracia que es necesario sortear para inscribirse como proveedor del estado y sin embargo, E-ZAY con poco más que dos teléfonos y una dirección inexistente, logró cerrar con el estado una venta por $340 millones.
Mientras que asoma una pequeña parte de los sucios y corruptos negociados por parte de aquellos que se supone, deberían cuidarnos; es inevitable preguntarnos: ¿Cuanto más grande y negro a de ser el iceberg que se esconde tras el marco de emergencia sanitaria. La trama de mentiras y engaños que flotan frente a nuestras narices, en un mar de cómoda ignorancia y que como siempre, no vemos sino hasta que ya es demasiado tarde.
Gracias por leerme.