Me da mucha ternura cómo la gente a veces se comporta por una persona que le interesa romántica y/o sexualmente: pareciera que su psique retrocediera unos cuantos estadíos evolutivos y funcionara de una manera infantil, rudimentaria, arcaica. Creí que la adolescencia era la única etapa de nuestro ciclo vital que servía como continente para estas conductas, que a mi criterio, son repudiables y tachables de "inmaduras", pero me equivoqué: hay gente adulta que se comporta como infradotada.
Yo no sé si muchos de mi género/sexo se la pasan viendo porno, esperando que las mujeres tengan un pedazo de físico equivalente al de una tipa que come un par de plantitas de almuerzo y que se la pasa en el gimnasio endureciendo glúteos y busto, y que además es una ninfómana que apetece sexo (como si nunca estuviera de mal humor o si nunca tuviera la regla), pero me encanta esto: muchas veces dicen estar enamorados, siendo que en realidad tienen una erección y lo que buscan es acostarse con la pobre chica, una pobre cáscara externa que es degustada, quedando en el olvido la persona dueña de ese cuerpo.
Tampoco estoy seguro si las mujeres se la pasan delirando con películas como Orgullo y Prejuicio o pelis de Disney (La Sirenita, La Bella y la bestia, etc.) esperando un principito azul que les produzca cosquillitas a la altura de su ombligo y un poco más abajo, pero lo que sí sé es que muchas personas (dejando ya de lado el género/sexo) tienen ciertos esquemas o representaciones mentales que condicionan mucho su afectividad y sus conductas, derivando en cosas como las siguientes:
- personas que tienen un "tipo" de persona que les puede gustar o no,
- el someterse a costumbres que pareciera que sus papás o alguna autoridad durante su infancia les impuso, sea la famosa expresión "la mujer nunca se declara" o "el hombre tiene que coquetear y ser activo" o argumentos igual de discutibles y refutables,
- el no ser directos con otra persona,
- el histeriquear, dando vueltas y vueltas como una calesita o estimulando y moldeando sentimientos y expectativas
- melodrama innecesario
- ambivalencia en la naturaleza del vínculo con el otro
- llamar la atención estúpidamente
- tener fluctuaciones anímicas
Desconozco honestamente cómo funcionaba este asunto en otras épocas. Solamente sé que había un lenguaje con el abanico o que algunas damiselas tiraban su pañuelo al piso para que un caballero emergiera del anonimato para captar su atención, y creo que uno siendo hombre tenía que arrastrarse como condenado o estar pendiente si la señorita se dignaba a darle una oportunidad o no. ¿Pero con esto echo la culpa puramente al sexo femenino? Oh, no, incluyo también al arrastrado o perrito faldero que obedece esos cánones, a nivel de masoquista muchas veces. Sin embargo, de lo que estoy seguro es que hay cosas que son innecesarias y que pueden ser descartadas para ahorrarnos tiempo y energía. Me canso de escuchar siempre la misma melodía: "no me calienta, por tanto no me interesa", "no tiene nada de tetas, es re plana", "no me contesta el SMS", "me está histeriqueando, me tiene harto/a", etc. Siento profunda decepción y a la vez una pena sincera por aquellas personas que utilizan esquemas o patrones conductuales para intentar seleccionar y conquistar a alguien del sexo opuesto que, a mi criterio como ya dije, son patéticos, totalmente discutibles y hasta inclusive inmorales. Muchas personas se están retorciendo por otra que las está ignorando para "no quedar servida en bandeja" o como "una fácil", otros están obstinadamente intentando conquistar a alguien que cada vez exige más y más en el ritual de galanteo/coqueteo/de conquista. Otras personas, aquellas que se la pasan mirando en vez de hacer, se la pasan denigrando y descartando a todo sujeto del sexo que le interesa por no poseer las características de Romeo o por no tener una silueta de miss-universo anoréxica. Otros dejan de lado totalmente lo afectivo para remitir casi todo a factores tales como la dimensión estética o el fenómeno de la tensión sexual. La tecnología, cómplice inocente de todo esto, beneficia a que las personas manipulen por vía escrita al otro: comentarios ambiguos, demoras en contestar, aplicar la fría indiferencia ante el otro o maltratarlo con presencia o ausencia de adornitos como emoticones. Es gracioso cómo el infantilismo ahora tiene un rostro más: el histeriqueo online o escrito. En persona imagino las manifestaciones siempre fueron la misma basura: halagar injustificadamente a nivel de - como se dice popularmente - "chupar las medias", el insultar/despreciar/humillar al otro que nos produce ira o dolor porque no nos da una atención que pretendemos que adivine, como también usarlo como chivo expiatorio por el simple despecho con todos sus congéneres. Tampoco olvido esas intenciones implícitas en chistes y comentarios donde se hace referencias a escenas o proyectos entre un "solo vos y yo", donde el fantasma de la potencial pareja se asoma. Otro ejemplo a agregar también es el estar a punto de dar el salto y de repente echarse a correr por la puerta de la vergüenza o retrasar las cosas para hacer todo más divertido o extender el show, o para producir falsas esperanzas, sumando una persona más a la lista de despechados o de "corazones rotos" por no cumplir ciertas promesas que uno señalaba que estaba dispuesto a cumplir. Conclusión: Qué complejos son los vínculos, y qué complejos vienen a ser cuando recordamos otra realidad nuestra: la de ser seres sexuados. ¿Tan difícil es intentar pasar tiempo con la otra persona e ir abriéndose progresivamente? ¿Tanto cuesta querer al otro dejando de lado que sea del sexo opuesto? ¿Y es realmente más preferible quedar como un cruel manipulador en lugar de alguien avergonzado por exponer abiertamente sus intereses, intenciones o sentimientos?