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Es hora de pactos, de transacciones para formar gobierno, pero lejos de mostrar responsabilidad, sólo escuchamos reproches, insultos y barbaridades, y en lugar de buscar acuerdos sobre las cuestiones más urgentes, la derecha cierra sus puertas y cuestiona cualquier fórmula de gobierno
Esto es un circo, un espectáculo grotesco, y los ciudadanos lo estamos viviendo como meros espectadores, aburridos, asqueados, pensando en que termine de una vez tan esperpéntico desfile de payasos. Porque no tiene gracia, si acaso son ellos los que se ríen de nosotros. Y mientras tanto, cuidado con levantar la voz, porque nos arrojarán a la jaula de las hienas.
Es una parodia, aquí no hay debate entre partidos para defender los derechos y las necesidades de los ciudadanos. Pero si hasta se pelean dentro de sus propios partidos tratando de imponer sus ideas sobre el resto de correligionarios.¡Qué vergüenza! ¡Qué inconsciencia! ¡Qué estafa!
Y mientras, cuánta gente sufriendo, arruinada, sin trabajo, pagando la incompetencia de aquellos a los que pagamos, y los bancos haciendo negocio redondo.
Pero claro, para eso estamos la gente común, los que no somos Florentino Pérez, los que no tenemos empresas del Ibex35 registradas en paraísos fiscales. Los que de verdad tenemos responsabilidades fiscales con las que cumplir.
Nos encontramos ante un histrionismo desmedido como arte de la política. Con políticos haciendo un papel patético. Estamos ante una ópera bufa, donde lo caricaturesco es la norma, y todo ello sin el más mínimo rubor por parte de estos incapaces. Y es que hay algunos políticos que hacen del engaño un verdadero arte, sin desazón alguna.
Si fuéramos exigentes con esta farsa, si dijéramos hasta aquí, basta ya, muchos políticos irían al paro porque son una nulidad para la sociedad. Desvergonzados, impúdicos, sinvergüenzas. Representan la desfachatez política sin límites.
Si fuéramos exigentes con esta farsa, si dijéramos hasta aquí, basta ya, muchos políticos irían al paro
El Congreso de los Diputados es una gran carpa de cuatro pistas en las que actúan caricatos, chirigoteros, volatineros y fantoches. Pero que paradójicamente suponen una oligarquía voraz con los recursos del Estado. Neoliberales de un verdadero capitalismo salvaje; fascistas nostálgicos de un pasado oscuro, solcialdemócratas sólo de nombre y codiciosos usureros que nada sino su sangre quieren de España.
Poder y dinero. La manifestación real de la politiquería a que nos están acostumbrando. Un acto teatral como espectáculo político, ni Federico Fellini hubiera imaginado algo así para una de sus superrealistas películas. Hoy, ante una nueva investidura, la política nacional es sólo un espantajo ridículo del pulso de poder en su expresión más triste con actores deficientes funcionales.
Es verdad que el PSOE y Podemos están intentando formar Gobierno. Es verdad que este Gobierno será débil y que necesita por ello recabar apoyos con vascos y catalanes. Es verdad, es una complicación cierta. Pero esto no justifica el espectáculo que se ha ido apoderando del panorama político.
Por eso, los ciudadanos tenemos que pedir sosiego, compromiso, responsabilidad, más entendimiento y menos circo. Porque es muy fácil criticar desde un bloque al otro, pero, ¿quiere asumir ahora el PP su responsabilidad de Estado? La que en su día pidió y consiguió del PSOE. Claro que no, porque no tiene ese horizonte de grandeza del que se jacta. ¡Lástima! Aquí solamente vemos que todos quieren el poder y que ninguno es muy ilustrado en la sutileza de los medios para conseguirlo.