Dado que es Mendoza una gran ciudad está equipada con una variada oferta de hoteles. El Hotel de Mendoza es el sitio al que el turista se dirige, tanto por motivos de un viaje vacacional o de una cita de negocios, buscando la fisonomía más amable de la capital de Cuyo. Puede que se trate de un destino final o la estadía circunstancial, pero en cualquiera de los casos le solicitará buen servicio, confort y un precio acorde a lo que está dispuesto a ofrecer. Hay muchos tipos de viajeros. Y cada uno busca un tipo determinado de alojamiento.

El Hotel de Mendoza que precisa quien no tiene como preocupación el dinero será el hotel de lujo. Todo hospedaje debe brindar al turista un servicio de calidad y un nivel más o menos elevado de confort, pero en el hotel de lujo lo que se le ofrece al viajero cuenta con un sello de extraordinaria clase y estilo.

Desde que traspasa la puerta de ingreso, el viajero debe sentir que es el suyo el único confort que al personal del hotel le importa lograr. Éste personal está altamente cualificado y su dedicación al cliente es total.

A Mendoza llega un turismo de calidad que se relaciona comunmente con reuniones de congresos en sus centros especializados o con la cultura del vino, muy enraizada en la capital mendocina y en toda su área de influencia.

El congresista necesita un ambiente donde pueda proseguir su jornada de trabajo, gracias a una variedad de servicios. Este ejecutivo precisa una conectividad total con su empresa y para ello el hotel le facilita el acceso a Internet, la utilización mediante alquiler de equipos multimedia, celulares, salas de reuniones e incluso traductores y secretarios.

Si busca en Mendoza un hotel que se adapte a sus exigencias no tendrá dificultad de encontrarlo. La oferta es tan amplia que podrá escoger entre los mejores

Si por el contrario, lo que precisa es relajación, tiene acceso a piscina, masajes, solarium, sauna o gimnasio donde ejercitarse.

Algo que distingue sin lugar a dudas a un hotel de cinco estrellas de otro de inferior categoría es su oferta gastronómica. El alojamiento en aquél lleva consigo el correlato del gran restaurante, dirigido por reputado cocinero. O de varios grandes restaurantes, porque es habitual que se pueda escoger entre varios comedores en los que se practican diversas ramas del arte culinario.

Y no nos olvidemos del vino. En una metrópoli donde la tradición vinatera está tan enraizada, todo establecimiento que se precie de dar un servicio de lujo ha de contar con una extensa y selecta bodega con la que obsequiar los paladares más exigentes. Entre sus botellas contará con los selectos caldos importados que se pueden encontrar en los mejores establecimientos del mundo y desde luego, para hacer patria, con los producidos en las viñas cuyanas que gozan de un merecido prestigio.

Para que un hotel pueda ser declarado de lujo, es importante su ubicación. Que esté enclavado en un entorno cuidado y grato contará como valor añadido a la hora de elegir el lugar en que nos vamos a hospedar. En Mendoza, ciudad ajardinada, es fácil encontrar alojamiento a pocos pasos de cualquiera de las mil plazas que la convierten en un oasis de verdor.

El edificio en el que se integran los servicios el hotel debe reunir una serie de cualidades. Moderno o añejo, los materiales han de ser de primera calidad, los productos ofrecidos satisfacer todas las necesidades del huésped y cumplir con exigentes y extraordinarios estándares de limpieza.

Por descontado, el acceso al hotel debe ser sencillo y rápido, tanto mediante transporte público como si se decide llegar en vehículo particular, para lo cual contará con un aparcamiento seguro.

La cosmopolita Mendoza cuenta en su haber con algunos de los hoteles de lujo mejor calificados por sus clientes. La combinación de edificios señoriales, inmejorable servicio, localización excelente y los variados complementos que ponen a disposición de sus clientes los convierten en referente al que acudir.