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Afortunadamente muy pronto me fui desencantando de la escuela y poniendo en duda lo que allí nos enseñaban, porque de lo contrario seguiría pensando que los europeos vinieron a América a traernos la civilización y no a apropiarse de las riquezas y la dignidad de los Americanos
Recuerdo que estando en la escuela, cuando nos empezaron a hablar de las culturas precolombinas, la profesora nos dijo que “los indios no tenían un sistema de escritura”, y que “vivían en un estado de vida salvaje e incivilizado”. Esto, aunado a la televisión de corte norteamericano que veíamos entonces, en las que el indígena hablaba a media lengua y era un bandido ladrón de ganado y de mujeres, generaba una idea de los primeros habitantes de América como brutos, casi animales.
Afortunadamente muy pronto me fui desencantando de la escuela y poniendo en duda lo que allí nos enseñaban, porque de lo contrario seguiría pensando que los europeos vinieron a América a traernos la civilización y no a apropiarse de las riquezas y la dignidad de los Americanos.
Leyendo el libro de Carlos Beorlegui “Historia del pensamiento filosófico latinoamericano” editado por la Universidad de Deusto, me doy cuenta que mis sospechas tenían fundamento; hay algo sobre la vida de los indígenas que no nos contaron los profesores. No se trataba simplemente de tribus recolectoras que andaban desnudos al mando de un cacique, también tenían complejas estructuras sociales como el caso de las culturas Nauatl, Maya, Azteca e Inca, por nombrar sólo las más reconocidas.
Deberíamos conmemorar luctuosamente el inicio de una invasión que desembocó en el saqueo de nuestros recursos y en uno de los más grandes etnocidios que la historia ha visto
No sólo no eran brutos, sino que tenían interesantes mitologías a partir de las cuales lograban dar cuenta del ordenamiento del mundo así como del papel del hombre en dicho orden. También habían desarrollado concepciones de tiempo y sistemas de medición. Para terminar de afincar mis sospechas contra la escuela, nos cuenta Beorlegui que los primeros Americanos tenían sistemas de escritura y que dejaron textos, algunos de ellos escritos antes de la llegada de los españoles.
Para completar, el profesor Miguel Ángel León Portilla explica que en la cultura Nauatl existía filosofía, habla sobre un movimiento de pensadores similar al que existió en Grecia en el momento que se dio el salto del mito a la razón. Los Tlamatinime o sabios, eran personajes que cuestionaban los conocimientos que se tenían por ciertos, y se encaminaban hacia la búsqueda de la verdad, diferenciando claramente el conocimiento mitológico del conocimiento verdadero, que al igual que la verdad científica europea debía afincarse sobre bases firmes y seguras.
Así pues, lo que nos enseñaron en la escuela está errado, no se corresponde con lo que sucedía en la realidad Americana. Toda esa maravillosa organización social y sus expresiones culturales han querido ser silenciadas por un discurso dominante eurocentrista para desviar la atención de lo que realmente sucedió. De esta manera los Americanos no deberíamos celebrar tan festivamente el “descubrimiento de América”, si no que deberíamos conmemorar luctuosamente el inicio de una invasión que desembocó en el saqueo de nuestros recursos y en uno de los más grandes etnocidios que la historia ha visto.
Hay algo sobre la vida de los indígenas que no nos contaron los profesores