¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Redacción Política escriba una noticia?
El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, preside a partir del lunes la XXIV Cumbre Iberoamericana en plena conmoción nacional por la desaparición y presumible masacre de 43 estudiantes, que ha deteriorado su imagen internacional.
El emblemático puerto de Veracruz (400 km al este de Ciudad de México) será sede de esta reunión de dos días en un contexto de indignación y protestas.
El sábado, el país recibió la noticia de que al menos uno de los desaparecidos en septiembre ha sido identificado entre los restos humanos encontrados, atizando el temor de que los 43 jóvenes fueran masacrados en una espeluznante alianza de policías de Iguala (sur) y narcotraficantes.
Presionado por resolver este brutal crimen, que exhibió la profundidad de la infiltración en autoridades mexicanas, el presidente de la segunda economía de América Latina tendrá en principio la oportunidad de discutir sobre asuntos alejados de la criminalidad con mandatarios de la región, España y Portugal.
La desaparición de los estudiantes, como otros problemas de violencia, "son retos que no tienen por qué afectar a la cumbre de ninguna manera. Es un reto de México, que afecta a México", subrayó el sábado Vanessa Rubio, vicecanciller para América Latina, en una conferencia de prensa en Veracruz.
La funcionaria rechazó que México pueda ser un anfitrión con mala imagen y dijo que los jefes de Estado "vienen como amigos de México, que vienen a refrendar el liderazgo de México en la región y el liderazgo del presidente Enrique Peña Nieto en la región".
Los líderes probablemente apoyarán los esfuerzos de Peña Nieto por restaurar la seguridad en México porque "es un país clave y al final de cuentas se desea más estabilidad en nuestro país que beneficie a la región", dijo a la AFP Ana Luisa Trujillo, experta en relaciones internacionales de la pública Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
- Recuperar atractivo de cumbre -
El secretario (ministro) de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, ha señalado que los trabajos de la cumbre se enfocarán en educación, cultura e innovación, asuntos que ayudarán "a construir esas condiciones de paz".
Pero esta cumbre ha ido perdiendo atractivo para los líderes en los últimos años, lo que provocó que en la última reunión de 2013 en Panamá -- a la que acudió la mitad de los 22 mandatarios -- se decidiera que después de la cita de Veracruz pase a celebrarse cada dos años.
"Las cumbres iberoamericanas se han convertido en una pesadilla para el gobierno español", dijo a la AFP el analista José Antonio Zarzalejos, exdirector del diario conservador ABC de Madrid. "Hace unos cuantos años era la cumbre más importante que había en América Latina, siendo España la cabeza de puente hacia la Unión Europea, pero en los últimos años han sido muy deslucidas".
Los países de la región han formado entre ellos nuevos bloques en los últimos años, como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), la Alianza del Pacífico o la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
Las regulares citas de estos organismos, junto a otras como la Cumbre de las Américas con Estados Unidos y Canadá, ocupan importantes espacios en las agendas de los mandatarios.
- Castro y Maduro en duda -
El gobierno de México, país que albergó en Guadalajara la primera Cumbre Iberoamericana en 1991, pretende ahora "relanzar" este foro y se ha esforzado por lograr una gran presencia de mandatarios.
Felipe VI, quien asumió como rey de España en junio, llegó a Veracruz la noche del sábado para participar por primera vez del evento.
Por el momento han declinado su presencia la presidenta argentina, Cristina Kirchner, por motivos de salud, y la brasileña, Dilma Rousseff, inmersa en los preparativos de su nuevo gobierno, señaló Meade.
Los presidentes de Perú, Chile y Colombia -- socios de México en la Alianza del Pacífico -- han confirmado su llegada a Veracruz al igual que los de Ecuador, Uruguay, Paraguay y los de Centroamérica salvo Nicaragua.
Todavía falta por confirmar la presencia de algunos jefes de Estado como el venezolano, Nicolás Maduro, y el cubano, Raúl Castro, quien no ha participado en una cumbre iberoamericana desde que asumió la presidencia en 2008, aunque ha sido invitado expresamente por México y España.