Después de perder nuestra TIERRA SANTA comenzamos a trashumar por los distintos continentes. Algunas veces éramos bien recibidos, y en otras ocasiones, duramente golpeados, especialmente en la Europa católica.
A pesar de todo, nunca traicionamos a nuestros anfitriones.
RUSIA. "Su nombre proviene del término 'Rus--Vikingos del Este'. Aunque la población es eslava, sus primeros habitantes fueron los navegantes escandinavos."
LOS HEBREOS. Aparecimos en los primeros años de la era cristiana. En el año 722 el emperador León III (n. 680), conocido como el Isáurico (región del Asia menor, frente a Chipre), nos prometió protección siempre y cuando aceptáramos el catolicismo.
Como no podía ser de otra manera se produjo un gran desbande: unos se radicaron en Crimea, otros en las regiones del Cáucaso y un tercer grupo en la desembocadura del Volga, el territorio de los KHAZARES.
Los rusos se las agarraron con los khazares quienes se habían alejado hacia la costa septentrional del Mar Negro. Y nosotros nos fuimos detrás de ellos.
Aquí nos encontramos con los CARAÍTAS, una secta que aceptaba el pensamiento de ANÁN BEN DAVID (n. 715), un secesionista quien había proclamado la necesidad de estudiar las Escrituras de un modo libre, sin tener en cuenta las interpretaciones que le daban los rabinos.
EL CLERO ORTODOXO MOSCOVITA ERA TAN ANTISEMITA COMO EL CATÓLICO. Sus fieles nos pegaron duro y parejo. Para colmo de nuestros males nuestra población se había incrementado con la llegada de los que huían de la Inquisición.
El primer lugar donde se publicó un LIBELO DE SANGRE fue en Senno (Distrito de Vítebsk, al Noroeste de Bielorrusia), después del arresto de cuatro personas a causa de la aparición del cadáver de una mujer cerca de una taberna propiedad de un hebreo.
En enero de 1948 el servicio de inteligencia provocó el fatal accidente automovilístico que le costó la vida al brillante actor y director del Teatro de Arte hebreo de Moscú, SALOMÓN MIJOELS (N. 1890.)
Al asesinarlo, el régimen se sacó de encima a un incansable luchador por los derechos de su gente.
La campaña antisemita no se limitó a activistas o escritores. En marzo de 1949 fueron despedidos varios periodistas del diario La Verdad-- Pravda.
LA PURGA Se extendió a otros medios y algunos de los despedidos fueron arrestados.
Las persecuciones llegaron a las universidades y a los medios académicos. Una de las campañas más venenosas estuvo dirigida contra el historiador ISRAEL MINTS.
Numerosos profesores de las universidades de Moscú y Leningrado fueron atacados y muchos de ellos terminaron en la cárcel o en los campos de concentración, más conocidos como gulag.
Una de las estrellas ascendentes en el campo ideológico, Dimitri Chesnokov, un furibundo antisemita, se convirtió en miembro del Comité Central y editor jefe del diario Kommunist.
Las atrocidades cometidas por los comunistas siguieron su curso. En 1952 fueron ultimados próceres de nuestra cultura, entre ellos ISAAC BABEL, reconocido periodista, escritor y dramaturgo, nacido en el gueto Odessa en 1894.
EJECUTAN A MÉDICOS. En enero de 1953, la paranoia de Stalin se agudizó cuando su médico personal, VLADIMIR VINOGRADOV, le diagnosticó una hipertensión aguda y le recomendó un tratamiento severo.
Stalin se negó a seguir con sus indicaciones. Por esos mismos días el déspota recibía una carta de la doctora Lidia Timashuk, que trabajaba en el Policlínico del Kremlin, donde acusaba a Vinogradov y a otros ocho médicos -la mayoría hebreos- de ordenar tratamientos inadecuados a personajes del Partido y del Ejército. Todos ellos s fueron arrestados. Dos murieron durante los interrogatorios y a los siete restantes no les quedó otra que admitir lo inadmisible.
Solamente después de la muerte de Stalin lo funcionarios soviéticos reconocieron la falsedad de las acusaciones.
En febrero de 1956, el nuevo líder de la Unión Soviética, Nikita Jrushchov, pronunció su famoso "discurso secreto" ante el XX Congreso del Partido, para detallar los crímenes cometidos por Stalin.
En Rusia, los matarifes de carne humana seguirán reproduciéndose de generación en generación hasta que a la tierra le alcance el diluvio.
Ya en la primera década del siglo XXI han surgido voces que pretenden reivindicar a Stalin.