Ayer Roberto Sánchez recibió pocas visitas en su habitación del Hospital Italiano, antes de que llegara la hora de la intervención quirúrgica. Pero una de ellas se transformó quizás en la más importante de aquel momento previo.

Es que Javier Máscolo, el mendocino que en el año 1993 se transformó en el primer argentino del interior del país en ser trasplantado de corazón y pulmón, llegó voluntariamente hasta el nosocomio a brindarle su apoyo. Inmediatamente los médicos lo hicieron pasar y pudo dialogar con el ídolo. "Lo vi bien, le brindé mi experiencia, le dije que se puede y él me dio las gracias", aseguró Máscolo.

Javier Máscolo (42) nació con una cardiopatía congénita y su primer operación fue al año y medio de vida. Luego de la intervención le dijeron a su mamá que la expectativa de vida no sería mayor a 12 años.

Sin embargo nunca bajó los brazos y a los 26, después de dos años de espera por un corazón y un pulmón se transformó en el primer paciente trasplantado cardiopulmonarmente en el Interior del país y el segundo en Argentina. Claudio Burgos, quien hoy lidera el equipo médico que operó a Sandro, fue también el encargado de intervenir a Máscolo,

Pasaron 16 años de aquel 15 de setiembre de 1993 y hoy, más allá de seguir tomando una medicación permanente, Máscolo lleva una vida normal junto al cariño de su mujer, Cintia y de sus tres hijos, Sebastián, Micaela y Saverio.

Sin embargo, el trasplante cardiopulmonar no sólo le permitió seguir viviendo, sino también le dio la posibilidad de dedicarse de lleno a colaborar con personas que pasaron por su misma situación. Así creó APTO, la fundación de Ayuda al Pre y Post Trasplante de Órganos, desde donde colaboró con cientos de mendocinos, no sólo desde lo afectivo, sino también reuniendo dinero para operaciones y medicamentos.

Javier Máscolo recibió un trasplante cardiopulmonar hace 16 años. Ayer estuvo cara a cara con El Gitano

"A mi me gusta la música de los '80, la verdad no escucho a Sandro, pero cuando me enteré de que estaba en el Italiano me fui directamente para allá. Imaginate que ese hospital es como mi segunda casa, ahí nomás me hicieron pasar a la habitación de Sandro. Lo vi bien, estaba con los análisis pre operatorios en la mesa de luz y viendo en un gran plasma las noticias que hablaban de su propio estado de salud", comentó Máscolo.

Apenas se vieron comenzó una breve charla entre el mendocino y el "Gitano". Le dije que yo llevaba 16 años de trasplantado y que tenía una buena calidad de vida. Además le recomendé que tuviera fe en Dios, que pensara en positivo y que siempre le diera para adelante. Inmediatamente me agradeció mucho el apoyo y más tarde su gente me dijo que cuando todo esto terminara nos juntaríamos a tomar unos mates", completó Máscolo.

Hace un año, el mendocino que formó parte de aquella operación histórica para nuestro país se sometió a un nuevo trasplante, esta vez renal, pero nunca dejó de comprometerse desde lo humano con quienes se enfrentaban al mismo panorama.

"Claro que tuve miedo antes de mi primer trasplante, son sentimientos encontrados, por un lado estaba agradecido de recibir la noticia de los órganos y por otro le dije a mi mamá a quién le tenía que dejar mi caña de pescar en caso de que todo saliera mal. Lo importante es tener el apoyo de la familia y creo que eso Sandro lo tiene", agregó Javier.

El mendocino, que hoy vive en Rodeo de la Cruz espera volver a encontrarse con Roberto Sánchez. "Me gustaría alentarlo para que salga adelante con el post operatorio, que tampoco es fácil de llevar", concluyó.