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Principal › Content La Misteriosa Isla Diego García, y la "la del Malaysia Airlines... Sáb, 04/05/2014 - 17:50 Videos: en detalle, la misteriosa isla Diego García, "la del Malaysia Airlines"
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Un artículo bastante increíble está circulando, originado por The Epoch Times: el avión malasio aterrizó en una base militar secreta de EEUU en el Índico.
por MDZ,
Primero empezaron a hablar del tema en voz baja. Luego, más medios se animaron a reproducir la versión del diario The Epoch Times de que un presunto pasajero del avión perdido (o estrellado, según la versión oficial) de Malaysian Airlines había mandado un mensaje desde la isla Diego García, en medio del Océano Índico.
Como ya diera cuenta MDZ no bien echó a rodar la loca especulación, Una foto totalmente en negro salió a la luz en las redes sociales, presuntamente tomada por Philip Woods, un ingeniero estadounidense de IBM que se encontraba a bordo del vuelo MH370 de Malaysia Airlines desaparecido el 8 de marzo. Así lo publicó The Epoch Times.
A través de la metadata de la imagen, (datos Exif) se pudo saber que la foto fue tomada dentro de los 3 kilómetros de lo que Google da oficialmente por la isla Diego García, un atolón del Archipiélago de Chagos, situado en el Territorio Británico del Océano Índico (BIOT), un Territorio Británico de Ultramar.
La imagen fue publicada con el siguiente texto:
“Estoy detenido por personal militar desconocido después de que el vuelo en el que viajaba fuera secuestrado. Trabajo para IBM y logré esconder mi teléfono celular durante el secuestro. Me han separado del resto de los pasajeros y estoy en una celda oscura. Mi nombre es Philip Wood. Creo que estoy drogado. No puedo pensar con claridad”.
La isla Diego García
Ahora te contamos de qué se trata ese lugar. La isla Diego García es un atolón del Archipiélago de Chagos, situado en el Territorio Británico del Océano Índico (BIOT), un Territorio Británico de Ultramar. La Wikipedia informa que la isla alberga una base militar estadounidense. Las instalaciones incluyen un aeropuerto, hangares, áreas técnicas, viviendas y otras infraestructuras civiles y un puerto de aguas profundas.
El atolón se encuentra aproximadamente a 1800 nmi (3300 km) al este de la costa oriental de África y 1200 nmi (2200 km) al sur del extremo meridional de la India. Diego García se encuentra en el extremo sur-este de una larga cadena de arrecifes de coral, atolones e islas que comprenden Laccadives, Maldivas y el archipiélago de Chagos, en el que Diego García está situado geográficamente. La hora local es GMT + 6 horas durante todo el año ya que no tiene cambios de horario. Es la mayor isla del archipiélago de Chagos y actualmente la única habitada.
"Detenido"
El dato curioso es que Philip Wood, el representante de IBM e China mencionado en las crónicas como el autor del mensajeo desde ese lugar, ya está en la versión Wikipedia de la historia de la isla Diego García. Aparece allí como "detenido" y dice: "Trabajador de IBM (del cual fue borrado misteriosamente tras el accidente del vuelo 370 de Malaysia Airlines) consiguió enviar una foto desde su movil. Se piensa que Rothschild ha provocado el accidente del avión para heredar una patente".
"Las Malvinas del Índico"
El periodista Fernando Cibeira, en 2012, contó la historia de la isla Diego García en Página/12. Su historia de reclamos es similar a la de las Malvinas y de allí la nota periodística.
Es bueno recordar aquel texto, muy interesante:
Diego García es un atolón (una isla de coral en forma de anillo) de apenas 44 kilómetros cuadrados, el único habitado en el archipiélago de Chagos, en el Oceáno Indico, a una distancia de unos dos mil kilómetros del sur de India y un poco más lejos de la costa oeste de Africa. Casi como la isla perdida de Lost.
El marinero andaluz que la descubrió en el siglo XVI le puso su nombre, cuestión que si no hacía lo suficiente para merecer una calle por lo menos tendría su islita. Pasó por manos portuguesas y francesas hasta que luego de las Guerras Napoleónicas quedó bajo dominio británico. El Imperio la utilizó como lugar de recarga de carbón para los buques que navegaban entre Europa y Australia.
Así siguió hasta 1966, año en que Gran Bretaña acordó alquilarle la isla a Estados Unidos por 50 años, hasta 2016, para que instale una base militar en plena Guerra Fría. Pero luego del 11-S la CIA aprovechó su ubicación estratégica para armar allí también una prisión secreta al estilo Guantánamo, donde puede hacer de las suyas fuera de todo control en su particular lucha contra el terrorismo. Un paraíso natural de aguas transparentes y mágicos corales luminosos terminó convertido en un pantano de tortura y horror.
La autodeterminación de los dos mil habitantes de Diego García (los “chagosianos”, ya que viven en Chagos), una ironía: los echaron sin miramientos. Lo hicieron de diversas maneras. Por ejemplo, con el bloqueo al ingreso de alimentos, por lo que algunos no aguantaron y se trasladaron a villas miseria de la vecina isla Mauricio, donde aún sobreviven como pueden en casillas de chapa.
Hubo también embarcados a la fuerza y otros que fueron engañados con anzuelos tales como vacaciones gratis en el exterior para después impedirle el regreso. Se recuerdan casos emblemáticos como el de María Aimee, quien en 1969 llevó a sus hijos a Port Louis, en Mauricio, para un tratamiento médico y luego no le dejaron subir al barco para la vuelta. Recién se pudo reencontrar con su marido dos años más tarde.
Cuentan que muchos de los pobladores no soportaron el destierro. Hubo suicidios y casos de alcoholismo. En una nota de The Times, de Londres, en 2007, una isleña recuerda: “Era el paraíso, éramos como aves libres, y ahora estamos igual que en una prisión”. Se calcula que de los dos mil habitantes originales, hoy viven menos de 700.
En 1998, los chagosianos y sus descendientes resolvieron acudir a la Justicia. Para todos los especialistas, en su caso se había producido una flagrante violación al derecho internacional. Dos años después, en efecto, el Tribunal Supremo británico dictaminó que la expulsión había sido ilegal y que los habitantes debían regresar.
En 2004, el fallo fue confirmado en la Corte de Apelaciones. Los sucesivos gobiernos británicos ignoraron la sentencia y el Foreign Office continuó apelando hasta que, en 2008, la Cámara de los Lores –última instancia del particular sistema legal inglés– falló a favor del gobierno por un ajustado tres a dos. El argumento esgrimido por los lores fue que el gobierno contaba con títulos suficientes para legislar sobre una de sus colonias en función de la seguridad de los intereses del Reino Unido. Estados Unidos ya había advertido que la vuelta de los habitantes significaría un “riesgo inaceptable” para su base.
Jonathan Crown representó a la Cancillería británica y fue elocuente en su argumentación. “Los chagosianos no tienen territorio propio, no tienen derecho sobre las islas en absoluto”, sostuvo en su exposición. Crown debe haber llegado tarde el día que en la facultad enseñaron autodeterminación.
>> Hacé clic en la imagen de Google Maps y navegá online por la isla Diego García
El infierno
Obstinados en recuperar su paraíso, los isleños acudieron a la Corte Europea de Derechos Humanos. Entonces, en 2010, el gobierno inglés sacó un increíble argumento de la manga. El canciller David Miliband anunció que crearía la mayor reserva natural oceánica del mundo alrededor del archipiélago, que componen unas 55 minúsculas islas, en función de las 220 especies de corales y las más de mil de peces que se encuentran en sus aguas.
Para preservar el área virgen, obviamente, resultaba imprescindible que no esté habitada por los depredadores agricultores chagosianos. Al parecer, los peces no tenían problemas con las naves norteamericanas que salían a bombardear Afganistán o Irak. Tampoco con los 1700 militares que viven allí, ni los 1500 empleados civiles. Tan triste todo, que un cable difundido por Wikileaks reveló el obvio trasfondo de la maniobra.
Cada tanto, los chagosianos realizan algún acto para que su situación no caiga en el olvido. En mayo pasado, hicieron una presentación ante la prensa en las puertas de la Royal Geographical Society, en Londres. Bachar Khan, del Grupo de Refugiados Chagosianos, comentó su sentimiento a The Guardian: “¿Cómo puede ser que una base militar sea legal y que los habitantes de la isla no puedan vivir ahí? Tenemos ocupas militares que nos dejan sin nuestros derechos”. Otro delegado comentó que los isleños se sentían “como dando vueltas y vueltas en una calesita para caer siempre en el mismo lugar”.
La novelista Philippa Gregory lo describió en un artículo de junio pasado en The Times titulado elocuentemente “Las Falklands secretas que siguen en conflicto”. “He leído los papeles del Foreign Office desde 1960 intentando entender la historia de Chagos: es una lacrimógena experiencia sobre el engaño y la arrogancia”, escribió.
MAS INFO: http://portal11acuario.blogspot.com.ar/2014/03/crop-circle-del-avion-de-malasya-c.html