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La oleada de migrantes centroamericanos a EE.UU. es tan grande que la Casa Blanca se desdice de promesas anteriores. He aquí la situación
Las autoridades en Estados Unidos anunciaron nuevas medidas para hacer frente a la incesante llegada de menores indocumentados provenientes de Centroamérica y que ha desatado la crisis migratoria más grave de los últimos años.
Según datos del gobierno norteamericano, en lo que va de año fiscal la Patrulla Fronteriza ha detenido a más de 46.000 niños y jóvenes menores de 18 años que viajaban sin la compañía de un adulto, una cifra que supera en más de un 60% a la registrada hace un año y se calcula que podría llegar a los 70.000 el próximo mes de septiembre.
Barack Obama describió esta oleada migratoria, hace unos días por el presidente como una "crisis humanitaria", y ha pillado desprevenidas a las autoridades, que han tenido justo tiempo de improvisar la apertura de decenas de centros de acogida para procesar y albergar a los menores.
El vicepresidente de EE.UU Joe Biden se reunió con representantes de Guatemala, El Salvador, Honduras y México para tratar la crisis. Joe Biden, quien se encontraba en Guatemala, se reunió de urgencia con los mandatarios de ese país y representantes de El Salvador, Honduras y México -principales naciones de origen de los menores. Anunció que EE.UU. destinarán cerca de 10 millones de dólares para la reinserción de los pequeños inmigrantes que sean repatriados y 200 millones para programas de desarrollo social y seguridad en la región.
Paralelamente, la Casa Blanca informó que incrementará los recursos para acelerar las audiencias de deportación a las que son sometidos los menores indocumentados y que se abrirán nuevos centros de detención para las familias inmigrantes.
En los últimos días las organizaciones humanitarias que están colaborando con las autoridades norteamericanas para hacer frente a esta crisis, han criticado las condiciones de hacinamiento en las que son albergados muchos de los menores.
Además, han denunciado que a algunos de ellos no se les está proporcionando asistencia jurídica para enfrentarse a los procesos de deportación, mientras que otros habrían sido sometidos a abusos por parte de los agentes fronterizos.
Menores indocumentados en EE.UU.
Antes de exilarse, muchos de estos niños y jóvenes han tenido que viajar durante semanas, huyendo de la violencia a merced a veces de los traficantes de personas. No es lo de África, pero cada vez se parece más en lo malo
Los niños van a EE.UU. huyendo de la ola de violencia que asola a Centroamérica, por lo que exigen el estatus de refugiados. Las organizaciones denuncian las condiciones en las que son albergados los menores
Una vez son detenidos por la patrulla fronteriza norteamericana, son procesados en un plazo máximo de 72 horas y luego se les transfiere a la Oficina de Reasentamiento de Refugiados del Departamento de Salud. Las organizaciones humanitarias denuncian las condiciones en las que son albergados los menores.
Además de los menores, miles de adultos siguen también llegando a la frontera de EE.UU. A los indocumentados se les retiene en centro de detención de Texas. En teoría los menores que cuentan con familia en EE.UU. deberían poder reunirse con los suyos antes de que enfrenten los procesos de deportación, algo que según denuncian algunas organizaciones humanitarias no está sucediendo en muchos casos.
Esta crisis migratoria ha desatado una tormenta en los estados fronterizos a los que están llegando los indocumentados -principalmente Texas y Arizona- cuyos responsables políticos afirman estar desbordados por la situación y acusan de descoordinación al gobierno de Washington.
Desde las filas del Partido Republicano culpan de lo que está sucediendo a la política inmigratoria de Barack Obama, aunque sus casi seis años de mandato ha deportado a más inmigrantes que cualquiera de sus predecesores en el cargo. Eso revela que los republicanos esperaban fueran muchos más. Todos.
Aseguran que el conocido como Programa de Acción Diferida (DACA) que Obama creó hace dos años, programa que permitía que los inmigrantes que llegaran al país siendo niños fueran eximidos temporalmente de ser deportados, está teniendo un efecto llamada para los menores indocumentados, pero apenas se cumple.
Algunos medios de tendencia conservadora señalan que el origen de la oleada migratoria estaría en los rumores que han circulado en los países centroamericanos que aseguran que a los menores de edad y las mujeres con niños se les está dando facilidades para que se reúnan con sus familias que están en suelo norteamericano. Y por eso no son expulsados.
La exsecretaria de Estado Hillary Clinton, ha insistido últimamente que los menores están entrando de forma ilegal en el país. Para contrarrestar estar informaciones, la Casa Blanca y algunos líderes demócratas, dicen que precisamente por eso esos niños migratorios deberán enfrentarse a la deportación.
Pese a esto, dentro del Partido Demócrata han sido varios los congresistas que han pedido que, en base a las leyes nacionales y a los tratados internacionales, los menores -algunos de los cuales están viviendo en albergues improvisados en bases militares de California, Oklahoma y Texas- sean tratados como refugiados.
La publicación hace unos días de unas imágenes tomadas por el congresista demócrata por Texas Henry Cuellar en las que aparecían decenas de niños y adultos hacinados en uno de los centros de detención de la Patrulla Fronteriza causó indignación.
Sea como fuere, según algunas fuentes en los últimos meses más de 30.000 menores habrían sido entregados a sus familias en territorio norteamericano en espera de comparecer frente a una corte de inmigración.
Muchos de esos menores, ante la dificultad de conseguir un visado para poder permanecer en el país, pasarán a vivir a la sombra como indocumentados.
"Desde cualquier punto de vista, el humanitario el primero, es fundamental que todos estos menores y sus familias tengan una buena información de alguien que sepa tratarlos y asistencia legal para ver si pueden pedir asilo. En muchos casos los niños no son lo suficientemente maduros para entender cuáles son sus derechos y se les está presenta ante un juez sin la ayuda de un abogado"
Joanne Lin, experta de Unión de Libertades civiles de EE.UU., inquieta ante lo que se está haciendo con muchos menores.“La preocupación por el trato que el gobierno está dando a todos estos menores sube cada día que pasa", asegura Joanne Lin, experta legal de la Unión de Libertades Civiles de EE.UU. (UCLA). "La jurisprudencia de la Corte Suprema establece que hay unos requerimientos legales mínimos que el gobierno debe cumplir para albergar a menores solos sin estar acompañados de adultos y no estamos seguros de que lo estén haciendo", señala Lin en conversación con BBC Mundo.
"El anuncio más reciente y alarmante de un portavoz de la Casa Blanca de que piensa aumentar el número de centros de detención en los que se albergara a las familias enteras de indocumentados. En esos centros se van a recluir a madres acompañadas de sus hijos lo cual supone un cambio radical de estrategia, ya que anteriormente se dijo que se pensaba mantener a las familias unidas en libertad y no encerrándolas", apunta Joanne Lin.
"Todo esto despierta dudas, teniendo en cuenta que EE.UU. es uno de los países firmantes de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de Naciones Unidas y tienen ciertas obligaciones contraídas que han de cumplir", señala Lin. Las autoridades han tenido que abrir decenas de centros de acogida para los menores.
Megan McKenna, de la organización Kids in Need of Defense (KIND), Niños que necesitan defensa, que proporciona asesoramiento jurídico gratuito a los menores indocumentados, está de acuerdo con Joanne Lin en que a los niños se les debe dar el estatus de refugiados.
"Muchos de estos menores son refugiados porque están huyendo de la violencia que asola a sus países. Emigran para que no les obliguen a formar parte de las bandas de menores que acaban sirviendo al crimen organizado o para que nadie abuse de ellos", señala McKenna en conversación con BBC Mundo.
Se trata de miles de personas y es un problema que se asemeja al de los inmigrantes clandestinos subsaharianos. Todos buscan una vida mejor
"Nos están llegando informaciones de que muchos de los niños no están recibiendo ningún tipo de asistencia jurídica. Además, los servicios sociales no tienen los medios suficientes como para atender a sus necesidades una vez son liberados", explica la representante de KIND.
"A algunos niños se les ha negado asistencia médica, comida y agua, y algunos han sido abusados física y sexualmente. Creemos que los agentes fronterizos no están capacitados ni entrenados para cuidar de menores"
En los últimos días una coalición de organizaciones -entre las que se encuentra el grupo Esperanza Immigrant Rights Project (EIRP)- denunció antes las autoridades que algunos de los menores bajo custodia de la Patrulla Fronteriza están siendo sometidos a maltrato.
"Una de nuestras principales preocupaciones son las condiciones en las que se encuentran los menores que están bajo custodia de los agentes fronterizos", asegura en conversación con BBC Mundo Lindsay Toczylowski, de EIRP.
"También nos preocupa que a los niños no se les esté asesorando jurídicamente. ¿Cómo puede ser que a niños de 5 años se les pida que se representen a sí mismos frente ante un juez? Es una locura", apunta la abogada
En mi investigación inicial con menores salvadoreños he encontrado que de 400 entrevistados, de los que he hecho análisis de 322, el 60 % declaran que huyen por amenazas de la mara (pandilla) o miedo a la policía, y eso es migración forzada", aclaró la investigadora, que trabaja en las universidades de San Diego y Santa Bárbara, en California, en el suroeste de EUA.
Estas cifras son similares a las ofrecidas el pasado mayo por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en el documento "Niños en fuga", que revela que el miedo es la razón para emigrar en el caso del 66% de los menores salvadoreños, el 54% de los hondureños y el 20% de los guatemaltecos.
Los niños huyen no solo de la violencia, de la pobreza, del hambre y esperan como los subsaharianos en Europa, una vida mejor
"La emigración de niños de El Salvador se debe a la violencia desencadenada por las maras (bandas-narcos) Salvatrucha y 18; en Honduras es igual, pero hay otro elemento de presión que son las condiciones de pobreza, los cárteles de la droga y otros grupos criminales", según corresponsales.
"En Guatemala, además de las pandillas y carteles, los menores emigran por la extrema pobreza y mucha violencia de genero intrafamiliar y étnica. La mayoría de menores guatemaltecos que emigran son indígenas de áreas rurales y de bajos recursos que son objeto de todas las discriminaciones", explicó una académica.
Kennedy trabaja desde hace ocho meses en el estudio "Niños inmigrantes sin acompañamiento, respuesta de protección para migración forzada de centroamericanos y dinámica de familias centroamericanas".
La organización Sica aprueba declaración especial por drama de niños migrantes. "Los menores (salvadoreños) a los que se ha entrevistado declaran que, si se quedan en su comunidad, van a ser golpeados, violados o asesinados, y no tienen confianza en la policía, por eso no denuncian", indicó la investigadora, que también es catedrática universitaria.
"El 90% de los entrevistados aseguran tener familiares en EE.UU. y solamente un 35 % declara que se van por reunificación familiar", cuentan los corresponsales..
Kennedy acordó con familiares de un grupo de menores comunicarse con ellos durante el trayecto desde El Salvador a EE.UU.: "Dieciséis lograron entrar en Estados Unidos sin ser detenidos y ya están con sus familiares, cuatro fueron detenidos, dos de ellos liberados; pero los otros dos ni se sabe donde estarán".
Otro problema es el paso por México, donde los peligros de secuestro son aún mayores que todos los países centramericanos
Parece una película de oeste, pero lo es. Al menos para Florecita, una niña hondureña de 9 años que se encoró con la siguiente escena “Un hombre me apuntaba con una pistola bien larga; me daba mucho miedo”, ella no sabía distinguir entre un arma corta y un fusil, pero fue secuestrada por Los Zetas, el cartel mexicano. Y aprendió.
La menor se muestra reservada y rehúye hablar de su vivencia, a pesar de que ahora está segura en un refugio especial que el Instituto Hondureño de la Niñez (Inhfa) mantiene para recibir a los pequeños indocumentados, deportados de México y Estados Unidos, mientras se reincorporan a sus comunidades de origen.
Solo dice haber estado muy asustada, aunque no fue objeto de maltratos durante su cautiverio. “La niña estuvo secuestrada diez días. La mamá (que reside en Estados Unidos) tuvo que pagar 10.000 dólares para que la liberaran”, relató la directora del programa de Infha, Marcela Rivera. Florecita, como la llama la funcionaria, viajaba en compañía de una tía para llegar a Estados Unidos y encontrarse con sus padres.
“El coyote“, un guía al que pagaron 5.000 para que las guiara e introdujera en territorio norteamericano, las dejó abandonadas en México, a la altura del estado de Tamaulipas, donde la niña fue presa fácil del grupo narco, que dejó libre a su tía.
Una vez pagado el rescate y liberada, quedó en manos de las autoridades de Migración de México, que la entregaron recientemente a sus contrapartes hondureñas junto a otros menores deportados.
Florecita es una de los 2.700 menores de edad de Honduras huidos a EE.UU. y devueltos en lo que va del 2014. La cifra representa más del 50% de los 4.191 niños y adolescentes deportados a lo largo de todo el año pasado, según manifestó Rivera.
La Patrulla Fronteriza de Estados Unidos reportó que desde el 1.° de octubre de 2012 hasta el 31 de mayo de 2013 se identificaron a 47.017 menores que ingresaron de forma clandestina a ese país sin la compañía de un adulto.
Tres de cada cuatro menores de edad que cruzan ilegalmente la frontera de Estados Unidos provienen de El Salvador, Honduras y Guatemala, de acuerdo con las autoridades norteamericanas..
En el mismo vuelo de Florecita, las autoridades mexicanas llevaron a José Miguel, un joven de 17 años que también intentaba entrar en Estados Unidos para reunirse con sus padres.
Él también pagó 5.000 dólares a un coyote (guía) para que lo llevara hasta “el otro lado”, pero al llegar a Tamaulipas fue abandonado con 64 personas más en una casa del camino.
Pese a las numerosas historias de secuestros, abusos, maltratos y hasta asesinatos de que son víctimas los emigrantes centroamericanos a su paso por México, su número ha ido en aumento cada año.
Según cifras oficiales, en 2013 fueron detenidos en México 9.893 menores de 18 años entre hondureños, salvadoreños y guatemaltecos, que viajaron ilegalmente en busca del “sueño americano”.
En 2012, el número fue de 6.100 y en 2011 de 4.160, cifras que apuntan al crecimiento de 50% anual.
Florecita y José Miguel emprendieron la aventura para reencontrarse con su familia, pero otros menores lo hacen para huir de las pandillas que los amenazan de muerte si no aceptan unirse a sus actividades de sicariato, venta de drogas y extorsión.
De acuerdo con el Comité de Migrantes Retornados, cerca de un millón de hondureños vive en Estados Unidos, la mayoría indocumentados, que envían remesas por más de 3.000 millones de dólares anuales, y cerca de 250 personas salen de Honduras cada día en busca del “sueño americano”. Pero todos comprenden al final que es solo una pesadilla.