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Este presidente se tipo no me representa (…) no puedo quedar callado con tanta grosería y burrada”, expresó Lobão, en cuya severa opinión “llamar a los estudiantes ‘masa manipulada’, es cosa de imbéciles”. P
El ultraderechista presidente de Brasil, capitán retirado Jair Bolsonaro es un imbécil que solamente escucha a imbéciles, aseguró, en declaraciones a un periódico local, el músico brasileño Lobão.
También lo son los tres hijos del presidente, lo mismo que el astrólogo derechista brasileño Olavo de Carvalho, quien ejerce influencia sobre el mandatario, indicó Lobão, al diario Folha de São Paulo.
Por ello, el gobierno de Bolsonaro solamente Puede fracasar, aseguró Lobão, quien, durante el proceso electoral de 2018, apoyo al entonces candidato presidencial, además de que intentó liderar un movimiento de nueva derecha en el país sudamericano.
“Ese gobierno está destinado al fracaso, porque Bolsonaro es un imbécil, quien sólo escucha a otros tres imbéciles, que son sus hijos, bajo un imbécil mayor que es Olavo de Carvalho”, planteó el músico de 62 años.
El artista formuló, además, severas críticas a Carvalho, de 73 años –de quien fue amigo-, cuya influencia sobre el presidente, de acuerdo con versiones de diversos sectores, ha llegado a determinar la designación de integrantes del gabinete ministerial –por ejemplo, el canciller Ernesto Araújo-.
“Olavo escribió que sólo hay cuatro personas, en Brasil, a quienes escucha: el presidente y sus tres hijos. El resto, vaya a hacerse dar por el culo! Así hablo”, expresó, para decir al entrevistador –el periodista Thales de Meneses-: “imagine a toda la cúpula del gobierno oyendo eso (…) no puedo estar del lado de esas personas”, y agregar que Carvalho “descendió a nivel de caricatura”.
Respecto a su manera de expresarse, Lobão admitió que no es condescendiente.
“Yo, provoco mucha furia en el cretino, principalmente en los cretinos. Tengo una habilidad muy grande, para eso. No hago ninguna concesión”, explicó.
Al referirse, nuevamente, al mandatario, dijo que no se siente representado por Bolsonaro, y criticó, también severamente, las expresiones despectivas usadas por el presidente para referirse a las masivas manifestaciones estudiantiles llevadas a cabo, a nivel nacional, el 15 de mayo.
Se trató de protestas contra el anuncio presidencial respecto a la aplicación de recortes al presupuesto educativo.
En declaraciones que formuló en la ciudad estadounidense de Dallas, en el sureño y conservador estado de Texas, donde la Cámara de Comercio Brasil-Estados Unidos lo homenajeó, Bolsonaro afirmó, respecto a los manifestantes, que “son unos idiotas útiles, usados como masa manipulada por una minoría habilidosa que compone el núcleo de las universidades federales (brasileñas)”.
“Ese tipo no me representa (…) no puedo quedar callado con tanta grosería y burrada”, expresó Lobão, en cuya severa opinión “llamar a los estudiantes ‘masa manipulada’, es cosa de imbéciles”.
Ganador de la elección presidencial llevada a cabo en dos rondas de votación –respectivamente, el 7 y el 28 de octubre de 2018-,
Pero Lobão no es el único brasileño quien se ha referido en fuertes términos respecto a la capacidad intelectual de Bolsonaro.
Al analizar los cien primeros días de gestión gubernamental bolsonarista, el sociólogo brasileño Jessé Souza calificó, el 8 de abril, negativamente, el trabajo del mandatario, labor que se ha caracterizado por lo que describió como la idiotez del gobernante y de sus colaboradores más inmediatos.
En el artículo de opinión titulado “Los 100 días de un idiota en el poder” (“Os 100 dias de um idiota no poder”), que publicó el medio electrónico de comunicación Brasil 247, Souza aseguró que la gestión presidencial de Bolsonaro constituye un precio exageradamente alto aun para los sectores sociales que lo apoyaron.
“El idiota es también llevado a actuar según impulsos y afectos que no respetan el control de la realidad externa. Un verdadero idiota al mando de la nación es un precio muy alto aun para una élite y una clase media sin compromiso con la población ni con la sociedad como un todo”, señaló, en alusión a dos sectores clave en el triunfo electoral de Bolsonaro, y agregó –cerrando el artículo- que “ese es el dilema de los 100 días del idiota Jair Bolsonaro en el Poder”.
El texto fue publicado tres días después de que, durante una actividad oficial en el Palacio del Planalto –la sede del poder Ejecutivo-, en Brasilia, la capital nacional, Bolsonaro admitió que su destino no era ocupar la presidencia brasileña, cargo al cual dijo que no creyó que llegaría.
“No nací para ser presidente”, expresó Bolsonaro, para agregar que “nací para ser militar”, al dirigirse a los funcionarios públicos durante la actividad gubernamental del 5 de abril.
El mandatario, cuya gestión –antes de cumplirse, el 10 de abril, los primeros 100 días- viene siendo objeto de fuertes críticas de diversos sectores –incluidos algunos de la derecha brasileña-, confesó que le resulta excesivamente pesada la carga de problemas que enfrenta en el desempeño del cargo.
“Yo me pregunto, miro hacia Dios, y me pregunto: ‘Dios Mío! Qué hice yo, para merecer esto? Es sólo problemas’”, aseguró.
Bolsonaro es, igualmente, rechazado a nivel de población infantil, como quedó evidenciado cuando una niña brasileña se negó a saludarlo, durante una actividad oficial, también en el Planalto, con escolares, en el marco de la Semana Santa, de acuerdo con versiones periodísticas locales.
El incidente reflejó el desplome de la popularidad del mandatario, desde que asumió, en enero, la presidencia brasileña, cuando presentaba casi 70 por ciento de aprobación, al rango de apenas por encima de 30 por ciento, de acuerdo con una de las más recientes encuestas de opinión, realizada por la firma Datafolha.
Bolsonaro es fuertemente cuestionado por su conducta machista, homofóbica, elogiosa de la dictadura militar (1964-1985) –de la que ha dicho, como única crítica, que “el error de la dictadura fue torturar y no matar”-, además de su alineamiento con los gobiernos derechistas respectivamente encabezados por el presidente estadounidense, Donald Trump, y el primer ministro Israelí, Benjamin Netanyahu -en ese orden, los dos primeros gobernantes a quienes visitó en el transcurso de los primeros tres meses de su mandato.
Olsonaro inició, el 1 de enero, el período gubernamental que cubre el cuatrienio 2019-2023, en reemplazo del también derechista Michel Temer –actualmente investigado en una decena de casos de corrupción que cubren las pasadas cuatro décadas-.