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1975: Operacion Condor o como lograr el triunfo de la derecha en América, gracias al terrorismo de estado

08/06/2016 05:50 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

En 1975 se concretó un plan coordinado de los ejércitos y las policías secretas de los países del cono sur de América, bajo la batuta del secretario de estado norteamericano Henry Kissinger para instaurar en América régimenes derechistas y anticomunistas

La “Operación Cóndor” o “Plan Cóndor”, fue una organización clandestina internacional que llevó a cabo el terrorismo de Estado. Se fundó formalmente el 25 de noviembre de 1975 en una reunión celebrada en Santiago de Chile entre Manuel Contreras, jefe de la DINA (policía secreta chilena), y los líderes de los servicios de inteligencia militar de Argentina, país gobernado entonces por Isabel Martínez de Perón Bolivia, Paraguay y Uruguay (estos últimos con gobiernos militares).El cóndor volaba ya en muchos cielos de Latinoamérica.Era la instalación en América de gobiernos y sistemas de la derecha.

El siniestro plan  consistía en lograr sus fines instrumentalizando experiencias de dictaduras anteriores como la del general Alfredo Stroessner que llevaba ya una década en el poder en Paraguay -desde 1954- cuando los militares brasileños derrocaron al gobierno democrático y popular de João Goulart, en 1964. Se servían de la fuerza combinada del ejército con las diversas policías, mediante detenciones, asesinatos y desapariciones forzadas de decenas de miles de opositores políticos, y como la acción era común decidieron coordinarse para lo que se unieron en la nombrada Operación Cóndor en noviembre del año 75. Eso fue posible gracias a la red de dictaduras ya establecidas en el Cono Sur.

En 1964 ya estaba gestado el plan de Bolivia para la llegada al poder el general Hugo Bánzer en 1971 y siguió el 11 de septiembre de 1973, con el general Augusto Pinochet, que derrocó al presidente socialista Salvador Allende, coincidiendo con el plan general conjunto acordado con EE.UU. de “ajustar” el Cono Sur, donde crecían movimientos populares de envergadura, también en 1973, y se instaló la dictadura cívico-militar en Uruguay. Se seguía una linea bien trazada porquye sólo tres años después, el 24 de marzo de 1976, una junta militar, presidida por el general Jorge Rafael Videla, tomó el poder en Argentina, país en el cual había comenzado a actuar la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A) desde el 21 de noviembre de 1973, cuando Juan Domingo Perón todavía era presidente. La Triple A actuó en una coordinación criminal, con la dictadura de Pinochet en Chile. Esto surgirá en las investigaciones sobre la Operación Colombo, un modelo de guerra sucia que se ejecutó en 1975.

En 2007, la profesora  Patrice McSherry, de la Long Island University, mediante un documento secreto de la CIA, fechado en junio de 1976, confirma el secuestro y tortura de refugiados chilenos y uruguayos en Buenos Aires. Según ella, dichos planes emanaron en la década de 1960 en la Escuela de las Américas (incluida  algunos años Panamá) y las Conferencias de Ejércitos Americanos, mediante las cuales Estados Unidos enseñó a los oficiales instruidos allí en acciones "preventivas" (lavado de cerebro) en la región. Un documento desclasificado de la CIA con fecha 23 de junio de 1976, explica que ya "a principios de 1974, oficiales de seguridad de Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay y Bolivia se reunieron en Buenos Aires para   coordinar accionesen contra de blancos subversivos peligrosos".

Un cable de 1978 del embajador de EE. UU. en Paraguay, Robert White, al Secretario de Estado Cyrus Vance,   publicado el 6 de marzo de 2001 por el diario The New York Times, dio la pñista. El documento fue desclasificado en noviembre de 2000 por el gobierno de Clinton en el marco del Proyecto de Desclasificación de América del Sur. En el cable, el embajador White informa de una conversación con el general Alejandro Fretes Dávalos, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Paraguay, quien le informaba que los jefes de inteligencia de América del Sur involucrados en Cóndor se mantenían en contacto unos con otros a través de  instalaciones de EE. UU. en la Zona del Canal de Panamá que cubría algunas especialidades de toda América Latina ". Según Dávalos, varias instalaciones de la School of Americas eran "clave para coordinar información de inteligencia de los países del Cono Sur".

En la mal llamada Escuela de las Américas (School of Americas)-SOS-la escuela militar en Fort Benning(Georgia), se ha entrenado durante décadas a policías y militares latinoamericanos en la contrainsurgencia y desde se adiestró bajo la sabia éjida de la CIA americana a centenares de oficiales para dirigir las “acciones preventivas” (métodos de tortura física y psicológica, el lavado de cerebro, descargas eléctricas en partes sensibles de hombres y mujeres, métodos de asfixia) y tácticas de infantería, estrategias de comando, asesinatos bien enmascarados, con el fin de sembrar el pánico y el terror entre miembros, simpatizantes y activistas de la izquierda latinoamericana, los indeseables. Según algunas investigaciones, se deduce que la división de servicios técnicos de la CIA suministró equipos de tortura y ofreció asesoramiento sobre el grado de shock que el cuerpo humano puede resistir. De ahí que los métodos de tortura fueron similares si no idénticos en todos los países del Cono Sur, donde las fuerzas policiales fueron puestas bajo la comando del Ejército, y en particular de los paracaidistas. El interrogatorio y la torturas eran sistemáticos, con las muertes y las desapariciones

Robert White temía que la conexión de EE.UU. con la Operación Cóndor podría ser revelados públicamente en el momento del asesinato del ex ministro chileno Orlando Letelier y su asistente norteamericano Ronni Moffitt que estaba siendo investigado por la CIA. White decía que "parece conveniente revisar este acuerdo para asegurar que su continuación es del interés de EE. UU.".

Esto demuestra que EE. UU. facilitó las comunicaciones para la Operación Cóndor, y ha sido denominado por Patrice McSherry (Univ. de Long Island.) "otra prueba de peso que sugiere que el ejército de EE. UU. y funcionarios de inteligencia apoyaron y colaboraron con Cóndor como socio secreto o patrocinador desde sus comenzos. "EE. UU. fue un miembro clave, siempre "proporcionó la organización, la inteligencia y medios tecnológicos de asistencia financiera a la operación."

El material desclasificado en 2004, señala que Kissinger estaba bien informado sobre Cóndor y sus "operaciones de asesinato" desde agosto de 1975, en un informe de Shlaudeman de 14 páginas. "A nivel internacional, los generales de América parecen nuestros muchachos", advirtió Shlaudeman. "Pero se nos identifica especialmente con Chile. Eso no nos puede hacer ningún bien". Shlaudeman y sus segundos, William Luers y Ryan Hewson, recomendaron acciones. En el transcurso de tres semanas, redactaron un posición oficial cuatelosamente escrita, aprobada por Kissinger, en la que se instruía a los embajadores de EE. UU. en el Cono Sur para reunirse con los respectivos jefes de estado respecto del Plan Cóndor. En el se les ordenaba expresar "nuestra profunda preocupación" acerca de "rumores" de "los planes para el asesinato de subversivos, políticos y figuras prominentes tanto dentro de las fronteras nacionales de algunos países del Cono Sur y en el extranjero".

En definitiva, la reunión nunca se celebró. Kornbluh y Dinges sugirieron que la decisión de no comunicar el fallo a Kissinger . Se empezaba con cabos sueltos desde arriba. "El rastro de papel es claro: el Departamento de Estado y la CIA tenían inteligencia suficiente para tomar medidas concretas para impedir o accionar los planes de asesinatos preventivos de la Operación Cóndor, sin contar con nadie mas. Esas medidas fueron iniciadas, pero nunca se las puso en practica". El adjunto de Shlaudeman, Hewson Ryan, reconoció  "supimos muy pronto que los gobiernos de los países del Cono Sur se encontraban planificando algunos asesinatos en el extranjero en el verano de 1976, o al menos hablando sobre ello. … Si hubiéramos intervenido, podríamos haber evitado esto, no lo sé", afirmó en referencia al atentado contra Letelier, "pero no lo hicimos."

Un historiador norteamericano atribuye a un operativo de la CIA la organización de las primeras reuniones entre funcionarios de seguridad uruguayos y argentinos para discutir la vigilancia de los exiliados políticos y también su actuación como intermediaria en las reuniones entre los dirigentes de los escuadrones de la muerte brasileños y los argentinos y uruguayos.

Todos estos actos despiadados, que vulneraban los Derechos Humanos, no ha sido públicamente conocidos como un proyecto común hasta el 22 de diciembre de 1992, en que un volumen importante de información sobre la “Operación Cóndor” salió a la luz.

Henry Kissinger, secretario de Estado de Estados Unidos durante la presidencia de Richard Nixon, fue considerado como el autor e ideólogo del Plan Cóndor, con la anuencia presidencial. Ya Kissinger estaba acostumbrado a esas tramas, tras acuerdos con los servicos secretos de Franco en Madrid.

Pero Estados Unidos hizo más que organizar los encuentros. La división de servicios técnicos de la CIA suministró equipos de tortura a brasileños y argentinos (entre otros) y ofreció asesoramiento sobre el grado de shock que el cuerpo humano puede resistir, señalan también los especialistas.

A medida que se acercaban las elecciones en Chile de 1970, el Comité de los Cuarenta(que presidía Kissinger con miembros como el director de la CIA, el subsecretario de estado, presidente del Mando conjunto de las Fuerzas Armadas, comenzaron las operaciones para impedir que Allende accediera al poder. Se añadieron 500.00 dólares al presupuesto ya existente. “Unidad Popular“, el frente que comandaba Allende, “estaba contra los intereses de Estados Unidos y hay posibilidades y citó a Argentina, Bolivia y Perú los países que por el “efecto contagio” le segurän si ganaba. Y se alegrarían grandes masas en italia y Francia, además la adhesión pública de Allende al sistema democrático no es un bien sino una amenaza a los verdaders intereses de Washington.”- se expresaba Kissinger. Un memorandum de junio 1970 de Seguridad Nacional de EE.UU. (NSSM)  bosquejó planes en contra del candidato no deseado que incluían disminución de créditos y apoyo secreto masivo a la inestabilidad del país similar al empleado contra Goulart en Brasil en  1964. Todas las corporaciones norteamericanas se unieron y grupos extranjeros y nacionales retiraron cualquier aporte económico a Chile. El Comité de los Cuarenta, según Harrington, miemro del Congreso, autorizó otros medio millón de dólares para sobornar al congreso chileno si había oportunidad. Gran parte del sabotaje económico tenía como fin crear tal caos que obligara al ejército a intervenir. El 18 de septiembre 70 la embajada  norteamericana en Santiago recibio “luz verde” del presidente Nixon para actuar en  su nombre con los opositores. Y el embajador norteamericano Edward Korry recibió “máxima autorización para hacer todo lo posible“.. y él personalmense te jactó de haber cancelado toda ayuda para el oleoducto para Chile, que era una aspiración nacional. Informes fidedignos relacionaron el asesinato del general chileno René Schneider con la campaña contra Allende. Se cortejó a los militares a través un aumento de ayudas( asistenca y asesoramiento), y de forma inmediata se aumentó la ayuda en 800.00 dólares para finalizar el año fiscal 70 y 5.700.000 para el 71 y una opción a 12 millones para el 72. Los asesores norteamericanos se quejaban ante los líderes políticos chilenos del “desorden” de la política chilena causado por la prédica de Allende…

En 1998 el juez Baltasar Garzón consiguó una orden de captura internacional del dictador Pinochet

Que terminó por ganar con un margen cómodo.El 11 de septiembre de 1973, el general Augusto Pinochet, con el apoyo y las fuerzas ocultas de la CIA, terminó con el experimento socialista del gobierno presidido por Salvador Allende, quien al parecer se suicidó en la Casa de la Moneda (residencia presidencial) sitiada por disparos y bombardeos del ejército regular chileno. No había disimulos. Se luchaba contra la subversión comunista..

 Ante tan inesperado desenlce fluyeron sumas masivas de dinero hacia organizacionesderechistas, cooperación total de grupos empresarios de Brasil y Argentina, , ..El presidente norteamericano Ford empleó fondos para ayudar a los periódicos de oposición y por persona intermedia parsa comparar una estación de radio. Kissinger cambió de arribabajo el equipo del Comité de los Cuarenta. Y más adelante tuvo que testificar  que ni él, ni los Cuarentao habían tenido nada que ver en el golpe de Pinochet y la muerte de Allende.

 Siguió en Chile una dictadura brutal, prohición de los partidos políticos, censura de prensa, tortura global, miles de muertos y desaparecidos y aplazamiento sine die de elecciones. Ese mismo año, coincidiendo con el plan general de ajustar el Cono Sur, donde crecían movimientos populares de envergadura, Juan María Bordaberry posesionó a una dictadura cívico-militar que, entre 1973 y 1985, asesinó, torturó, encarceló, secuestró y desapareció a los activistas de izquierda, bajo el argumento de “lucha contra la subversión comunista”.

En Bolivia, después de una serie de golpes de Estado, se instaló en el Palacio Quemado una Junta Militar al mando del general Hugo Banzer Suárez, que dejó un reguero de muertos y heridos desde agosto de 1971. Durante su gobierno se inició el “boom del narcotráfico”, que se prolongó hasta la década de los '80, y se perpetró el asesinato de tres militares cuya imagen y popularidad se convirtió en un peligro dentro de las Fuerzas Armadas: Andrés Selich, Joaquín Zenteno Anaya y Juan José Torres. Más todavía, la osadía de Banzer, en plena “Guerra Fría”, le impulsó a declarar: “Mientras en Europa se peleaba con la diplomacia, en Latinoamérica nosotros poníamos los muertos”.

El 24 de marzo de 1976, una Junta Militar, presidida por el general Jorge Rafael Videla, asaltó el poder en Argentina, país en el cual había comenzado a actuar la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A), desde el 21 de noviembre de 1973 y cuando Juan Domingo Perón era todavía presidente. La Triple A actuó, en una coordinación criminal, con la dictadura de Pinochet. Esto surgirá en las investigaciones sobre la “Operación Colombo”, un modelo de “guerra sucia” que actuó impunemente en 1975.

La DINA chilena y la SIDE argentina, a partir de 1976, fueron la vanguardia del “Plan Cóndor”. De ahí que durante el llamado “Proceso de Reorganización Nacional”, en Argentina, no sólo se torturaron y asesinaron a los prisioneros, sino también se conoció casos de “tráfico de bebés”, que eran los hijos de las prisioneras que dieron a luz en los sótanos de los calabozos de la dictadura y que, una vez arrancados de los brazos de sus madres y suprimida su identidad, fueron entregados en adopción a oficiales y personas afines a la dictadura militar. Método copiado del gobierno del genedralísimo Franco en España en los años 40.

 La mayoría de estos “hijos de desaparecidos”-tanto en España como en el Cono Sur de América Latina- aún están "en paradero desconocido", a pesar de los esfuerzos desplegados por las “Abuelas de Plaza de Mayo”, quienes durante años lucharon por identificarlos y devolverlos al seno de sus verdaderas familias.En algunos casos han conseguido su objetivo. Ahora con el ADN se ha facilitado la  tarea.

A estas alturas de la historia, para nadie es desconocido que los “vuelos de la muerte”, que fueron primero utilizados durante la Guerra de Independencia en Argelia (1954-1962) por las fuerzas francesas del general De Gaulle, contra combatientes del FLN. Se aplicaron impunemente en Argentina, a fin de que los cadáveres, y por lo tanto las pruebas, desaparecieran sin dejar rastro alguno. Según confesiones de Rodolfo Scilingo, ex oficial de marina, se sabe cómo se llevó a la muerte a personas con vida, lanzándolas desde un avión al Río de la Plata. No importaba mucho si los prisioneros estaban conscientes o sedados. Lo importante era deshacerse de ellos a como diera lugar. Fueron llamados "vuelos de la muerte"y consistian en arrojar a lo condenado desde helicópterros y que los guardiass costeros encontraran  cuerpos de desconocidos indocmentasdos en cualquier playa de la costaras o en rocas del acantilado y se lo comunicaran a lapolicía y a los medios.

La aparición de otro cadáver sin papeles en la arena de ..tal playa dejó de se noticia..La idea francesa cuajó en América. Ninguna policía, la patentó..En los “vuelos de la muerte” fueron eliminados alrededor de 3.500 detenidos políticos.

 La “Operación Cóndor”, además de las torturas y asesinatos, se ocupó de la captura y entrega de personas consideradas “sediciosas” o “subversivas” a distintos regímenes dictatoriales. Es decir, los aparatos de represión no sólo intercambiaron información por encima de las fronteras nacionales, sino que también intercambiaron prisioneros. No en vano un documento desclasificado de la CIA, con fecha del 23 de junio de 1976, explica que ya “a principios de 1974, oficiales de seguridad de Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay y Bolivia, se reunieron en Buenos Aires para preparar acciones coordinadas para el trabajo del trato a que someter a blancos subversivos en el arresto, trato, extradición o post conducta a seguir..Todo reglamentado y  escrito. Un manual negro.”.

En el acta de clausura de la reunión Interamericana de Inteligencia Nacional, se apuntó, entre otros: “Iniciar contactos bilaterales o multilaterales, proporcionar antecedentes de personas y organizaciones conectadas con la subversión y establecer un directorio completo con los nombres y las direcciones de aquellas personas que trabajen en Inteligencia para solicitar directamente los antecedentes de personas y organizaciones conectadas directa o indirectamente con el marxismo...”.

La “Operación Cóndor”, que estaba en pleno apogeo entre 1975 y 1982, utilizó la tortura como el arma principal de lucha contra la “subversión” en el concepto de la “guerra sucia”. Por lo tanto, los prisioneros, considerados “peligrosos” para el orden y la ideología instaurados por las dictaduras militares, fueron sometidos a interrogatorios con apremios psico-físicos.

En el libro “Nunca Más”, informe e investigación que fue dirigido por el escritor Ernesto Sábato, no sólo se arroja luz sobre las desapariciones, secuestros y torturas, sino también se relata que los instrumentos, métodos y grados de crueldad de los tormentos, excede la comprensión de una persona normal: “simulacros de fusilamiento”, “el submarino” (sumergir al prisionero en un recipiente de agua fría), estiletes, pinzas, drogas, “el cubo” (inmersión prolongada de los pies en agua fría/caliente), “la picana eléctrica” (magneto que genera electricidad de alta potencia), quemaduras, suspensión de barras o del techo, fracturas de huesos, cadenazos, latigazos, sal sobre las heridas, supresión de comida y agua, ataque con perros, rotura de órganos internos, empalamiento, castraciones, presenciar la tortura de familiares, mantener las heridas abiertas, permitir las infecciones masivas, cosido de la boca... El sadismo de los torturadores es un dato común. Todos los detenidos/desaparecidos eran torturados: hombres, mujeres, ancianos, ancianas, adolescentes, discapacitados, mujeres embarazadas y niños (hay varios casos de niños menores de 12 años torturados frente a sus padres). En el caso de las mujeres, se combinaba la violación con la tortura.

Las víctimas de la “Operación Cóndor” se cuentan por millares en Sudamérica. En Uruguay, en tiempos de la dictadura, había un preso por cada 500 habitantes, en Paraguay se echaba en prisión al primero que opinaba en contra del régimen de Stroessner, en Chile la palabra “tortura” pasó a formar parte del lenguaje coloquial durante el régimen de Pinochet, en Bolivia se cometieron crímenes de lesa humanidad y en Argentina, donde desaparecieron miles de presos en los calabozos,

EL 16 de octubre de 1998, mientras se encontraba internado en la London Clinic, el exdictador chileno Augusto Pinochet fue arrestado por Scotland Yard. Su detención era producto de una orden de captura internacional emitida por el juez español Baltasar Garzón por las acusaciones de asesinato, tortura y genocidio. todos los sectores de la sociedad resultaron afectados por la brutalidad de los aparatos represivos que pretendían combatir la “subversión” por medio de la tortura y el terror institucionalizado.


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