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La opinión te hace libre, si sometes tus dichos a la conveniencia de las circunstancias, entonces eres una de dos: o un títere que no merece respeto o un mercenario
Los trabajos que ustedes observen con el tiempo en este blog, no serán otra cosa más que una forma de pensar y ver las cosas, que no tienen otro argumento que no sea el que responde a mi propia formación. Ni mejores ni peores. Me considero más que un Periodista, "Un hombre libre", integramente como su nombre lo indica, pero de ninguna forma, el dueño de la voz inmaculada ni la verdad absoluta. No me importa quienes puedan estar de acuerdo o no en mis puntos de vista. Nada me hace cambiar... ni las amenazas, que tuve muchas. Mi familia está dispuesta a morir por lo que pienso y eso me basta. Yo llegué al mundo solo y me formé dentro de un vientre, sin nadie a mi lado, así me gesté, y cuando me vaya, también será solo (va uno por cajón), entonces, mi pregunta, es: ¿Para qué preocuparme por un equipaje y por lo que los demás piensen? La opinión te hace libre, si sometes tus dichos a la conveniencia de las circunstancias, entonces eres una de dos: o un títere que no merece respeto o un mercenario. Y, esta regla no tiene excepción. No amo ni a las mayorías ni a las minorías, sino a la justicia, aunque casi siempre me haya equivocado. Soy uno de los pocos seres humanos al que no le importa que dirá un día mi lápida, sino que dirá hoy de mi Jesús. La opinión de los demás me tiene sin cuidado. Puesto que yo escribo sin pedir permiso y lo escrito escrito está. El que quiere leer que lea. El mundo no gira a mi alrrededor, ni yo alrrededor del mundo. Pero tengan en cuenta, NADIE tiene porque estar de acuerdo conmigo. Eso sí, no olvidar, que: no estar de acuerdo con una determinada opinión, no les da permiso para la ofensa, el insulto o la desacreditación, ya que ello es propio de los espíritus sucios nacidos de vientres imperdonables. Casi a ningún ser humano le agrada que se le haga ver sus errores. El 99 % de los periodistas tienen MIEDO de decir las cosas como son, para no caerles mal a ningún lector y a su vez que nadie le vaya a recriminar tal actitud. Los que hemos nacido hombres, no nos importa el parecer de nadie, y lo que es mejor, no cometemos el pecado capital de pedir permiso para emitir un juicio de valor. Ustedes tienen el derecho y estoy en un todo de acuerdo, de no parecerles bien lo esgrimido por cualquier hombre de prensa, a lo que no tienen derecho es a menoscabar y ni tildar con ningún calificativo. Además, no soy de los cobardes que usan seudónimo para dirigirme, doy mi nombre y apellido. Esta es otra regla que no tiene excepción. Ha sido un gusto.
Me considero más que un Periodista, "Un hombre libre", integramente como su nombre lo indica.