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Veredas y túneles, el existir nos lleva a escabullirnos entre antorchas de luz
Fuente Literaria / N° 06
He salido al
camino para abrir los surcos, entre las sombras de la muerte
Apuro el paso, entre los destellos del relámpago, el hambre es mi alimento
Llevo mi dolor.
Siento un temblor profundo, es el páramo, camino al campamento, lugar seguro
A lo profundo de la casa.
Ya no regresas a mi alma, has salido de mi cuerpo, ahora te veo entre mis manos,
Los ídolos son como besos grabados, alrededor de tú cántaro, sin agua ni flores,
No alcanza el agua para mojar tus mejillas.
Son falsas lágrimas, te contradices como las agujas del reloj, huele a maíz humeante
Es el atardecer en las riberas del Chama.
Visto de negro, no es de luto. Es el volcán de los sueños que me arrastra al atardecer
Es el luto ante la bruma.
La tierra, arrastra lo mejor de mí, tus sueños y palabras. Han viajado al vacío, lecciones
Al vuelo en las alturas de una tierra.
Te encuentras sin memoria, hoy la cumbre esta nevada, sus lágrimas caen al castillo
No hagas preguntas, sabes la respuesta. Aguardan en la puerta, es tu despedida
Por ser infiel, estas dibujada en el rostro del espejo.
Es la maga de la luz, que desciende para descubrir mis sueños y hablan de ti. Sombras
En la cumbre y, en plena cuarentena, donde el alma es afligida en horas nocturnas
¿Y todavía, preguntas sobre lo desconocido?
Emiro Vera Suárez 29/ 08/ 2020
Fuente Literaria / N° 06
Vaguemos y tomemos un solo rutero
Oscuridad entre las veredas del páramo
He salido al camino para abrir los surcos, entre las sombras de la muerte
Apuro el paso, entre los destellos del relámpago, el hambre es mi alimento
Llevo mi dolor.
Siento un temblor profundo, es el páramo, camino al campamento, lugar seguro
A lo profundo de la casa.
Ya no regresas a mi alma, has salido de mi cuerpo, ahora te veo entre mis manos,
Los ídolos son como besos grabados, alrededor de tú cántaro, sin agua ni flores,
No alcanza el agua para mojar tus mejillas.
Son falsas lágrimas, te contradices como las agujas del reloj, huele a maíz humeante
Es el atardecer en las riberas del Chama.
Visto de negro, no es de luto. Es el volcán de los sueños que me arrastra al atardecer
Es el luto ante la bruma.
La tierra, arrastra lo mejor de mí, tus sueños y palabras. Han viajado al vacío, lecciones
Al vuelo en las alturas de una tierra.
Te encuentras sin memoria, hoy la cumbre esta nevada, sus lágrimas caen al castillo
No hagas preguntas, sabes la respuesta. Aguardan en la puerta, es tu despedida
Por ser infiel, estas dibujada en el rostro del espejo.
Es la maga de la luz, que desciende para descubrir mis sueños y hablan de ti. Sombras
En la cumbre y, en plena cuarentena, donde el alma es afligida en horas nocturnas
¿Y todavía, preguntas sobre lo desconocido?