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Cada cosa que hacemos deja su huella. Cada tarea que emprendemos tiene nuestro sello personal. Cada palabra que escribimos tiene nuestro estilo
Cada cosa que hacemos deja su huella. Cada tarea que emprendemos tiene nuestro sello personal. Cada palabra que escribimos tiene nuestro estilo.
Muchas veces, en este espacio, analizamos de dónde provienen algunos términos, revisamos por qué hablamos de este modo o desanduvimos la historia de la lengua.
Hoy, vamos a ver qué pasa cuando la huella de un escritor es tan fuerte que su apellido sirve como base para formar una palabra cuya obra la define a la perfección.
Sadismo
“¡Qué hombre tan depravado puede sentir un instante de placer en semejantes cosas!... Hice lo que quería, lo inundé, y mi absoluta sumisión consiguió de ese malvado una ebriedad que nada habría logrado sin esta infamia”. (Justine o los infortunios de la virtud, marqués de Sade)
Allá por el siglo XVIII, el escritor francés Donatein Alphonse François de Sade (1740-1814), conocido como el marqués de Sade, dibujaba textos con una impronta tan fuerte que su apellido fue tomado por Richard von Krafft-Ebing en 1886 para crear el término “sadismo”.
Esta palabra designa una perversión sexual de quien provoca su propia excitaciónpor medio de actos de crueldad hacia otro. También define el placer de quien ejecuta acciones crueles.
El marqués de Sade tuvo una vida signada por los escándalos. Estuvo tanto tiempo preso que en una oportunidad escribió, en relación con los períodos que había estado encarcelado: “Los entreactos de mi vida han sido demasiado largos”.
Precisamente, fue tras las rejas donde redactó gran parte de sus obras.
En muchas de ellas realizó una enumeración sin tapujos de distintas perversiones sexuales y puso especial interés en describir aquellas que implicaban obtener placer por medio de generar sufrimiento en otra persona.
Masoquismo
“–¿Te he hecho daño? –me preguntó entre confusa y llena de angustia.
–No –contesté–, y si lo hicieras, los dolores serían un placer para mí. Castígameotra vez, si gustas”. (La Venus de las pieles, Leopold von Sacher-Masoch)
Leopold von Sacher-Masoch (1836-1895) fue un escritor austríaco cuya obra cuenta con historias que tienen por lo general mujeres dominantes. Por ejemplo, La Venus de las pieles refleja descripciones del gozo que siente un hombre al firmar un contrato como esclavo con una mujer corpulenta que viste pieles. Ella lo azota y lo humilla, y él allí encuentra placer.
Así, fue el mismo Krafft-Ebing quien tomó el apellido de este autor (Masoch) para crear el término “masoquismo”, que se refiere a aquellas perversiones sexuales que se relacionan con el placer de verse humillado o maltratado por otro. También se emplea para aludir al gozo de sentirse maltratado o humillado en cualquier otra situación.
El paso del tiempo y el uso de las palabras hacen que la huella del origen de los términos se vaya perdiendo. Pero volver a los orígenes siempre es una experiencia gratificante. Porque encontrar los porqués lo es.