Se quedan muy cortos quienes definen solamente como instrumento de censura la web del Ayuntamiento de Madrid que denuncia a medios y autores de "noticias dudosas" o molestas para la alcaldesa y sus concejales ultraizquierdistas.

"Madrid Versión Original" es peor: es un paredón virtual, de momento, para atacar a periodistas que contará con acusaciones de confidentes y chivatos siguiendo la demanda de Ahora Madrid, el Podemos local y guardia de hierro de la nueva corporación.

Se trata de intimidar a los periodistas que informen sobre este ayuntamiento. No que los corrija un organismo neutro, como los mismos medios, los tribunales o una comisión independiente, sino el espíritu bolivariano de los concejales.

Imaginemos las protestas, incluso internacionales, que surgirían si esta web, en lugar de elaborarse bajo una exjueza, antigua militante comunista, naciera por orden de su antecesora popular, Ana Botella, o de Esperanza Aguirre.

Las "mareas progresistas" habrían paralizado la capital contra el nuevo estado policial. Y en cualquier país europeo con partidos y mentalidad de tradición democrática una web así sería denunciada como un intento nazi o comunista de atemorizar a la prensa.

La amenaza de este paredón de las denuncias es gravísima, además, porque tras la Ley de la Memoria Histórica de Zapatero fueron resucitando pasiones y odios que estaban enterrados y que vemos eclosionar en Podemos.

Su líder presume sin rubor de un "heroico" abuelo que había enviado a las chekas y a la muerte a derechistas en Madrid, y que fue amnistiado por Franco, y de padre que militó en el terrorista FRAP.

Entre gente biempensante están confluyendo en esta fuerza nueva numerosos violentos de derechas e izquierdas, antisistema portadores de rabia y odio, que si pudieran tornarían el paredón digital en otra cosa: véanse sus indisimuladas amenazas en internet o en las capillas de las universidades anunciando que "arderéis como en el 36".

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SALAS