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El partido de ultraderecha británico UKIP prometió un terremoto político y lo consiguió en las elecciones locales, colocándose como tercera fuerza nacional en porcentaje de votos con el 17%, según proyecciones que confirman su ingreso en el establishment político nacional.
Los laboristas consiguieron el 31% de los votos, seguidos por los conservadores -el partido mayoritario de la coalición del gobierno-, 29%, el UKIP 17%, y los liberales, socios minoritarios del ejecutivo, 13%, según proyecciones de la BBC.
Aunque el Partido para la Independencia del Reino Unido no conseguía el gobierno en ninguna localidad, ganó 150 concejales más que en las pasadas elecciones, cuando sólo logró 2, y se perfila como formación bisagra en muchos concejos, aunque es improbable que ninguna formación busque su apoyo para gobernar.
Los laboristas por su parte ganaron casi 300 más, los conservadores perdieron unos 200 y los liberales unos 285.
El UKIP "es el zorro en el gallinero de Westminster", dijo eufórico su líder, Nigel Farage. El jefe de la campaña laborista, Douglas Alexander, admitía que el país ha entrado "en una era de cuatro partidos políticos".
Entre los partidos tradicionales reinaba un sentimiento de desazón, incluso entre los laboristas, que ganaban concejales y municipios pero menos de los esperados y perdiendo influencia en su feudo tradicional del norte.
Las elecciones locales se celebraron al mismo tiempo que las europeas, el jueves, con una tasa de participación del 36%. En juego estaban los gobiernos de los 32 municipios que integran Londres, los 36 del área metropolitana y varias alcaldías de Inglaterra e Irlanda del Norte, 161 concejos en total.
Nigel Farage, líder del UKIP, estimó que los resultados son "un buen augurio" de las elecciones legislativas europeas, cuyos resultados se conocerán el domingo a las 21H00 GMT, al mismo tiempo que en el resto de los países de la Unión Europea.
El líder ultraderechista, cuyo ascenso se fundamenta en las críticas a los inmigrantes y a los dictados de Bruselas, consideró además que ya son "serios contendientes" para las elecciones legislativas de 2015, donde podrían conseguir su primer diputado.
La única mala noticia para el UKIP es que Londres sigue escapando a su influencia. Para su portavoz, Suzanne Evans, eso se explica porque al partido le cuesta seducir a la gente "educada, culta y joven".
- Examen de conciencia -
Los partidos tradicionales hicieron este viernes examen de conciencia pensando en los próximos comicios.
"La economía está creciendo, estamos creando empleos, pero tenemos que trabajar más duro y ofrecer resultado en temas que frustran a la gente y me frustran a mí, como la reforma del sistema de bienestar y la inmigración, y asegurarnos de que la gente se beneficie realmente de esta recuperación", dijo el primer ministro David Cameron.
Si las declaraciones de los conservadores sugieren un viraje a la derecha, hacia el espacio electoral del UKIP, laboristas y liberales se concentraban en afilar cuchillos contra sus líderes.
El diputado laborista Graham Stringer atacó a la dirección del partido y habló de una campaña "imperdonablemente poco profesional". Tanto por "la presentación de nuestras políticas como por la organización de la campaña", dijo.
Otros laboristas se quejaron de que su partido fue complaciente con el UKIP porque creían que sólo iba a quitar votos a los conservadores.
Miliband se defendió y atribuyó la pujanza de la ultraderecha al descontento acumulado durante mucho tiempo.
"Creo que en algunas partes del país el descontento se fue acumulando durante décadas, por el modo en que se ha conducido al país, por como opera nuestra economía y porque la gente siente que el país no funciona para ellos", dijo Miliband.