El 7 de junio de 2016 durante las audiencias del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EE.UU. el assesor del secretario de Defensa de EE.UU. para Rusia, Ucrania y Eurasia, Michael Carpenter, reconoció que a las Fuerzas Armadas de Rusia le tomarían 60 horas para tomar Tallin y Riga. Luego los expertos estadounidenses redujeron la cifra hasta 36 horas.

Desde luego, los rusos estaban muy sorprendidos. "¿Para qué necesitamos a los países bálticos - para boquerones o qué?" - dijeron desde el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia, bromeando que si fuera necesario les bastaría una hora para tomar a los Bálticos.

Pero resultó que en Letonia toman este tema muy en serio. Los letones consideran que si Rusia y EE.UU. deciden medir sus fuerzas, lo harán en el territorio de su país, y que, independientemente del resultado de la confrontación, Letonia será borrado de la faz de la Tierra.

El diputado del Parlamento letón y presidente del Partido de la Concordia Popular, Janis Urbanovich, ha descrito muy bien la situación de su país.

"El segundo escenario es malo, cuando los líderes de ambas potencias deciden medir sus fuerzas. Quiero creer que, encontrándose en plenas facultades físicas y mentales, no agravarán la confrontación que puede llevar a un enfrentamiento nuclear y se limitarán a una guerra local en la periferia. No hay muchos lugares para elegir, las opciones son limitadas. La primera cosa que viene a mi mente es el Báltico, no me refiero al conjunto de los países, sino a sus territorios. Especialmente teniendo en cuenta que debido a los errores que se han cometido en la política interna de Letonia en los últimos 10-15 años, basta simplemente con tirar un fósforo encendido a ciertos segmentos de la sociedad letona para hacer arder el país".

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"Sin embargo, el "polvorín"  que se crea para garantizar la seguridad de los países bálticos puede estallar entre la OTAN y Rusia. Si esto sucede, Letonia y otros estados del Báltico corren el riesgo de convertirse en el campo de batalla entre las dos potencias militares. Probablemente algo saldrá mal: por ejemplo, un soldato que está estresado apretará accidentalmente el gatillo, o un avión se acercará demasiado a otro avión, o un político radical organizará alguna provocación para deshacer "el nudo gordiano" para siempre.

En este caso, nosotros, los letones, nos convertiremos en polvo. La misma suerte espera a nuestro concurso de canciones,   Monumento a la Libertad, Latgales Mara y Rēzekne Gors, Dainu skapis y el parque nacional de Slītere, etc. El hecho de que los nuestros han ganado no será un gran consuelo para los sobrevivientes".

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Pero el líder político letón espera un resultado contrario. Inisiste en el diálogo y pone como ejemplo a Corea del Sur que actuó como mediador en las negociaciones entre EE.UU. y Corea del Norte para evitar que a 24 kilómetros de sus fronteras estalle una guerra sangrienta, posiblemente con el uso de armas nucleares.

Es una buena idea, pero no se debe olvidar que Letonia tenía independencia sólo en teoría, porque en práctica, nunca ha sido un país independiente, siempre dependía de un "hermano mayor" - la URSS en pasado o la UE y EE.UU. en la actualidad. Así, es poco probable que desempeñe el papel del mediador entre Rusia y EE.UU., pero nunca se sabe.