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Generalmente en las películas, los malos cuando son descubiertos van presos, mueren o se termina la película. En el gobierno argentino salen a luz todos los manejos sucios de la política, el sindicato, la corrupción e impunidad y los malos siguen más vivos que nunca
En los últimos días, están saliendo a luz muchísimos hechos muy graves de corrupción, en los que, claramente, están involucrados el gobierno y sus ministros; tenemos el caso de Jaime, el ex secretario de transporte con sus hechos escandalosos de corrupción, enriquecimiento, coimas y apretadas a empresas para el aporte "voluntario" a la campaña política de Cristina.
El mismo Nestor Kirchner, con un enriquecimiento propio de una película de mafias y narcos, en el cual duplicaron su patrimonio personal en más de veinte millones de dólares en un corto lapso de tiempo, justificándolos a través de jueces y fiscales "amigos del poder".
Tenemos el caso de los medicamentos truchos que involucra a los sindicatos, "Moyano y asociados" y queda en el tapete, el caso de los empresarios asesinados en General Rodriguez en el cual se comprovó que Forza, (Uno de los empresarios asesinados) Había aportado una importante suma de dinero para la campaña de Cristina, (favores son favores) y no queda clara la relación entre el gobierno, la mafia de los medicamentos y los tres empresarios asesinados.
El asesinato de Mariano Ferreyra, la hutilización de los barras bravas como fuerza de choque no es nuevo en el gobierno, (recordemos en la Feria del Libro, cuando se utilizaron a estos sujetos para agredir a escritores contrarios al gobierno, o cuando se agredió a Hilda Molina, que vino a contar su verdad del calvario vivido en Cuba, y no la dejaron) Ahora cuando el barra brava termina asesinando a un joven y deja en coma a una mujer herida de bala, desde el poder le sueltan la mano y los sindicatos miran para otro lado.
Allí es cuando nadie tiene que ver con nadie, están todos juntos, enarbolan la misma bandera, emiten las mismas agresiones, comparten los mismos espacios, fotos, abrazos, discursos, aplausos y besos; pero cuando alguno se le sale la cadena, los demás se hacen los distraídos.
¿Y que más se le puede agregar? Las cosas están tan a la vista, que la única forma de entender que estas personas sigan adelante es porque no hay justicia.
La respuesta de ellos es embarrar la cancha, como se dice vulgarmente, si juegas a la mancha y todos están manchados, difícilmente puedas descubrir quien es el de la mancha, ese es el trabajo de ellos, contratan a los llamados: "periodistas militantes" y les pagan para que ensucien a todos, entonces estamos todos iguales.
Lamentablemente esta película debe continuar.