La historia de Darrell Standing es abrumadora: sólo puede sobrellevar sus años en lasceldas de incomunicación, oscuras y solitarias, con viajes hacia otras vidas.Para evitar sentirse asfixiado, lo mejor es leer en un sitio al aire libre, como el Parque Juan Carlos I, en Madrid. Foto: Cristina UrquiolaEsta novela fue publicada por primera vez en 1915, pero ofrece reflexiones profundas que aún tienen vigencia. El tema principal es la reencarnación y la permanencia del alma en el tiempo¿Es posible que los seres humanos sean realmente inmortales? ¿Será que el espíritu puede trascender el tiempo, el espacio y la materia? ¿Existe la reencarnación? Todas estas preguntas ?y muchas otras más? surgen durante la lectura deEl vagabundo de las estrellasdel estadounidenseJack London. Se trata de una novela densa, publicada por primera vez en 1915, que está llena de reflexiones, apuntes filosóficos y detalles que golpean el pensamiento.El protagonista es Darrell Standing, catedrático de Agronomía de la Universidad de California, que fue condenado a cadena perpetua en lacárcel de San Quintínpor asesinar a uno de sus compañeros. Después de tres años, le endilgaron otra culpa que no era suya y lo llevaron a las celdas de incomunicación, donde permaneció por cinco años en la oscuridad y con un castigo que se repetía cada cierto tiempo: le ponían una camisa de fuerza que le oprimía los órganos y le impedía respirar bien ?por cierto, la descripción de esta tortura es tan impactante que obliga a cerrar por momentos el libro para tomar un poco de aire?.
La mejor forma de contrarrestar el encierro del protagonista es hacer un picnic.Quitarse los zapatos y tocar la grama ayudará a mantener la lectura de las torturasque padece Standing. Y, por supuesto, un buen dulce será una excelente compañía. Foto: Ariana Guevara GómezGracias a la recomendación de otro preso, Standing dominó lo que llamaba la pequeña muerte, que no era otra cosa que eldesdoblamiento astral. Es decir, logró que su espíritu saliera de su cuerpo, pero en lugar de verse a sí mismo en el momento actual, viajaba a través del tiempo para conocer sus vidas pasadas.Así, en sus vagabundeos por las estrellas, evadía el dolor de la camisa de fuerza. Por ejemplo, en un momento fue el conde francés Guillaume de Sainte-Maure, que murió en un duelo con sus enemigos; también fue Jesse, el hijo de Alexander Fancher, que dirigía la migración desde Arkansas hasta California, y que fue víctima de lamasacre de Mountain Meadows. Fue un asceta sin nombre, un soldado romano en la época de Jesús, un náufrago en una isla pedregosa, un habitante primitivo de las épocas antes de Cristo.Casi todos los protagonistas son parecidos: hombres fuertes y musculosos, que intentan forjarse su destino. Estuve esperando leer una historia distinta, sobre todo porque en algún punto de la narración Standing señala, de forma tangencial, que en una de sus vidas había sido mujer. Pero no lo relata en profundidad. Quizás hubiese sido enriquecedor que se cambiara el punto de vista y se mostrara a un personaje radicalmente opuesto a los demás.En todo caso, la novela se presenta como un manuscrito escrito entre rejas. Standing decidió plasmar todas sus aventuras pasadas después de conocer su nuevo destino: la pena de muerte. Por eso, sabiendo lo que le esperaba, aprovechó para escribir sus memorias y reflexionar sobre la permanencia del espíritu y la fragilidad de la materia. Sobre la continuidad de la memoria de otras vidas y la voluntad para traer esos recuerdos al presente. Sobre la nimiedad de la muerte si se considera, como él asegura con tanta vehemencia, que el espíritu es inmortal.
La luz del sol, así sea tímida, es clave para leer esta historia sobre la inmortalidad. Foto: Cristina UrquiolaY también se plantean duras críticas sobre las crueldades del sistema penitenciario de Estados Unidos a principios del siglo XX. Se hacen preguntas acerca de la autoridad, las fragilidades del poder y la moral de una sociedad que paga sus impuestos para torturar a otras personas.Ahora, si bien se trata de una buena historia, critico la reiteración de ideas a lo largo del texto y la narración de detalles que, a mi juicio, son innecesarios: muchas veces, el relato de las otras vidas se hace demasiado extenso. Mi periodista interna, que valora la concisión, se desesperaba con esos retrasos en las acciones principales. De todos modos, y pese a que no entra ni remotamente en mi lista de libros predilectos, se trata de una obra fascinante, que lo deja a uno pensando sobre la muerte y el verdadero significado de la vida.El fragmento"La vida sí que es realidad y misterio. La vida difiere mucho de ser mera materia química en estado de cambio, en el sentido más elevado del término. La vida persiste. La vida es el hilo de fuego que persiste en todas las formas de la materia. Yo lo sé. Yo soy vida. He vivido diez mil generaciones distintas. He vivido millones de años. He tenido numerosos cuerpos. Y yo, el dueño de todos esos cuerpos, he persistido. Yo soy la vida. Yo soy la chispa insaciable que eternamente deslumbra y asombra al rostro del tiempo, siempre formando mi voluntad y mi pasión en ese torpe conjunto de materia llamado cuerpo, en el que transitoriamente he habitado".La inspiraciónPara construir este relato, Jack London se inspiró en la historia verdadera deEd Morrell, un ladrón de trenes que pasó cinco años en las celdas de incomunicación de San Quintín y que, además, fue amigo del escritor. Uno de los personajes de la novela recibe este nombre.En el cineLa películaThe jacket, conocida en Latinoamérica comoRegresiones de un muertoy estrenada en 2005, se inspiró enEl vagabundo de las estrellas.Sobre el autorEl verdadero nombre de Jack London fue John Griffith Chaney. Nació en San Francisco en 1876, y tuvo una infancia marcada por la pobreza, las privaciones y los trabajos forzados. En 1898, después de laborar durante la fiebre del oro enKlondike, regresó a California y empezó a tomarse en serio su carrera literaria. De hecho, es considerado uno de los primeros escritores en ganar fama y fortuna con sus trabajos de ficción. De acuerdo con el siteThe world of Jack London, escribió 18 títulos de cuentos cortos, 7 libros de no ficción y 19 novelas, entre ellasLa llamada de la selva, Colmillo blancoyEl lobo de mar, además de numerosos artículos para revistas. Murió en 1916, a la edad de 40 años, bajo circunstancias aún no aclaradas: muchos señalan que fue un suicidio, pero elcertificado de defunciónindica que se trató de una uremia gastrointestinal.
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