¡La Huella Genética de Leonardo!

–¿Cómo está usted, señor Bernard? –Saludó una mujer, que de inmediato reconoció el aludido.

–¡Santo cielos!, estoy soñando o  alucinando? –Gritó el vigilante de la galería de arte con las dos manos puestas en el pecho.

–Está completamente despierto y quiero expresar mi gratitud de haber permanecido junto a usted por más de cincuenta años. –Contestó, Lisa Gherardini, esposa del mercader Francesco del Giocondo.

–jajaja, seguramente se trata de alguna broma, ¿verdad? –Preguntó el anciano con los ojos desorbitados.

–No, viejo amigo, soy la auténtica Gioconda, o si prefiere llamarme, Mona Lisa.

–Yo fui amiga de su abuelo por muchos años, antes que usted fuese considerado acertadamente, heredero de sus funciones y le puedo asegurar que él disfrutó su vida a plenitud. –Comenzó a relatar la dama de la mirada misteriosa.

–Pero, el abuelo Bastian... –E inmediatamente fue interrumpido por la dama.

–Eso lo puedo entender, ya que ambos hicimos el pacto de mantener nuestra amistad bien guardada, además él era muy discreto. –Lisa se hizo la señal de la Cruz, en homenaje al amigo fallecido.

–Cada noche, usted no quita su mirada de mi cuadro, ¿y piensa que no lo observo?–, Exclamó Lisa con enigmática mueca.

–¿Eres el maligno y qué deseas de mí? –Preguntó Renaud, con la mirada extraviada.

–Soy la creación del artista más talentoso y maravilloso que ha podido existir. Gracias a Leonardo, me he podido eternizar a través del tiempo. Leonardo da Vinci fue un insigne maestro que supo manejar los colores de manera magistral, hasta  crear una imágen brumosa, lo que se conoce como «sfumato». Pero la técnica más genial, consistió en entregar su alma, hasta hacer de nosotros auténticas figuras con sentimientos.

Recuperado e interesado por el tema, el señor Renaud, preguntó. –¿Dígame usted, si Leonardo usó la técnica del alma para todas sus creaciones?

Efectivamente, señor Bernard, Leonardo dejó su ADN en cada una de sus obras. Él sostenía que todo buen pintor debe hacerlo, como lo hecho por: Vincent Van Gogh, Edgar Degas, Pablo Picasso, Francisco de Goya, Frida Kahlo, Enrique Maigua, Haydee Bandres... plasmando en sus creaciones la personal huella genética.