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El homicidio de la mexicana María del Rosario Ávalos, quien murió en el norte de Chile a manos de agentes de la dictadura de Augusto Pinochet, cumplió hoy 37 años sin que los culpables hayan sido sentenciados por la justicia. Ávalos y su esposo, el argentino Bernardo Lejderman, fueron asesinados el 8 de diciembre de 1973 por integrantes de una patrulla militar en el Valle del Elqui (unos 450 kilómetros al noreste de Santiago) mientras intentaban huir a Argentina. La dictadura de Pinochet, que se instauró mediante un golpe contra el presidente socialista chileno Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973, estableció que se trató de un suicidio, pero con el retorno de la democracia la justicia lo catalogó como homicidio en 2004. El hijo de la pareja, Ernesto Lejderman Ávalos, quien hoy tiene 39 años y tiene las nacionalidades argentina y mexicana, sobrevivió a la muerte de sus padres a pesar de que se encontraba con ellos al momento del crimen y fue criado por sus abuelos argentinos. Lejderman Ávalos ha dedicado parte de su vida a luchar por el esclarecimiento del asesinato de sus padres y en la actualidad mantiene un recurso para revertir un fallo judicial de 2006 que declaró prescrita la causa penal. En julio de 2006, el juez Joaquín Billiard decretó la libertad de los militares involucrados en la muerte de la pareja al establecer que el caso había prescrito, lo que fue objetado por los abogados de Lejderman Ávalos y por el Ministerio chileno del Interior. El dictamen de Billiard benefició al ex comandante del regimiento Arica de la norteña ciudad de La Serena, coronel Ariosto Lapostol; al brigadier Fernando Polanco, al suboficial Luis Fernández Monje, y al suboficial mayor Héctor Vallejos Birtiola, todos ellos en retiro. De acuerdo con las investigaciones, los cuatro militares son los autores del homicidio calificado de María del Rosario y de Bernardo Lejderman. Lejderman, profesor de educación física, y su esposa habían llegado a Chile en 1971 y se establecieron en la norteña localidad de Vicuña, donde se involucraron en el trabajo social que desarrollaba entonces el gobierno del presidente Allende. Tras el golpe de Estado de Pinochet, el matrimonio Lejderman Ávalos se escondió junto con su hijo de dos años en las proximidades de Huallihuaica, donde se ocultaron en una cueva, en un intento por viajar hacia Argentina. La ciudadana mexicana y su esposo, de acuerdo con posteriores investigaciones, esperaban mejores condiciones climáticas para viajar hacia el territorio argentino cuando la patrulla encabezada por Lapostol los asesinó. El hijo del matrimonio, Ernesto, fue trasladado a un centro religioso en La Serena, desde donde pudo ser rescatado por sus abuelos argentinos.