Se quedó pasmado, dándolela la espalda a sus jugadores que saludaban al River ganador. De fondo se escuchaba el "vayanse todos la p... que los parió" de la popular roja, y empezaban a llover asientos a la Centenario baja. Pero Américo Gallego ni se inmutaba. Es más, bastante cara de póker tuvo para hablar sin que se le saliera la cadena: "Jugamos muy bien en el segundo tiempo... En la primera parte estábamos parejos, con una situación más de gol y queremos dar un pase hacia el medio, le pega a Maglio y, bum, nos hacen el gol. ¿Ese no es un golpe anímico?

-¿Y no están preparados para soportar eso?

-... (Puso cara de odio).

Es raro que un hombre como Gallego se escude en la suerte y no responda algo tan básico. ¿O si habla se pudre todo? Parece que el Tolo aprendió a no despotricar como lo hizo tras el 1-5 con Lanús y sorprendió a varios dentro de la CD. Es más, en el vestuario tuvo una charla con Comparada que duró 15 minutos y tal vez por eso se animó a blanquear lo que se viene, con sutileza, obvio: "Voy a cambiar un jugador contra Central, porque casi tengo el equipo. Con 10 puntos de los 12 que quedan me conformo". Y por cómo viene la mano, es alto el handicap al que aspira...

Gallego sabe que este no es su equipo, y que él no lo habría armado así ni loco. Aunque a veces parece que se mimetiza con el andar errante del Rojo porque hace y dice cosas sin sentido. Por ejemplo, le habrían pedido que no queme más juveniles y ayer a Churín lo sacó en el entretiempo. Se jugó por Mancuello y Godoy, los sacó y ni los concentró y los volvió a meter en la cancha. Ni hablar de Delmonte...

Gallego afila el bisturí. Dijo que va a "reducir el grupo", que quiere 10 de los 12 puntos que faltan y tiró para el Apertura: "Voy a armar un equipo que será sensación". ¿Sí?

"Venimos golpe tras golpe. Hay que asimilarlo, trabajar y, por eso, para estos partidos voy a reducir el grupo, para estar más cómodos", lanzó ya más parecido al Tolo real.

-¿Le dijiste al plantel?

-Les dije que no me gusta perder a nada. Ellos sacarán esto adelante. Yo voy a poner todo y espero que cuando se termine el torneo empecemos a armar el equipo que será sensación y que va a pelear arriba...

Ese puñal fue para el presidente, como diciéndole que con esto no va a ningún lado. Y como si no hubiese sido bien claro, remató: "Es muy raro que un equipo mío pierda tres partidos seguidos". Este lo hizo, ayer arrastrándose otra vez, apenas con unas gotitas de orgullo en el segundo tiempo que, por ser River el que estaba enfrente, le bastaron para generar algo de zozobra en el rival. Pero nada alcanza. Este es un plantel depura madre. Quizá por eso quiere dos laterales, un cinco y un nueve de mínima...