Hoy aparecía en el Diario.es una noticia espeluznante, al parecer según informaba la cadena SER, un capitán de la Guardia Civil ha sido condenado a un año y siete meses de prisión por enviar cartas que amenazaban con un golpe de estado ante el auge de Podemos.

Las cartas iban dirigidas a Alberto Garzón, a Cayo Lara, y al entonces Ministro del Interior en 2015, Jorge Fernández Díaz. Para colmo, las misivas no iban firmadas por el capitán, destinado en ese momento en Santa Cruz de Tenerife, sino que había falsificado la firma del coronel Vicente Javier Carricondo, participante en el intento de golpe de Estado del 23F.

Este capitán envió las cartas en el año 2015, momento en que Podemos comenzaba a despegar a nivel nacional. Y para más guasa, las fechó en 23 de febrero. Según la información aparecida y motivo de la sentencia condenatoria, lar cartas decían entre otras cosas: "Si llega al poder se desatará la noche más negra sobre la España que queremos y tanto hemos defendido, no dudaré en echar mano de todos los medios incluyendo las armas para impedir que los que como vd. quieran alzarse con la victoria en mi país".

La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a este individuo a un año y siete meses de prisión por un delito de falsificación de documento privado, absolviéndole de revelación de secretos y usurpación del estado civil. Además tendrá que indemnizar con mil euros al coronel Carricondo del por utilizar su firma.

Parece que contra Podemos todo vale, hasta un golpe de Estado si la formación morada llegase a Gobernar. Yo me hago la siguiente pregunta, ¿cuándo en la aún corta historia de nuestra democracia un partido recibió tantos y tan desmedidos ataques? A Podemos no se le concede ni un momento de respiro, los ataques políticos, periodísticos, de las élites, y de todos aquellos intolerantes de turno son incombustibles. Pablo Iglesias es objeto de tal inquina y hostilidad, de tan constante persecución que pareciera formar parte de la lista de los 10 delincuentes más buscados por la Oficina Federal de Investigación (FBI).

Contra Podemos todo vale, hasta un golpe de Estado

Es patético comprobar esto en una democracia, no pasa un día sin que los voceros al servicio de las cloacas del Estado saquen alguna noticia inventada de dudosa legitimidad, sobre supuestas financiaciones de Venezuela o Irán, dirigidas exclusivamente a perjudicar la imagen de esta formación. Y lo más asombroso es que ni siquiera importa que nunca se lleguen a demostrar todas estas acusaciones, porque son noticias falsas, no importa que las prácticas periodísticas de elementos desacreditados como Inda las utilicen para desprestigiar a Podemos y a su líder Pablo Iglesias, no importa que rocen claramente la ilegalidad. Se trata de embarrar, de dejar caer la mentira, porque desgraciadamente, saben que algo queda. Y lo más lamentable es que ningún grupo político diga nada, se solidarice con el afectado; sin embargo, cuando los incendiarios de Ciudadanos corren a buscar la fotografía presentándose a romper una paz, allí donde no les quieren, entonces sí es políticamente correcto y adecuado empatizar con ellos y condenar a los demás. ¡Qué país!

Todas estas maniobras de desprestigio, de falta de respeto ya no sólo a la formación, sino también a todos esos millones de votantes que han confiado su voto llegan a tal grado de desfachatez como negar el derecho legítimo sacado de las urnas de querer formar un Gobierno de coalición con Pedro Sánchez. Se le puede ofrecer una Vicepresidencia a Rivera, con toda seguridad el político más falso y pernicioso de nuestro país, pero a Pablo Iglesias el derecho a un Ministerio jamás. ¿Cree el PSOE acaso que tiene un número de diputados suficiente para gobernar en solitario? “Con Rivera no”. “Sí se puede”, gritaban los votantes del PSOE la noche electoral como mensaje a Sánchez. Porque Podemos recibió el 14, 31% de los votos y puede y debe, como pasa en el resto de Europa, aspirar a formar parte de un Gobierno. Es obsceno ver la interesada posición mediática española intentando deslegitimar estas lícitas aspiraciones políticas. Más que nada, habría que mirar por el bien general de la sociedad. ¿Acaso podemos fiarnos del PSOE? Es evidente que no, que algo esconde, porque si no, a qué esta desesperada negativa a dejar que los morados participen del Ejecutivo.

No nos engañemos. El objetivo de todo esto es volver a los tiempos del bipartidismo monárquico, porque las fuerzas dominantes en España, la banca o el IBEX 35 no pueden dejar que el pueblo sea quien obtenga las prebendas. A ellos el Estado del Bienestar no les interesa. Bastante bienestar tienes ellos ahora.

Pedro Sánchez se está equivocando, sólo intenta aprovecharse de esta situación por su mayor cuota de poder, pero esas políticas progresistas que dice defender están quedando en entredicho al negar el apoyo de Podemos, ya no recuerda Sánchez cuando aquellas fuerzas emergentes le apoyaron en la moción de censura que le llevó a La Moncloa. Desde que puso su colchón allí ya no camina por la tierra, ahora vuela alto, quizás por eso le gusta tanto el Falcon.