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La policía empleó cañones de agua para dispersar a unos 200 manifestantes de extrema derecha que este domingo irrumpieron en la plaza central de Bruselas, donde se concentran ofrendas y testimonios en homenaje a las víctimas de los atentados del martes.
Vestidos de negro y coreando consignas como "ésta es nuestra casa", los manifestantes intentaban llegar a la plaza de la Bolsa, donde una "marcha contra el miedo" prevista para este domingo fue anulada a petición de las autoridades debido al alto nivel de alerta terrorista.
Al menos un manifestante fue detenido por la policía, según un periodista de la AFP. Vigilados al principio de lejos por las fuerzas antidisturbios, los manifestantes repitieron varios eslóganes contra el grupo yihadista Estado Islámico, que reivindicó los atentados.
La manifestación perturbó el recogimiento de decenas de personas que, desde el martes, rinden homenaje, en silencio o con canciones, a las 28 personas muertas en los ataques yihadistas. La tensión era palpable entre los dos grupos.
"Cómplices terroristas, cómplices terroristas", les gritaron a los manifestantes pacíficos instalados en las escaleras de la plaza de la Bolsa. "El fascismo no pasará", respondían éstos.
"Somos hinchas del fútbol, no tenemos nada que ver con la política. Estamos aquí por las víctimas, para rendirles homenaje", aseguró Andrés, un seguidor del FC Brujas.
Más tarde, los manifestantes se dispersaron y se dirigieron en pequeños grupos a la estación del Norte. "Estado, cómplice de Dáesh", gritaron algunos a la policía y a los militares.