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Mucha gente cree que la muerte no es el fin, sino más bien un paso al más allá
Mucha gente cree que la muerte no es el fin, sino más bien un paso al más allá.
Prácticamente todas las religiones y las sociedades están sujetas a la idea de que los humanos continúan existiendo, o existirán de nuevo después de su muerte.
Entre las numerosas creencias que existen, ¿cuál es verdadera? Muchos dudan de la existencia misma de un más allá. ¿Y usted? ¿Le han enseñado que la vida humana continúa después de la muerte? ¿Usted cree en eso? ¿Tiene usted miedo de la muerte?
El miedo de no ser más nada. En estas últimas décadas, se han escrito cantidades de libros y de reportes científicos sobre el miedo de la muerte. Pero la gente prefiere, en su gran mayoría, no pensar en el asunto. Sin embargo, la realidad de la muerte nos lleva a pensar en ella tarde o temprano.
La vida es muy frágil; más de 160.000 personas mueren en promedio cada día. Todo hombre, sin excepción, está sujeto a la muerte. Esta realidad asusta a más de uno.
Los especialistas han dividido el miedo a la muerte en varias categorías, entre las cuales: el miedo de sufrir, el miedo de lo desconocido, el miedo de no seguir siendo pensante, el miedo de perder seres queridos y el miedo de las posibles consecuencias de su deceso para los sobrevivientes.
Entre esos miedos, el de no existir más figura en primer lugar. Cualesquiera que sean sus opiniones religiosas, mucha gente está aterrorizada por la idea que la muerte sea el fin absoluto de la vida. Y la ciencia alimenta este temor. Hoy en día, se puede explicar científicamente la mayoría de las funciones del cuerpo humano. Sin embargo, ningún biólogo, físico o químico ha encontrado nunca en nosotros el indicio de un elemento invisible capaz de sobrevivir a la muerte del cuerpo físico. Por consecuencia, numerosos científicos describen la muerte como un simple proceso biológico.
Entre las numerosas creencias que existen, ¿cuál es verdadera?
Para mucha gente la vida es un instante entre dos nada: nada antes de nacer y nada después de morir.
No hay pruebas científicas de que un alma quite el cuerpo al morir.
No es sorprendente pues, que muchos, siempre pretendiendo creer firmemente en el más allá, duden en su fuero interior ser reducidos a la nada a la hora de su muerte.
“Los vivos, en efecto, saben que morirán; pero los muertos no saben nada, y no hay para ellos más salario, puesto que su memoria está olvidada. Y su amor, y su odio, y su deseo, ya han perecidos. Todo lo que tu mano encuentra hacer con tu fuerza, hazlo; ya que no hay ni obra, ni pensamiento, ni ciencia, ni sabiduría, en la morada de los muertos, donde tú vas. La suerte de los hijos del hombre y los de la bestia son para ellos un mismo destino; como muere el uno, también muere el otro. La superioridad del hombre sobre la bestia es nula. Todo va a un mismo lugar; todo ha sido hecho del polvo, y todo vuelve al polvo”.
Salomón
Una enemiga implacable. Se ha calificado a la muerte de enemiga del hombre. Hay abundantes pruebas de que es una enemiga bien real. Según las estadísticas, aproximadamente 59 millones de personas mueren cada año, o sea, un promedio de 2 por segundo.
¿Cómo y con qué frecuencia se produce la muerte?
• Cada 102 segundos, una persona muere en la guerra.
• Cada 61 segundos, una persona es asesinada.
• Cada 39 segundos, una persona se suicida.
• Cada 26 segundos, una persona muere en un accidente de la circulación.
• Cada 3 segundos, una persona muere de las consecuencias de la desnutrición.
• Cada 3 segundos, un niño de menos de cinco años muere.
Y eso sin contar con las personas que mueren de enfermedades, de vejez…